Flamenco en tiempos de crisis

El Festival de Jerez, que arranca esta jueves con el estreno de Metáfora, la primera obra del renovado Ballet Flamenco de Andalucía, afronta una de las ediciones más difíciles de sus 16 años de vida. Se trata, posiblemente, de la edición del milagro, porque dada la problemática por la que atraviesa la ciudad, incluso se llegó a temer por su celebración. La incertidumbre, no obstante, quedó despejada con una programación que cuenta con la presencia de hasta cuatro Premios Nacionales de danza —María Pagés, Javier Latorre, Israel Galván y Rocío Molina— y mantiene los niveles de calidad acostumbrados, aunque a costa de una sensible reducción en el número de espectáculos, que pasan de tres a dos diarios, y del casi medio centenar de funciones que llegaron a ser habituales a las 29 de este año. Aun así, la directora del evento, Isamai Benavente, afirma que el festival “conserva intacta su condición de escaparate de las tendencias actuales del baile flamenco y la danza española”.

Hasta el próximo 16 de marzo, el Teatro Villamarta volverá a ser la sede principal de la cita con casi la mitad de los espectáculos programados. Para abrir y cerrar, dos estrenos de postín: además del flamante Metáfora —que llega dirigido por su creador, el bailarín y coreógrafo sevillano Rubén Olmo, con la orquesta de Córdoba en directo y las colaboraciones de Rocío Molina y Pastora Galván—, el bailaor jerezano Joaquín Grilo clausurará la cita con su nueva propuesta, La mar de flamenco. Para este espectáculo ya están agotadas las localidades, al igual que ocurre con la presentación del disco Al cante Jerez, que reúne las voces de Manuel Agujetas, Manuel Moneo, Capullo de Jerez, El Torta, Fernando de la Morena y Luis El Zambo. Será esa una de las tres ocasiones en las que el baile dejará de ser el protagonista principal de la escena. En las otras dos, lo será de nuevo el cante, de la mano de Carmen Linares con Belén Maya como artista invitada, y la guitarra, con Gerardo Núñez.

Por las tablas del teatro también pasarán las últimas obras de grandes como Israel Galván, que trae La Curva tras su reciente paso por París; Rocío Molina, con su última creación, Vinática; y María Pagés, con Utopía, un espectáculo inspirado en la obra del arquitecto Oscar Niemeyer. La nueva generación llega representada por jóvenes de tanta proyección como Marco Flores, Manuel Liñan, Pastora Galván y la pareja de Andrés Peña y Pilar Ogalla. La danza clásica española llegará con la obra muDANZAs BOLERAs 1812-2012, de Fran Velasco y Penélope Sánchez. La programación se completa con la revisión del espectáculo Viva Jerez, que, con un equipo artístico constituido por Paco Cepero, Javier Latorre y Paco López, contiene el baile de Antonio El Pipa y el cante de La Macanita y Jesús Méndez.

Otros dos escenarios habituales en el evento, la Sala Compañía y el Palacio de Villavicencio, acogerán ciclos también tradicionales del festival. En este bloque destacan las propuestas en pequeño formato de artistas como la bailaora Fuensanta La Moneta, Mercedes Ruiz, último premio de la Crítica del festival, o el gaditano Eduardo Guerrero. También, la guitarra tendrá dos citas añadidas con el espectáculo Doce cuerdas, que reúne el toque de Alfredo Lagos y Dani de Morón con la bailaora Ángeles Gabaldón como invitada, y el concierto de Antonio Rey.

Las peñas flamencas de la ciudad elevan en esta edición su cita horaria a la medianoche de todos los fines de semana del festival. Les tocará competir con otros lugares habituales en los trasnoches jerezanos y con la oferta off festival que se mantiene y hasta crece. En esos espacios será bien visible la colorista presencia de la colonia extranjera, especialmente la del alumnado del área formativa, que se eleva a casi un millar de participantes repartidos entre los más de 40 cursos y talleres que se encuentran programados.