La maleta con ruedas
El Estado del bienestar es como la maleta con ruedas, un invento contemporáneo, una conquista admirable, algo que no es eterno ni natural
La historia no es únicamente cosa de anticuarios; tampoco es exclusivamente materia de curiosos. Saber lo que realizaron los antepasados te da un objeto de comparación: te cotejas y te aventuras a partir de experiencias ajenas. Conocer qué hicieron los antiguos nos permite establecer analogías y, por tanto, nos faculta para decidir con más conocimiento: esto es, con más datos y con más sensatez. ¿Es así? Sí, es así. Pero es algo más.
La historia es una forma de mirar el presente, de saber ver lo que ahora hay y está pasando, rodando; no solo lo que está concluido, consumido u olvidado. Es un modo de interrogarse sobre lo que funciona, una manera de valorarlo. La historia permite saber o averiguar inmediatamente las fechas de las cosas que nos rodean, el contexto en el que surgen y lo que duran. Pongamos algún ejemplo sencillito con el que todos podamos convenir. Se lo tomo en préstamo a Antonio Muñoz Molina.
La rueda no es un logro contemporáneo, sino algo remotísimo, cosa que nos enseña la historia; la maleta es una solución antigua, un artefacto que idearon los antepasados de épocas pretéritas. Hay grabados que lo atestiguan. Pero la maleta con ruedas tiene poco tiempo, apenas unas décadas. ¿Por qué tuvieron que pasar tantos siglos para que este prodigio fuera inventado?, se pregunta jocosamente Muñoz Molina.
La cuestión es cómica, por supuesto, pero sobre todo es sorprendente: si la especie humana ha inventado la maleta con ruedas es porque ahora viajamos multitudinariamente: incluso miles y miles de ancianos que disfrutan de largas y reparadoras vacaciones. Pero si tenemos esas maletas es porque, al final, todos queremos desplazarnos con comodidad, sin sufrir inútilmente. La historia nos enseña todo esto: por ejemplo, que el confort viajero y masivo es reciente, que la vida no tiene por qué ser un valle de lágrimas, pura penalidad.
¿Por qué tuvieron que pasar
El Estado del bienestar es como la maleta con ruedas, un invento contemporáneo, una conquista admirable, algo que no es eterno ni natural. Resulta utilísimo para personas que no lo pueden todo, para gentes que necesitan asistencia y derechos: es decir, la mayoría de nosotros. Hay individuos que dicen tener mucho músculo, que pueden pagarse la sanidad y la educación y que pueden arrastrar bultos pesadísimos. Pero hay otros que siguen precisando la maleta con ruedas: para ellos y, en general, para todos se inventó el Estado del bienestar, algo que rueda muy bien si contribuimos con nuestros impuestos y si evitamos el despilfarro. Que ahora se atasque por culpa de políticos manirrotos no justifica su desaparición. Mantengamos su funcionamiento para bien de la mayoría.
Exijamos al Partido Popular que no deseche la maleta; que no ponga palos en las ruedas; que no nos devuelva a la prehistoria.
http://justoserna.com
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