Promocionarse es gratis

Más de 100 millones. Son las veces que los usuarios han visto y compartido en YouTube el cortometraje Lo que quieras oír, lanzado con licencia Creative Commons, según explica Guillermo Zapata, su autor. Zapata no sabía que su trabajo tendría tanto éxito. No preveía la magnitud de los hechos. Solo pretendía compartir su arte, hacerse ver y defender la difusión de la cultura libre. Ayer se sentó como un ponente más frente al público en la inauguración del primer festival de cine de la Comunidad de Madrid hecho con licencias abiertas o, lo que es lo mismo, con Copyleft. Junto a él, los creadores Stephane Grueso, Alberto Tognazzi y Pieter de Vos iniciaban este certamen llamado CCMAD Madrid Creative Commons Film Festival que empezó ayer en el Medialab-Prado y terminará el 22 de enero en La Casa Encendida.

Muchos habrán oído hablar de este tipo de licencia que promociona, ofrece y distribuye contenidos online sin cobrar por ellos, ya sea música, cine, literatura o periodismo. Lo primero que viene a la mente al escuchar términos como Creative Commons o Copyleft es la palabra "gratis". En este festival se debatirá para tratar de desmontar ese pensamiento colectivo y se discutirá sobre el futuro de esta licencia que va mucho más allá de la gratuidad.

"Pretendemos que se regularice lo que ya está sucediendo", explica Luis Román, uno de los organizadores del festival. "Queremos hablar del futuro de Creative Commons. De la sostenibilidad de la cultura libre", manifiesta. Eso significa financiación.

Según Stephane, el 99% de los cortos no ganan dinero. Sin embargo, opina que él no necesita leyes restrictivas, lo que quiere es darse a conocer. Pero los ponentes discrepan. Alberto Tognazzi piensa que es muy complicado que la industria se transforme y acoja, así como así, la licencia Creative Commons, dada su distribución gratuita. "No veremos un cambio hasta dentro de 40 años. Eso si tenemos suerte", expresa, y a continuación pregunta: "¿Qué productor está dispuesto a invertir en un proyecto que, en principio, no da dinero?".

Guillermo, por su parte, lanza el concepto de "comunidad" o "grupo de consumo". Esto se traduciría en gente que está dispuesta a pagar o contribuir con las creaciones de los autores. Una relación de tú a tú entre el creador y el público. "No se trata de tener más audiencia", manifiesta Zapata, "sino de crear una alianza en la que el público participa cada vez más".

La idea ya está instaurada. Un ejemplo es la revista Orsai, creada por el periodista argentino Hernán Casciari. Ofrece todos los contenidos en la Red, pero un grupo de seguidores le encargan ejemplares en papel y le pagan por ello. Así puede financiar sus reportajes y escribir nuevas ediciones. También la editorial Traficantes de Sueños usa Copyleft y, como apunta Guillermo Zapata, "los empleados cobran por su trabajo".

Pieter de Vos es de Bélgica. En el norte de Europa, según sus palabras, utilizar licencias Creative Commons es más común que en España. Él financió uno de sus documentales gracias a la colaboración de fundaciones sociales y universidades. "Al principio me dijeron que no. Pero al estar trabajando con un tema que les interesaba y ofrecerles emitirlo gratuitamente, cambiaron de idea", declara.

La transformación es muy lenta y en eso todos coinciden. "No sabemos hacia dónde vamos ni cómo ganaremos dinero", expone Guillermo con sinceridad. Pero, en días de cambio tecnológico y con Internet de por medio, ¿quién lo sabe?