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El complejo hospitalario ourensano deja sin cama a 60 pacientes

La dirección del Complejo Hospitalario Ourensano (Chuo) habilitó segundas camas en ocho habitaciones individuales del hospital "Nai"

Entrada a urgencias en Ourense.
Entrada a urgencias en Ourense.

A media tarde de ayer, más de 15 camillas con otros tantos pacientes de edad avanzada, ocupaban el pasillo de la sala de urgencias del Complejo Hospitalario Universitario Ourensano (Chuo). Lo mismo ocurría en el Clínico de Santiago. En Ourense, un repunte de ingresos en los últimos días dejó sin cama a 61 personas. La dirección del Complejo Hospitalario Universitario Ourensano (Chuo) habilitó segundas camas en ocho habitaciones individuales del hospital "Nai". Fuentes sanitarias del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (Chuo) aseguraron a este diario que ayer había 61 pacientes sin cama. 23 de ellos —de cualquier especialidad pero para los que no había cama disponible en planta— en la Unidad de Prevención de Ingresos (UPI); 18 en el ámbito del servicio de urgencias y 20 más en una planta de pediatría: la cuarta del hospital Nai, tras vaciarla enviando a los niños a la tercera que quedó “completa”, según las mismas fuentes.

Mientras tanto, las 35 camas de la planta baja del hospital de Piñor (en las afueras), centro que la dirección del Sergas destina ahora a enfermos psiquiátricos, permanecían cerradas. "Abrirlas supone un gran gasto y trastorno, ya que habría que desarrollar una gran logística: transporte, muestras, personal o sangre".

La dirección del Chuo reconoce en este caso la escasez de camas que atribuye al "repunte de la demanda de ingresos" de los últimos días. Asegura que solventó el problema habilitando "segundas camas en ocho habitaciones individuales del Nai. "No se trasladaron camas instaladas en el Cristal hasta el Nai, sino que se utilizaron camas de reserva en el almacén", precisa la dirección.

El “importante repunte” de ingresos de estos días se debe a la "agravación de los procesos de los pacientes. Mientras tanto, ayer en el Clínico de Santiago, esperaba con 14 enfermos más, desde las 15 horas, María, de 82 años. “Fue diganosticada con un ictus cerebral y tiene secuelas de insuficiencia renal y respiratoria”, explica a su lado su hija “indignada”por el peregrinaje que 11 días después, la devolvió al exacto punto de partida. Según su relato, María acudió por primera vez a urgencias, con un volante del médico de cabecera, el día 6. Le hicieron una placa, le dijeron que estaba “todo bien” y la enviaron a casa “con un inhalador”. Pero evolucionó mal. A los cinco días regresó al Clínico y una nueva placa evidenció que tenía “líquido en el pulmón”. La devolvieron a casa con distinto tratamiento. Regresó a urgencias al día siguiente. Ayer, tres días después, estaba de nuevo en la camilla de urgencias.

Los trabajadores han firmado un escrito tildando de "caos" la situación. La dirección del Clínico desmiente tajantemente y habla de “normalidad”. Aseguran que la situación es "la habitual", que hay camas y personal suficiente y que se hacen los ingresos que cada facultativo considera oportunos. "Siempre es mejor el ingreso domiciliario cuando se dan las condiciones para que el paciente esté bien atendido en su casa", precisan desde la dirección.

Sí reconocen desde el Clínico que se están registrando “muchas patologías de personas mayores con afecciones respiratorias" a las que se dedica "mayor tiempo" de consulta del habitual y "mayor porcentaje de ingresos".

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