'El año que viene será mejor' propone la risa como antídoto contra la crisis

La realidad cotidiana en tiempo de crisis se mezcla con el humor ácido en la obra El año que viene será mejor, que llega al Teatro Bellas Artes de Madrid mañana, después de tres meses de éxito en el Teatro Villaroel de Barcelona, y se quedará hasta el próximo 22.

Cuatro dramaturgas (Marta Buchaca, Carol López, Mercè Sarrias y Victoria Szpunberg) han sido las responsables de crear este collage de historias femeninas que reflejan la actual situación social y económica a través de sketches cómicos relacionados entre ellos por el mundo del maniquí, profesión que las protagonistas se ven obligadas a desempeñar para sobrevivir en tiempos difíciles. Es una obra sin pretensiones y con lenguaje cotidiano que, a pesar de hacer reír, transmite una fuerte crítica social.

Una comedia ácida

"Reírse de la miseria, de la precariedad, de la insatisfacción: eso es lo que necesita la gente, reírse de sus problemas", opina Mercè Vila, directora del proyecto a punto de estrenarse en  Madrid. Su objetivo ha sido poner en escena retales de la vida contemplados desde el sarcasmo, utilizando un humor inteligente con réplicas agudas y "con un poco de mala leche".

Vila pretende que el público se sienta identificado con las historias que cuenta y cree que lo hace desde el cariño y la crueldad que conlleva la realidad. "Cuanto más aprietas más funciona", sentencia. "Es el público el que ha logrado que este trabajo tenga éxito", asegura al poner énfasis en la importancia que ha tenido para la obra su publicidad a través del boca en boca.

 "Es una comedia con pellizquito", añade Alba Florejachs, cuya actuación ha sido muy alabada por los críticos. Junto a ella, las actrices Neus Bernaus,  Mireia Pàmies y Vannesa Segura, interpretan situaciones de todo tipo: amor, desamor, precariedad laboral, insatisfacción, deseos. Su reto es que identifiquen con ellas tanto mujeres como hombres. "Hablamos de la pareja y de situaciones en las que los hombres se ven a sí mismos y encuentran parecidos con las mujeres que están en sus vidas", añade Vila.

Directora, escritoras y actrices aspiran a que llegue al auditorio un mensaje optimista y de un futuro mejor. No pretenden ser una vanguardia feminista sino reflejar el mundo desde el prisma de la mujer. Su propósito, concluye Vila, es lograr en Madrid lo que ya alcanzaron en Barcelona: "La gente se lo pasa bien, se identifica y sale con una sonrisa del teatro. Espero que el mensaje haya calado".