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CRISIS EN EL NAVAL GALLEGO

Economía intenta que los competidores de Vulcano ayuden en su salvación

Guerra preserva el fondo de los constructores para seguir financiando barcos

María Fernández
Entrada del astillero Vulcano con pancartas de los trabajadores. / LALO R. VILLAR
Entrada del astillero Vulcano con pancartas de los trabajadores. / LALO R. VILLAR

Quedan menos de 24 horas para que se reúna el consejo de la sociedad Pequeños y Medianos Astilleros en Reconversión (Pymar), un organismo que tiene la llave para liquidar o aceptar una quita sobre el 80% de la deuda que Vulcano ha contraído con los acreedores (que se eleva a 195 millones de euros). En Vigo la expectación sobre el particular se parece bastante a los duelos de gladiadores y el juicio del destino: el dedo pulgar de Pymar arriba o abajo todavía no está decidido mientras arrecian las presiones a medida que se acerca el día.

Los astilleros privados, tanto los de otras comunidades autónomas como los gallegos, no le quieren poner las cosas fáciles al constructor situado en Guixar. Aunque no tienen la última palabra, porque en el consejo de esa sociedad se sientan otras comunidades autónomas y varios ministerios. "El fondo de Pymar es para todos, está formado por las aportaciones de las empresas, y unas lo usan de forma razonable y otras, como Vulcano, abusan. A lo largo de su historia se ha llevado el 30% de todos los avales", asegura una fuente del sector que cree que, sea cual sea el resultado de la votación, "será muy ajustada". Astilleros como Barreras o Rodman están en ese foro.

La patronal pide que se controlen los astilleros con ayudas públicas

Algunos de esos avales no fueron devueltos y Vulcano ha tenido unos cuantos tras superar situaciones complicadas, como la suspensión de pagos de principios de esta década por entregar fuera de plazo dos grandes quimiqueros. Pero ningún concurso es tan monstruoso como el que intenta salvar ahora. Perdonar las deudas supone convertir los 184 millones de créditos ordinarios y subordinados en 37 millones, y sobre ellos aplicar un plazo de devolución de diez a veinte años sin intereses. El apoyo de Pymar, como acreedora de casi el 50% de la deuda, es fundamental.

La Consellería de Economía, que con mayor o menor fortuna ha apoyado al naval desde que se inició la crisis, sabe que en Vigo la presión social para que los astilleros sigan adelante es inmensa: prueba de ello es el difícil consenso alcanzado este martes en el seno del Consello Económico y Social (en donde están representados desde partidos a sindicatos, universidad, asociaciones empresariales o la caja de ahorros). Los propios trabajadores se disponen a ir mañana a Madrid en su enésimo acto simbólico para añadir dramatismo al encuentro.

"¿Cómo se interpretaría que finalmente haya apoyo político pero los astilleros digan que no?", se pregunta un sindicalista del naval. La respuesta la tiene Javier Guerra, que intenta hasta el último minuto hilar un consenso para sacar adelante la propuesta de convenio. Ayer, tras la reunión de la Mesa del Diálogo Social del Naval, anunció que se reactivará el fondo de Pymar —el granero de avales para el sector— y que se creará un nuevo instrumento dotado con 41 millones que preservará "las aportaciones de la Xunta y de los astilleros gallegos de 11,5 millones, que se mantienen de manera íntegra". La patronal del metal de Vigo advirtió ayer de la "necesidad de maximizar la utilización de fondos públicos y, por lo tanto, someter a control las gestiones de dichos proyectos para impedir, en la medida de lo posible, más quiebras reales o concursos de acreedores que perjudiquen de forma importante la imagen de la industria".

"Están intentando tranquilizar a los astilleros y a la vez enviándoles el mensaje de que sin su apoyo puede que tengan la ventanilla cerrada cuando lo necesiten", analiza un sindicalista. De ahí que Guerra haya transmitido que tendrá un papel "proactivo", en la solución del naval, lo que algunos han interpretado como que tutelará la salida del concurso. "Al fin y al cabo, es un sector exportador, intensivo en mano de obra, es una de las actividades que nos pueden ayudar a salir de esta", añade un empresario. "Y realmente no hay mucha diferencia entre que Pymar acepte o no una quita porque al fin y al cabo, si se liquida el astillero tampoco va a cobrar", dice otra fuente. 

Descalabro industrial

Los astilleros y el sector del automóvil contribuyeron decisivamente a que Galicia cerrase el 2011 con la segunda mayor caída de la producción industrial por comunidades autónomas, del 7,1% respecto a 2010. Los datos del INE publicados ayer hablan de un descenso que fue incluso superior en el mes de diciembre, del 8,7%. Solo Canarias, una comunidad con casi un 30% de paro, cerró peor el ejercicio. En el conjunto del Estado, el indicador bajó un 1,8%.

El deterioro de la industria es palpable en ciudades como Vigo y Ferrol, cuyos constructores navales se han quedado sin pedidos. “Se han dado cuenta de que la solución no pasa por contratar mientras las empresas estén en concurso, porque nadie se atreve a hacer un encargo a un astillero en suspensión de pagos”, analizan desde el sector.

Otras fuentes hablan de que se podrían articular planes para planificar una industria naval más fuerte. “Y eso podría suponer la fusión de Vulcano y Barreras y la dedicación de los terrenos del primero a otras tareas portuarias que eviten más rellenos”, calcula un empresario.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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