¿Grietas en el PSM?

El PSM parece polarizarse. Las diferentes corrientes de la federación socialista de Madrid, que lidera Tomás Gómez, se rearman de cara al congreso federal que se celebrará el próximo febrero en Sevilla. Arrecian las comidas, cenas y reuniones para recabar apoyos ante las supuestas candidaturas. Pero también para configurar una posible oposición a Gómez de cara a un congreso regional que los socialistas madrileños deben organizar poco después del federal. La herida de las primarias no cicatrizó del todo y ahora parece reabrirse.

Tomás Gómez convocó el pasado viernes a una docena de secretarios generales de Madrid ciudad. La reunión, celebrada en el restaurante madrileño La Sacristía, fue organizada oficialmente para definir el futuro del PSOE tras la debacle electoral del pasado 20 de noviembre. Pero muchos en el partido han visto en ese encuentro una maniobra de Gómez para comenzar a mover los hilos en su apoyo a Carme Chacón, si la dirigente catalana decide finalmente dar un paso adelante. Preguntado ayer sobre si le inquietan la proliferación de reuniones que polarizan el partido, el secretario general del PSM respondió: “No me preocupa ninguna división en el PSM. Porque si hay una federación con una gran cohesión y autonomía es el PSM”. El portavoz socialista en la Asamblea aseguró que la aspiración de la federación madrileña “es influir en el proyecto político que autentifica las políticas socialdemócratas y de izquierda del PSM”. Gómez defendió un modelo de organización “más moderno y más engrasado”.

Gómez está muy implicado en el próximo congreso federal. “Tengo mucha actividad de cara al congreso”, dijo ayer en una conferencia de prensa. Es uno de los barones socialistas que más ha incrementado su presencia mediática estos días. Ha reclamado con insistencia que hay que abrir el partido a los afiliados. Pretende que los militantes participen en la votación del secretario general del partido. Y se ubica en el rincón más a la izquierda del PSOE. Su estrategia de convertirse en el defensor de las bases ya le funcionó durante las primarias y ahora juega a explotar esa faceta.

Mientras tanto, otros se mueven en el PSM. Un nutrido grupo de dirigentes y ex altos cargos socialistas celebraron una cena la semana pasada en el restaurante madrileño Sacedón, el mismo donde Jaime Lissavetzky convocó a los jefes locales del partido en la ciudad para pedirles su apoyo durante las primarias del año pasado, donde defendió a Trinidad Jiménez. Entre los asistentes se encontraban miembros de la ejecutiva regional, exalcaldes e históricos dirigentes de la federación que cuestionan a Gómez.

El próximo domingo está convocado un comité regional para decidir las fechas del congresillo, el cónclave donde deben elegirse los delegados madrileños que votarán al sustituto de Zapatero. Es probable que también se decida la fecha del próximo congreso regional para decidir si Gómez revalida o no la secretaría general del PSM.

Con esta sucesión de movimientos políticos comienzan a definirse dos frentes claros. Los que se alinean con las tesis de Gómez y apoyarían una posible candidatura de Chacón y los que respaldarían a Rubalcaba, si el exministro socialista decide hacer pública su candidatura. Pero en estos bandos también hay una guerra larvada desde las primarias. Los que perdieron aquella contienda cuestionan la labor de Gómez al frente del partido en Madrid. Entre ellos, está el grupo minoritario Más Izquierda Madrid, encabezado por Cesar Giner que se muestra muy duro con Gómez: “Es razonable, a la vista de los resultados electorales y de las divisiones internas, que Tomás Gómez se aplique un punto y aparte, y deje la dirección regional del PSM para abrir un proceso de cambio en las políticas y en las actitudes, que conduzca a un PSM más democrático e integrador, y cercano a la sociedad madrileña que le ha vuelto la espalda”, escribe Giner en su blog. Pero también se está configurando otro grupo, algo más numeroso, de cuadros socialistas que están celebrando actos para explicar su modelo de partido.

Hace dos semanas, varios miembros de la ejecutiva regional que lidera Gómez se reunieron en Entrevías, de la agrupación de Puente de Vallecas, para debatir sobre los resultados electorales y la situación del partido. Plantearon la necesidad de crear un foro para hacer el partido más participativo y abogaron por abrir el PSM a los militantes y a los ciudadanos. Coinciden en el fondo pero no en la forma con Gómez al que cuestionan. Este grupo en el que participan el exalcalde de Coslada, Ángel Viveros y los miembros de la dirección socialista como Félix García Lausín y Berta Ojea entre otros han programado otro acto hoy en Vicálvaro. En realidad todos los grupos plantean discutir sobre el modelo de partido antes que sobre las personas que lo deben dirigir y todos están de acuerdo en que el PSOE debe ser más participativo. Pero les separa una lucha de poder.

Gómez no para. Desde las elecciones autonómicas está recorriendo una y otra vez las agrupaciones de toda la región. Busca reforzar su liderazgo. Hace dos semanas se reunió con un grupo de jóvenes socialistas. Pero a la cita no convocó al secretario general de las Juventudes Socialistas, Daniel Méndez, diputado en la pasada legislatura y miembro de la ejecutiva regional. La decisión del ex alcalde de Parla fue tan discutida como su reunión en la que excluyó a algunos secretarios generales del pasado viernes. Las Juventudes también están moviéndose. Están celebrando actos con un cierto toque asambleario en las agrupaciones. Proponen debatir sobre el modelo del partido. Construirlo de abajo a arriba. Pero sus movimientos inquietan al entorno de Gómez. Quizá por eso hoy el secretario general del PSM ha dicho: “Cuando hay debate salimos fortalecidos”.