López articula su plan de convivencia
El nuevo Comisionado que creará incluye ente sus funciones abordar la reinserción El ‘lehendakari’ concreta en ocho puntos su política penitenciaria
El lehendakari, Patxi López, dibujó ayer las líneas maestras que quiere arbitrar para el nuevo tiempo propiciado por el fin del terrorismo, para la que anunció la creación de una nueva figura, el Comisionado para la Convivencia, que tendrá cuatro funciones fundamentales: ejecutar la política del Gobierno en convivencia y superación de las consecuencias del terrorismo; llevar las relaciones ordinarias con el Gobierno central y otras instituciones; coordinar acciones para la reinserción de presos y la vuelta de huidos que no tengan causas pendientes con la Justicia y hacer otro tanto con las actuaciones del Ejecutivo en materia de memoria y convivencia.
López fue muy concreto al explicar la política penitenciaria que defiende, explicitada en ocho puntos. Partió de la afirmación de que iniciar el camino para sumarse a la democracia es “exclusivamente responsabilidad de los presos”. Son ellos, dijo, los que deben trabajar en su propia “redemocratización” y su reinserción ha de partir de “la crítica del pasado terrorista”. A Batasuna le exigió “un esfuerzo apoyando la reinserción individual de los presos y no creándoles falsas expectativa”. Desde la base de que los presos den por finalizado el ciclo terrorista y proclamen su ilegitimidad, López aboga por un “acercamiento paulatino” acorde a la normativa y a la evolución de cada uno.
Basagoti emplaza a su socio: “Elija entre Batasuna y el Partido Popular”
También se mostró favorable a “excarcelar” a reclusos gravemente enfermos, con los controles que deban establecerse sobre ellos y a “facilitar el regreso de los huidos” que no tengan cuentas pendientes con la Justicia y “quieran integrarse en el sistema democrático”. El lehendakari, que comprometió su “cooperación con el Gobierno central en las políticas de reinserción”, es partidario incluso de proporcionar asesoramiento legal a sus familias y, al tiempo, tener al tanto a las víctimas sobre la situación penitenciaria de sus victimarios.
El lehendakari reclamó “responsabilidad y discreción”, así como un “importante esfuerzo de contención” a partidos y medios de comunicación. Se mostró partidario de terminar con “el exceso de exposición pública” de estas cuestiones, porque es “un lastre” y se mostró convencido del “sentido de Estado” que guiará “al Gobierno central, las instituciones vascas y el poder judicial”, enumeró, ante lo que consideró “una enorme oportunidad”.
El portavoz del PP, Antonio Basagoiti, sorprendió con un tono y un discurso más críticos de lo esperable, tratándose del socio que sostiene a López en virtud de un pacto sustentado sobre todo en las coincidencias en las políticas contra el terrorismo. “Elija entre Batasuna y el PP”, llegó a emplazarle para desconcierto de los socialistas. “Por el bien de la paz en libertad tiene que triunfar el Estado de derecho y no los que llevan décadas pidiendo ese tipo de mesas”, dijo aludiendo a su temor sobre la ponencia que propuso López, “y han sido incapaces de pedir a ETA que se disuelva”.
El socialista José Antonio Pstor, defendió el del lehendakari como un “proyecto sólido” y su discurso como “éticamente impecable”, al tiempo que recalcó “el liderazgo por la paz que ha ejercido desde el minuto uno de su mandato”. Pastor hizo ver a Basagoiti que la proclividad a la legalización de la antigua Batasuna se abre paso también en su partido en Madrid. En todo caso, y aunque esté por delante el acuerdo alcanzado en el Congreso, el Parlamento “tendrá mucho que decir”, “Y lo va a decir”, advirtió.
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