La Generalitat abarata el tren Lleida-La Pobla y suprime convoyes

La reestructuración de la línea férrea entre Lleida y La Pobla de Segur, con la que se prevé reducir a la mitad los trenes actuales que realizan el trayecto, será efectiva a partir del próximo lunes. Con esta medida, rechazada por los alcaldes de las poblaciones afectadas, la Generalitat, propietaria de la línea desde 2005, se ahorrará 700.000 euros. A partir del lunes, la Generalitat ofrecerá un servicio de autobuses, complementario y coordinada con el ferroviario, para cubrir la demanda de movilidad existente, eliminando duplicidades ineficientes. Para ello creará un nuevo abono combinado para el autobús, la T-10/60, y reducirá el precio del billete sencillo a casi la mitad para equipararlo al del tren.

En la actualidad hay ocho trenes de ida y vuelta entre Lleida y Balaguer, y tres entre Lleida y La Pobla de Segur. Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), la empresa pública que explota el servicio, aduce razones económicas para suprimir la mitad de los trenes en el primer tramo, y en el segundo solo quedará uno para cubrir todo el recorrido.

El abaratamiento de las tarifas le costará a la Generalitat 200.000 euros. El billete sencillo de autobús entre Lleida y Esterri d’Àneu pasará de 21,40 a 14,10 euros, y el abono costará 105,75 euros (10,57 euros por viaje). Se mantienen los descuentos existentes para pensionistas, estudiantes y familias numerosas y monoparentales.

El director general de Transportes y Movilidad, Ricard Font,  presentó el martes por la mañana a los alcaldes y presidentes de los consejos comarcales del territorio la reorganización del transporte de viajeros en este corredor, que, gracias a la alternativa del autobús, se prolongará hasta la localidad de Esterri d’Àneu. Font reiteró la voluntad del Gobierno catalán de mantener operativa la línea del tren de La Pobla, asumida en enero de 2005. Una prueba de ello es que este año tiene previsto invertir 1,8 millones de euros en su explotación y 700.000 euros en la rehabilitación de un túnel, “algo que no tendría sentido si tuviéramos intención de cerrarla”, indicó Font.

No obstante, los alcaldes de los municipios afectados rechazan la reestructuración del corredor y temen que la propuesta anunciada ayer suponga a corto plazo el cierre definitivo de una línea emblemática para los habitantes del Pallars Jussà y el Pallars Sobirà  que no están dispuestos a perder, como pusieron de manifiesto el pasado sábado las más de mil personas que asistieron a la manifestación celebrada en La Pobla de Segur.

Los alcaldes plantearon a Font un aplazamiento de la decisión para hacer estudios de movilidad y conectividad con la alta velocidad. Aseguran que FGC debería gestionar directamente la línea, actualmente operada por Renfe, o a través de una concesión con convoyes más económicos. “Lo que nos han propuesto, combinar trenes y autobuses, es un roto mal cosido, una decisión de despacho tomada con frialdad y con desconocimiento de la realidad”, declaró el alcalde de La Pobla de Segur, el republicano Lluís Bellera.

La ocupación media de los trenes entre Lleida y Balaguer es del 8,3%, y entre Lleida y La Pobla, del 3,9%, lo que para la Generalitat representa un coste “excesivo y no asumible” de 46,9 euros por viajero. La línea tuvo 228.000 usuarios en 2011, 8.000 menos que el año anterior.