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El primer abucheo a Xavier Trias

Bronca al alcalde de Barcelona durante la inauguración del monumento a los ‘castellers’

La guardia urbana contiene a los manifestantes ayer en plaza de Sant Miquel.
La guardia urbana contiene a los manifestantes ayer en plaza de Sant Miquel.JOAN SÁNCHEZ

“Se equivocan en dificultar este acto”, declaró ayer el alcalde de Barcelona, Xavier Trias. Y es que cuando el centro de atención debía ser la inauguración del monumento homenaje a los castellers, obra de Antoni Llena, la atención, por unos minutos, se desvió lejos de ese escenario. Diversos grupos manifestantes, la mayoría trabajadores de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), se presentaron en la plaza de Sant Miquel de la capital catalana, coincidiendo con el acto de inauguración de la polémica torre, entre abucheos y pancartas. “Todo el mundo tiene derecho a manifestarse, y yo como alcalde sé que estoy expuesto a las quejas de los ciudadanos, pero los castellers no se lo merecían”, expresó el alcalde Trias, que ayer se llevó su primer gran abucheo público. Los trabajadores de TMB tienen convocada una huelga a finales de febrero, coincidiendo con el Mobile World Congress.

Los abucheos de los trabajadores de TMB y manifestantes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y también de afectados por los activos tóxicos de instituciones de ahorro impedían oír con nitidez la voz del primer edil de la ciudad. Algunos, incluso, zarandearon las vallas de separación con la intención de entrar en el espacio reservado al evento.

El acto oficial contó con la presencia de colles de varios barrios de Barcelona, que levantaron alrededor de la escultura de Llena diversos pilares. El primer edil explicó cómo desde la ventana de su despacho, que da a la plaza de Sant Miquel, ve a diario que “la gente que pasea y mira la torre, le hace fotografías”. El discurso de Trias se centró en homenajear a los castellers y quitar hierro a la protesta de los manifestantes, quienes, a su juicio, “se confunden de momento para protestar”.

El monumento arrastra polémica desde que se encargara durante el mandato de Joan Clos. Con el inicio de las obras, con Hereu como alcalde, ya levantó ampollas entre vecinos y comerciantes del barrio tanto por el coste (630.000 euros) como por la estética y su ubicación, que en julio pasado fue cuestionada por el propio alcalde.

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