¿Y si el fútbol durase 89 minutos?

Había seis. Seis futbolistas del Athletic defendiendo en su área en un saque de esquina. Y ninguno en los aledaños. Y era el último minuto. El minuto fatídico. El que más le duele al Athletic, con 10, con 11 o con 12. Y llega el lateral derecho y empalma a placer un rechace de la defensa. ¿Otra vez aculados? Quizás porque jugaba con 10 por la injusta expulsión de Javi Martínez. Y quizás porque jugaba con tres centrales, con o sin Javi Martínez. Bielsa tiró del manual, tras el descanso, descontento con la inexistencia del centro del campo, apostó por la versión B: jugar con tres centrales, que permitieran a Iturraspe adelantar su posición y a los laterales buscar la raya del área contraria. Íñigo Pérez no encontraba el toque e Iturraspe tiene la jerarquía en la defensa y el aprendizaje en ataque. Así, que San José en juego. Y sin embargo el Athletic, más poblado en defensa, defendió peor. Una cuestión psicológica. La abundancia no es la riqueza. La velocidad del Betis en ataque era preponderante frente a la contundencia rojiblanca en defensa. Y el árbitro que reclama un plano corto con la expulsión de Javi Martínez y el Athletic que se vuelve a romper. Y otro final trágico. Y otro final infeliz. Otra duda.