Rafael no pudo ver el no-museo
El Ayuntamiento de Málaga impide la apertura en falso del Art Natura
Rafael López fue ayer el protagonista-rehén involuntario del conflicto, cada vez más enconado, que mantienen el Ayuntamiento de Málaga y Royal Collections, la empresa concesionaria del Museo de las Gemas Art Natura. Este jubilado tuvo la desgraciada suerte de ser la primera persona en acercarse a curiosear al espacio expositivo de la antigua Tabacalera, que ayer trató, sin éxito, de abrir sus puertas al público pese a estar absolutamente vacío de contenido, además de carecer de los permisos y licencias imprescindibles para la apertura.
A las once de la mañana, el visitante número 1 accedió con paso decidido al recinto y, acompañado por una azafata, subió a la primera planta. Lo hizo por la escalera de toda la vida, ya que las escaleras mecánicas, cubiertas del polvo de la obra, y los ascensores, no están aún conectados a la corriente. Detrás de él, un enjambre de periodistas trataba de buscar su primera impresión. "Ya sabía que lo encontraría así de vacío. Ayer lo vi en Canal Sur", comentaba asombrado por la expectación que suscitaba su presencia en un edificio cuya adecuación como museo ha costado unos 40 millones de euros.
La policía local ordenó el cierre del centro antes de que abriera las puertas
Tras dejar atrás la no-recepción y la no-cafetería, la comitiva se encaminó al no-museo propiamente dicho. A las puertas del sanctasanctórum terminó la visita de Rafael. Un vigilante de seguridad informó de que la Policía Local y los bomberos de Málaga habían acudido esa mañana para constatar que el edificio carecía de licencia de apertura y certificado de fin de obra, por lo que la entrada al museo estaba prohibida. Mientras llegaba un representante de Royal Collections para confirmar que no se permitía el paso, otra azafata le explicaba al atónito visitante que en la sala solo hay montadas dos vitrinas -vacías por supuesto-y un tapiz.
Finalmente llegó el enviado de la empresa para desalojar a visitante y periodistas. De camino de vuelta a la calle y, quizá por el acoso de los reporteros, Rafael, incómodo, pareció darse cuenta de que estaba en medio de una guerra que no era la suya.
La apertura en falso del Museo de la Nada por parte de Royal Collections es un verdadero órdago al Ayuntamiento. La empresa pretendía mostrar el recinto vacío y culpar de ello públicamente al consistorio, que contrató sus servicios en 2007, y que, además de la obra, paga anualmente un canon de 1,2 millones de euros. Según Royal Collections, son los retrasos en la obra lo que ha impedido poner en marcha el centro, la gran apuesta cultural del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.
Francisco de la Torre, alcalde de Málaga
Además, con la inauguración en vacío Royal Collections trata de cubrirse las espaldas judicialmente, ya que hoy expira el plazo otorgado en septiembre por el Ayuntamiento para que se abra al público, eso sí, con todas las bendiciones administrativas. "No disponemos de la documentación necesaria para solicitar la licencia de apertura porque el Ayuntamiento no nos la ha dado", afirmó Nela Santana, directora de Art Natura.
"Ellos sabrán para qué han querido organizar esa especie de conflicto, de show", manifestó De la Torre en Madrid, donde asiste a la feria de turismo Fitur. El regidor no quiso adelantar qué medidas tomarán tras cumplirse el plazo de 120 días sin que el museo esté abierto acorde al contrato. El caso ha sido puesto en manos de la asesoría jurídica municipal, que ya ha obtenido varias victorias sobre Royal Collections en los juzgados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.