Baltar Blanco se quita la boina
Asume la presidencia de la Diputación con la recomendación de su padre de que se fíe “de todos y de nadie”
“Fíate de todos y de nadie”. Esta es la verdadera esencia del baltarismo , el legado testimonial que el fundador de la saga ha transmitido a su hijo –tras recomendarle en su día, infructuosamente, que no se metiera en política- según reconoció esta mañana su sucesor al frente del partido y de la Diputación, José Manuel Baltar Blanco, en una entrevista en Onda Cero Ourense.
Audio de la entrevista a Baltar en Onda Cero
Baltar, que insistió en que no llega a la Diputación a “suceder ni a heredar nada”, sino “a trabajar”, explicó que no se puede hablar de “premeditación” en su acceso a la presidencia de la institución provincial aunque para ello fuera necesario que renunciaran a ese derecho 15 personas: los diputados del grupo popular y el primer suplente. En su opinión, en política cualquier estrategia está “condenada al fracaso” por lo que, en su caso, la ausencia de ella propició que “otros” se pronunciaran sobre su “capacidad” para dirigir la Diputación. Y en el comité electoral provincial del PP de Ourense que él mismo preside, se alcanzó esa unanimidadn no premeditada: todos lo propusieron a él.
Se siente sobradamente legitimado para ocupar la presidencia de la institución provincial, que atribuye al puro ejercicio democrático y, respecto al congreso –tildado de fraudulento por el sector afín a Feijóo de su partido- que lo situó al frente del partido en enero de 2010, sostiene que no provocó ruptura en el seno de su partido. “No es lo mismo ganar por 22 votos, como Rubalcaba, que por más de 300”, sostiene para demostrar la fortaleza de los apoyos internos.
El segundo de los Baltar al frente del PP y de la Diputación de Ourense tomó ya posesión del despacho que hasta hace unos días ocupó su padre. En la misma entrevista, el nuevo presidente reconoce que no encontró las botellas de licor café ni los jamones que los ourensanos comentaban que se acumulaban en las dependencias de la presidencia de la institución. Asegura que lo que encontró fue “mucho trabajo” y el resultado de “22 años de gran esfuerzo por la provincia”. Nada que ver con el caciquismo. Baltar Blanco sostiene que referirse a ese término para calificar la labor de su padre y antecesor solo ha llevado a la oposición a “25 años de derrotas” porque estos partidos “no saben” qué quieren para Ourense “y el PP sí”.
El nuevo presidente de la Diputación augura tiempos de paz en su partido a costa, incluso, de negar las tensiones y el pulso que él mismo echó a los gobiernos de la Xunta presididos por Fraga y por Feijóo. Así, tilda de “leyenda urbana” el encierro que encabezó junto al resto de diputados ourensanos de los que dependía la mayoría parlamentaria de Manuel Fraga, en plena crisis del Prestige, para que no destituyera a Cuíña. Sostiene que no fue más que “una reunión” con el único objetivo de que el PP “no perdiera el tinte galleguista que en aquel momento se consideraba necesario”.
Tras aquella experiencia –ante la que Fraga dobló- y la carta, que él mismo promocionó, que numerosos alcaldes de la provincia firmaron acusando al presidente Feijóo de marginar a Ourense, el nuevo líder del PP y de la Diputación lanza un discurso pacificador. “El pancartismo es la última escenificación de un fracaso político”, sostiene ahora. Y en esta misma línea se corrige no solo a sí mismo, sino también a su padre y antecesor que no ha hecho más que denunciar la “marginación” de la provincia por la Xunta. El nuevo presidente Baltar asegura ahora que la discriminación de Ourense es consecuencia de los gobiernos presididos por Felipe González, por Zapatero, por el bipartito de la Xunta y por lo que denomina “la bicefalia” (la coalición de PSOE y BNG) del Ayuntamiento de Ourense. Baltar Blanco se quita la boina y deja sin mácula al PP autonómico.
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