Tres condenados por el secuestro exprés y tortura de un exedil de A Illa de Arousa
El retraso de los juzgados y el acuerdo con el fiscal rebajaron las penas
La Audiencia Provincial de Pontevedra condenó ayer a penas de entre tres y cuatro años de cárcel a los tres responsables del secuestro y tortura en 2006 del exconcejal del PP en A Illa de Arousa Román Santiago Allo. Rafael Rivas Gey, su hermano Antonio Manuel y Manuel Oubiña Otero llegaron a un acuerdo con la fiscalía y aceptaron su responsabilidad en el secuestro exprés, que pusieron en marcha para exigir un rescate a la familia y con ello cobrarse una supuesta deuda previa de 500.000 euros por una operación de transporte de droga que había salido mal.
El acuerdo supone que los tres acusados, relacionados con el clan de Os Fanchos radicado en la zona de O Barbanza, se libren de buena parte de la condena que solicitaba el fiscal en su escrito de acusación previo. Rafael Rivas acepta así una pena de cuatro años y un mes, en contra de los 19 que pedía el fiscal y su hermano cumplirá tres años frente a los 15 solicitados. Oubiña, para el que también se pedían 15 años, se queda en 35 meses. El pacto también implica que la esposa de Rafael, Clara Romay Quintela, que se enfrentaba a una petición de cárcel de casi nueve años por complicidad, salga finalmente libre. La tardanza en la conclusión del proceso y la confesión sirvieron de atenuantes en la causa, a la que tampoco ayudó la muerte en accidente de tráfico en 2007 del propio Román Santiago.
Dos hermanos y un tercer hombre aplicaron descargas eléctricas y dieron una paliza para reclamar una deuda por narcotráfico
Las penas impuestas resultan de la acumulación de los delitos de secuestro, lesiones y trato degradante —la calificación de tortura se reserva en el Código Penal a la practicada por autoridades públicas— infligidos a Román Santiago y su hermano Bruno en poco más de 24 horas entre un viernes de septiembre de 2006 y la madrugada del domingo. Los hermanos Rivas interceptaron el coche que conducía Román y a punta de pistola, lo obligaron a subirse a su vehículo, que condujeron al alto de A Curota, en Pobra do Caramiñal, donde se reunieron con Oubiña, que venía al volante del coche de Romay. Allí dieron una paliza a la víctima, a la que aplicaron descargas eléctricas al grito de “paga lo que debes o te matamos a ti y a tu familia”. Ante las amenazas, Santiago llamó a su hermano, que accedió a reunirse con los secuestradores para discutir el rescate. Tras ser también él agredido, partió a la procura del dinero. Logró reunir 12.000 euros que satisficieron a los captores, pero que no libraron a las víctimas de una última tanda de golpes.
Las penas impuestas llevarán a los condenados a prisión, al ser superiores a los dos años. En el caso de Rafael Rivas, sus antecedentes penales por un delito de lesiones implican que la sentencia sea algo superior a la de los coautores. Además del ingreso en prisión la condena supone también el pago de sendas indemnizaciones de 30.000 euros a Bruno Santiago y los herederos de su hermano, a los que se suman los 12.000 euros del rescate.
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