Navarro intenta reunir el apoyo de Ros para evitar un cisma en el PSC
El congreso votará por separado el primer secretario y la nueva ejecutiva
El PSC inicia hoy el 12º congreso de su historia, cuyo desenlace es imprevisible. No precisamente por el ganador, que nadie duda que será Pere Navarro, alcalde de Terrassa, sino por el porcentaje con el que puede salir elegido primer secretario en sustitución de José Montilla. Y es que el nuevo PSC que proclama el lema del cónclave puede nacer como un partido mutilado si Navarro no logra integrar en la futura dirección al sector catalanista que representan Joan Ignasi Elena y, sobre todo, Àngel Ros, alcalde de Lleida.
Las urgencias, por tanto, las tiene el ganador, quien ayer intentó acercar posiciones con Ros, aunque no llegaron a ningún acuerdo concreto, ni siquiera verbal. Pero el alcalde de Lleida afirma no tener ninguna prisa y sabe que el tiempo juega a su favor.
La primera incógnita que deberá aclararse esta mañana al iniciarse el congreso es si se puede hacer una interpretación laxa del reglamento y, por tanto, votar al primer secretario separado de la ejecutiva. El secretario de organización, José Zaragoza, dio a entender hace unos días que eso no era posible; los tres aspirantes a liderar el PSC y un grupo de delegados lo pedirán esta misma mañana.
Fuentes socialistas explicaron que la mesa del congreso aceptará la propuesta y que los delegados votarán el sábado únicamente el nombre del primer secretario. La incógnita que se mantiene es saber entre cuántos nombres se podrá elegir, además del de Pere Navarro. Lo primero que hace falta para poder aspirar a la votación es el aval del 20% de los delegados (830), una condición que puede no resultar fácil a Àngel Ros y, sobre todo, a Joan Ignasi Elena. Y más después de la retirada formal de Miquel Iceta, porque ese voto aumentará aún más el apoyo de Navarro.
Iceta pide que el debate no se limite al grupo parlamentario
Algunas fuentes de la dirección especulaban anoche con que Ros renunciaría finalmente a la primera secretaría y con que Elena lo intentará, fiel a la perseverancia que caracteriza a la corriente obiolista de Nou Cicle.
Esa fórmula de votar al primer secretario por un lado el sábado y a la ejecutiva el domingo permitiría apaciguar la división interna, de manera que Navarro podría integrar en su ejecutiva a Ros, siempre que este dé finalmente su brazo a torcer, como se prevé, y no persista en presentar una ejecutiva alternativa. Otra posibilidad sería un pacto de Ros con Elena para la nueva dirección, pero esa hipótesis se considera muy poco probable porque, además, implicaría que quedarían descabalgados. Ros y Elena consideran a Navarro un heredero de la dirección saliente, de la que forman parte ellos desde hace tres años, cuando se integraron en la ejecutiva del PSC tras el congreso de 2008.
Mientras tanto, Miquel Iceta verbalizó ayer su retirada de la carrera sucesoria y su apoyo a Navarro. “Mi candidatura no ha obtenido apoyos suficientes para liderar la integración”, dijo ante los delegados de la federación de Barcelona, que mayoritariamente (sobre el 75%, según algunas opiniones) no le hubieran votado a él, sino al alcalde de Terrassa. “Sin miedo y sin red me he arriesgado a que alguien dijera que he perdido, pero no creo haber perdido, me siento feliz si con todo lo que he hecho y lo que haré el partido gana”, dijo.
Tampoco desaprovechó la ocasión de arremeter contra Ros y Elena. “Si lo único que queda de nuestro debate congresual es el tema del grupo parlamentario, habremos desaprovechado el congreso”, dijo.
También aseguró que “faltan a la verdad” los que pretenden dividir al partido entre “los catalanistas de verdad y los otros”, y calificó como “un error como una casa de payés” que se pretenda mezclar la preparación del congreso con la especulación sobre la candidatura a la presidencia de la Generalitat.
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