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Activismo cultural en tiempos duros

El Marco de Vigo, con al menos una reducción presupuestaria del 30% para este año, vuelve a arriesgar con una muestra sobre las artes de acción

Cuando hace unos días se presentó la nueva exposición del Museo de Arte Contemporánea de Vigo (Marco), el sintagma más repetido fue “tiempos difíciles”. Lo dijeron el director de la institución, Iñaki Martínez Antelo; el recién nombrado director del Centro de Arte y Creación Industrial Laboral de Gijón, Benjamin Weil, coproductor del evento; uno de los comisarios artísticos, Sergio Edelsztein, y el alcalde, Abel Caballero. Todos celebraron la apertura de Presenza Activa. Acción, obxecto e público, una ambiciosa y arriesgada muestra protagonizada por las artes de acción. Y no era para menos. La adversa coyuntura económica general y de este museo en particular, a punto estuvo de tumbarla.

 “Es cierto que hubo momentos de peligro, pero decidimos continuar hacia delante porque no podemos quedarnos quietos”, admite Martínez Antelo. A finales del año pasado, el presupuesto del Marco hizo crack. La Diputación, que financia el Museo de Pontevedra con más de cuatro millones de euros anuales, retiró su aportación al Marco, 150.000 euros al año. La entrega al museo de las tres anualidades que le adeudaba, por valor de 450.000 euros, solo mitigó un poco el golpe. Otro susto más llegó desde Novacaixagalicia, otro miembro fundador del Patronato del Marco, que confirmó que dejaba de apoyarles con 300.000 euros anuales. De un plumazo, el museo se quedaba sin un 30% de su presupuesto, que en 2011 fue de algo más de un millón y medio.

A falta de que se concreten las subvenciones a museos del Ministerio de Cultura, en suspenso desde el cambio de Gobierno, para 2012 el Marco solo cuenta por el momento con 805.000 euros del Ayuntamiento y 140.000 de la Xunta de Galicia. Y eso que tanto Xunta como Ministerio les deben las partidas de 2011, 160.000 y 127.000 euros respectivamente. La merma en los números, que lleva ya un par de años en descenso, se ha traducido en la búsqueda de fórmulas de coproducción, alargar la duración en el tiempo de las exposiciones, reducir el horario de apertura y cobrar tres euros de entrada para los talleres infantiles. Los gastos fijos también se han reducido al extremo, como las residencias para artistas, y ya no caben ni los imprevistos ni apenas los viajes de trabajo para estudiar propuestas nuevas.

"Hubo momentos de peligro, pero seguimos adelante”, afirma el director

“Esas ya eran nuestras estrategias de supervivencia hasta la fecha, porque preferimos hacer un buen proyecto antes que tres mediocres. Ahora bien, lo que no podemos es hacer más con menos. Aunque lo parezca, no hacemos lo mismo”, afirma el director, desde el convencimiento de que es necesario crear más alianzas que den entrada a financiación privada. “Sería muy beneficioso que nuestra clase empresarial considerase que el Marco y el arte contemporáneo son interesantes, tanto como el Guggenheim o la restauración de un cuadro del Museo del Prado”. Hay otras cifras que sí acompañan al centro cultural. Una es su activa Asociación de Amigos, integrada por más de 400 personas e instituciones; la otra significa el beneplácito del público. En 2011, 116.556 personas traspasaron el umbral del museo, la suma más alta en su historia. En este contexto, cobra más sentido todavía que la primera exposición de 2012 esté dedicada a la performance, una de las fórmulas artísticas con más potencial vanguardista, y que los 10 artistas internacionales invitados, que se han pasado tres días en el museo trabajando a la vista del público, sean unos auténticos activistas de la creación.

Ese impulso es el que ha llevado al alemán Thom Kubli a superar el récord del solo de guitarra más largo jamás interpretado, establecido en seis horas y 18 segundos. En la planta baja del Marco, sus acordes sonaron durante siete horas, cinco minutos y cuatro segundos, exactamente. También se reconoce ese aliento en el reputado Gary Hill, nombre importante en el ámbito del videoarte desde comienzos de los años setenta y que sigue buscando. En Vigo estrena Writing Corpora, “una obra de traducciones”, define, en la que se sirve de la tecnología kinect, propia de los videojuegos.

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Programación hasta septiembre

“Esta es una exposición histórica que va a ser correspondida y que tendrá su lugar. Estoy seguro de que será la primera de una serie que veremos en otros centros de arte europeos y norteamericanos en los próximos años, porque los museos periféricos son los primeros en abordar las tendencias”, asegura el comisario de la muestra. El proyecto permanecerá activo en el Marco hasta septiembre y después viajará a Gijón. Será la exposición más duradera del museo vigués.

Antes de que se marchen las performances e instalaciones creadas por La Ribot, Alastair MacLennan Sergio Prego, John Bock, Maja Bajevic, Sue-C, Mads Lynnerup y el gallego Carlos Rodríguez-Méndez para la ocasión, el Marco estrenará, en junio, Formas breves, Outras, 25, la propuesta de la comisaria alemana Anja Isabel Schneider que se alzó con el premio para jóvenes comisarios que el museo vigués organiza con la institución francesa Frac de Lorraine. Y no hay otros planes determinados más allá del verano

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