El PSOE vigués reprueba la gestión de Pachi Vázquez

Nadie de la agrupación socialista de Vigo respaldó ayer la gestión de la ejecutiva gallega del partido, que cosechó 25 votos en contra, promovidos por la corriente Izquierda Socialista, y 185 abstenciones de la oficialista que encabeza Abel Caballero. Es la factura que el alcalde vigués manda al secretario general del PSdeG, Pachi Vázquez, después de las disensiones que ambos vienen protagonizando en los últimos meses, desde que Vázquez apadrinó la consigna una persona, un voto a los forcejeos en el último congreso de Sevilla para encaramarse a la ejecutiva federal del PSOE.

Los vigueses votaron ayer la lista única con los 27 delegados que representarán a la agrupación en el congreso del PSdeG de marzo y, previamente, votaron el informe de gestión de la dirección gallega como una oportunidad de saldar cuentas con su secretario general, al que ni siquiera apoyaron los miembros de su ejecutiva.

Los 25 votos en contra de los críticos de Izquierda Socialista que abandera Jorge Parada, que los justificó en que la dirección gallega del partido “no ha rendido cuentas”, entrarían en lo asumible dentro de la dinámica partidaria. Las 185 abstenciones de la línea oficialista tienen un calado mayor, que incluso supera la abierta contradicción de los tres representantes de Vigo —los concejales Carlos López Font y David Regades y la portavoz de la ejecutiva local, Julia López— en la propia ejecutiva gallega, cuya gestión no apoyaron porque “no ha estado a la altura del socialismo vigués”.

Las relaciones de Vázquez y Caballero están tocadas desde que, con su propuesta de incompatibilidades, el secretario general bloqueó las aspiraciones de Carmela Silva, que es en el partido como un brazo del propio Caballero, y se crisparon irremediablemente en el congreso provincial de Pontevedra que eligió los delegados al congreso federal de Sevilla. Caballero encabezó ahí una lista con apoyo explícito a Rubalcaba y Vázquez auspició otra alternativa que votó casi el 40%. Para Caballero, una afrenta del secretario general que acentuaron sus forcejeos para acceder a la ejecutiva federal del partido, donde Silva ya se había hecho hueco.

En los últimos días, el alcalde vigués también alardeó de que él ya juega en “la división española” del partido, por lo que acudirá al congreso gallego de marzo “con un perfil bajo” cuyo prólogo fue la votación de ayer.