Condenada a 22 años de cárcel por matar a su marido inyectándole insulina
La sentencia considera un delito de asesinato en 2010 y una tentativa previa en 2007 El hombre estuvo en coma vegetativo nueve meses hasta que murió en febrero de 2011
La Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a una mujer a 22 años y medio de prisión por asesinar a su marido inyectándole tres dosis de insulina cuando dormía y por haberlo intentado en una ocasión con anterioridad. La sentencia considera a la procesada autora de dos delitos, uno de asesinato -cometido en junio de 2010- y otro de intento de asesinato -marzo de 2007-, con la circunstancia agravante de parentesco en ambos casos.
A pesar de que en el juicio la mujer negó que quisiera acabar con la vida de su esposo, los magistrados subrayan la actitud de la procesada en los momentos posteriores a ambos episodios, pues justificó que había suministrado insulina a su marido ante los malos tratos psicológicos que recibía de éste.
La ahora condenada, diabética desde 1998, residía junto a su marido, enfermo por infección de VIH, y los dos hijos de ambos, mayores de edad, en una vivienda de Aspe.
Como hechos probados, el tribunal considera que, tras una discusión familiar en marzo de 2007, la mujer disolvió en un vaso de leche con cacao "una cantidad elevada de comprimidos" recetados por su diabetes, bebida que ofreció a su marido "con la intención de acabar con su vida".
La mujer declaró en el juicio que solo quería dejar a su marido "quieto" en la cama
Sin embargo, la procesada, que inicialmente reconoció que había administrado dicho fármaco a su marido y que "prefería la cárcel a vivir con él" por los supuestos malos tratos que sufría, aseguró en el juicio que dicha bebida era para ella pues quería quitarse la vida.
"Era su marido quien habitualmente tomaba Cola-cao, mientras que ella siempre tomaba café", afirman los magistrados a raíz de las pruebas periciales y la declaración de los testigos.
A raíz de la ingesta, el hombre sufrió una hipoglucemia grave derivada de "hiperinsulinismo" que precisó su ingreso en urgencias del Hospital General Universitario de Alicante.
Esta patología, de no ser tratada en un centro hospitalario, puede provocar accidentes cardiovasculares agudos y daños cerebrales. Con idéntica intención, en junio de 2010, la procesada aprovechó que su esposo estaba dormido para inyectarle tres dosis de insulina.
Los hijos confirman que la mujer vivía amargada por los insultos y amenazas del fallecido
Al día siguiente, y al comprobar los hijos que a la hora de la comida su padre aún no se había levantado, avisaron a los servicios médicos, cuyos efectivos le diagnosticaron "un coma no estructural asociado a hipoglucemia grave".
Como consecuencia de este cuadro clínico el hombre estuvo en coma vegetativo hasta su fallecimiento, registrado el 4 de febrero de 2011.
En esta ocasión, la mujer afirmó a los médicos que "estaba harta de las problemas" que su marido causaba "sobre ella y sus hijos". Por contra, en la vista oral, a pesar de que reconoció que inyectó a su marido la insulina, aseveró que no quería matar a su marido y que su intención era dejarlo "quieto" en la cama.
Para acreditar la situación fáctica de malos tratos psicológicos, la mujer dijo en el juicio que su marido, "posesivo e irascible", la amenazaba con matarla. Los hijos de la víctima afirmaron en la vista que su madre, que vivía "amargada", era insultada y amenazada por el padre.
"Aunque la mujer relata un cuadro de detalles típicos del denominado síndrome de mujer maltratada, era plenamente consciente de los actos que realizaba y no presentaba ninguna alteración en su capacidad volitiva e intelectiva, ni en su capacidad de juicio", recoge el fallo.
Además, el tribunal señala que la acusada no se separó de su esposo ni tampoco presentó denuncias por maltrato psicológico.
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