Los 12 discos de pop y rock que hay que escuchar hoy (agosto 2023)
Un mes en el que las guitarras suenan a buen volumen, ya sea para crear bellas melodías o para rockear
- Hurry, ‘Don’t Look Back’
¿Quién es? Un músico llamado Matthew Scottoline que opera desde Filadelfia. Lleva desde 2010 editando discos y lidera dos bandas: Everyone Everywhere y Hurry.
¿Es tan bueno Don’t Look Back? Beggin’ For You es una de las canciones del año. Bellísima pieza que si nos dicen que es de The Byrds decimos: “Ya lo sabía yo...”. Hurry mira al pop de guitarras y a la destreza vocal del indie de los noventa: Teenage Fanclub, The Posies, Gigolo Aunts… Se trata de cantar sobre cómo echas de menos a alguien mientras buscas melodías perfectas. Y Scottoline las encuentra.
- The Hives, ‘The Death Of Randy Fitzsimmons’
¿Quiénes son? Once años llevaba el quinteto sueco sin publicar disco con nuevas canciones. Y han vuelto al punto que lo dejaron en 2012: caña, caña y caña.
¿Es tan bueno The Death Of Randy Fitzsimmons? Doce canciones en 31 minutos. Así de veloz transcurre este disco, que pone en modo euforia al que lo escucha. Garaje, punk y rock and roll. Da un poco igual: lo importante es dar machetazos con la guitarra y dejarse la garganta. El sentido de este disco, de todas formas, se encuentra cuando se suben a un escenario a defenderlo. No se los pierdan.
- Noname, ‘Sundial’
¿Quién es? Una agitadora cultural y social de 31 años nacida en Chicago. Realiza recitales de poesía, edita libros y rapea. Sundial es su segundo disco.
¿Es tan bueno Sundial? Una voz cálida que expresa ideas incómodas. Obama o Beyoncé no son iconos de lo afroamericano para ella. Fatimah Nyeema Warner, su nombre real, reivindica la negritud que no actúa ni en la Super Bowl ni en Coachella, aunque ella acabe formando parte de este festival y haga autocrítica. También reflexiona sobre las profundas taras de la sociedad capitalista. “La gente dice que te ama, pero realmente ama tu potencial, no a la persona que está frente a ellos”, rapea. Todo lo hace con voz delicada y con una variedad de ritmos que permite que públicos no raperos puedan disfrutar del disco.
- Neil Young, ‘Chrome Dreams’
¿Quién es? El gran rockero canadiense en modo “tengo 77 años y no voy a dejarme nada en la recámara”. Sigue sacando música nueva y rescatando grabaciones antiguas. Este disco iba a salir en 1977, pero a Young no le convenció en aquel momento. Ahora ve la luz.
¿Es tan bueno Chrome Dreams? Apenas existen canciones inéditas en Chrome Dreams, ya que Young las fue incluyendo en otros discos como Rust Never Sleeps o Hawks & Doves. Sí tenemos versiones diferentes, como la lectura acústica del sublime Powderfinger, o una escalofriante Will To Love (con el sonido del crepitar del fuego en la leña) o esa preciosidad a piano y voz que es Stringman. Existe un equilibrio entre canciones pausadas y tormentas eléctricas. A pesar de ser temas ya conocidos, el disco merece la pena, y la portada mola. Se saborea mejor en vinilo, aunque el mercado de este formato esté por las nubes.
- The Summertimes, ‘The Summertimes’
¿Quiénes son? Damos la bienvenida a una nueva banda australiana que debuta con este disco y que esperemos tenga larga vida, porque componen muy buena música.
¿Es tan bueno The Summertimes? En Australia existe una excelente tradición de bandas amantes del pop guitarrero con cuidadas armonías vocales. Ejemplos: The Chevelles, Hoodoo Gurus, You Am I, DM3… Esa es la línea que lleva The Summertimes. Lo relevante es que han grabado un disco de 10 piezas y todas merecen la pena. Sensacional White Poiter, ese tipo de canción eléctrica con una dura historia detrás que se canta casi llorando.
- Blur, ‘The Ballad of Darren’
¿Quiénes son? Ocho años han pasado desde el último disco de la única banda del britpop que ha sabido apartarse cuando era necesario y regresar sin ser un triste recuerdo de lo que fueron.
¿Es tan bueno The Ballad of Darren? No tendría sentido grabar un Girls and Boys; nunca caería en esa nostalgia el grupo de Damon Albarn. El octavo trabajo de los británicos muestra a unos tipos de mediana edad que todavía no han conseguido dejar el tabaco y son capaces de regodearse con aplomo en el inevitable paso del tiempo. Un disco con apenas dos temas festivaleros (los tremendos Barbaric y The Rabbi) y el resto dramáticos temas reposados donde se reflexiona sobre lo estimulante que resulta cuestionarte tu propia forma de encarar el arte. Un trabajo que da gusto escuchar del tirón.
- Greta Van Fleet, ‘Starcatcher’
¿Quiénes son? La banda de Michigan de los veiteañeros hermanos Kiszka, amantes del rock clásico. Este es su tercer larga duración.
¿Es tan bueno Starcatcher? Produce buenas sensaciones escuchar hoy a chavales dándole duro a ese rock que vivió su mejor momento en los años setenta. Vale, es ya un lugar común decir que Greta Van Fleet suenan mucho a Led Zeppelin, pero en cada paso que dan moldean su propia propuesta. Este disco está compuesto por piezas dramáticamente densas con muchos matices, como los riffs tan Tony Iommi de Frozen Light, los fantásticos adornos corales de The Indigo Street o el ramalazo folk psicodélico de Meeting The Master. Deseando ver cómo lo defienden en directo.
- Alice Cooper, ‘Road’
¿Quién es? Vincent Damon Furnier podría llevar retirado alguna década: ya lo dio todo en el rock. Pero ahí sigue, girando con regularidad y editando nuevos trabajos. Al igual que Iggy Pop, compañero de generación, lleva sobrio mucho tiempo, lo que más le gusta es jugar al golf y siente una necesidad irrefrenable por seguir berreando rock and roll. Por nosotros ningún problema, Alice.
¿Es tan bueno Road? Un álbum de narrativa uniforme: la vida de la estrella del rock en la carretera, que de eso sabe mucho Alice Cooper. Más que un disco de rock duro o heavy metal, esto es rock and roll. Big Boots podría incluso formar parte de un disco postrero de los Rolling Stones. Salvo alguna salida de tono en forma de balada plañidera, el álbum es pura diversión y las letras, llenas de lugares comunes del estilo de vida rockero, no molestan.
- PJ Harvey, ‘I Inside the Old Year Dying’
¿Quién es? Artista fundamental del indie noventero, a la altura de Björk, con la que compartió etapa de influencia y filosofía: un compromiso férreo con el arte sin importar lo que estuviera de moda allí afuera.
¿Es tan bueno I Inside the Old Year Dying? Todo está en su voz. Conocimos a una PJ Harvey peleona; hoy su tono es fantasmagórico, un hilo de voz agudo y casi chillón, como si Yoko Ono intentara por fin hacer una canción y no dedicarse a sus habituales extravagancias. El primer disco de la británica en siete años no es accessible. Necesita de una complicidad del oyente que quizá muchos no estén dispuestos a conceder. Pero el esfuerzo merece la pena.
- Quint Starkie, ‘Quintessential’
¿Quién es? Un músico de esos que trabaja en la trastienda: sesiones de grabación, temas para anuncios, compositor para otros artistas… Creció en el Reino Unido, pero hizo carrera en Los Ángeles y ahora vive en Suecia. Este es su segundo disco como solista.
¿Es tan bueno Quintessential? Música pop vestida con traje y corbata. Refinadas composiciones que suenan de lujo y que pueden recordar al soft rock de los ochenta. Canciones que nos recuerdan que todavía existe belleza en este mundo muchas veces antipático. La voz de Starkie, a veces apoyada por coros femeninos, es tan cálida que se va a convertir en tu psicólogo favorito.
- Cowboys in the Campfire, ‘Wronger’
¿Quiénes son? A sus 56 años, Tommy Stinson ha vivido muchas vidas musicales. Fue el bajista de The Replacements, banda básica del rock alternativo estadounidense de los ochenta. Finiquitado el grupo que montó con Paul Westerberg, ha tocado en monstruos del rock como Guns N’Roses (cuando aquello se desintegró y solo se quedó Axl Rose), Soul Asylum o en bandas suyas como Bash & Pop (dos discazos). Ahora se inventa estos Cowboys in the Campfire junto al guitarrista Chip Roberts.
¿Es tan bueno Wronger? Un disco variado y apetecible desde la primera canción: rock festivo, rockabilly, baladas con aires de los 50, folk, country, estructuras dylanianas… Y siempre contando historias de hombres y mujeres que decidieron vivir fuera de los convencionalismos. Un disco a la vez divertido y sentido. Ojalá lo presenten por aquí.
JOYA RESCATADA DEL MES...
Todos los meses recomendamos un disco que quizá quedó fuera del radar.
- Elliott Murphy, ‘Aquashow’ (1973)
¿Quién es? En 1973 Elliott Murphy tenía 23 años y un sambenito que le adjudicó la prensa musical: el nuevo Bob Dylan. Se equivocaron: Murphy hizo su camino sin importarle los vaivenes de la industria musical y creando su propio estilo. Su vida y trayectoria se pueden disfrutar en el excelente documental The Second Act of Elliot Murphy, del director madrileño Jorge Arenillas. Aquashow es su primer trabajo.
¿Por qué es tan bueno Aquashow? Iniciar una carrera discográfica con un tema como Last of the Rock Stars, la canción que abre este álbum, es una declaración de intenciones: “Tengo miedo de casarme porque sé que va a ser doloroso. / Aquí está la última de las estrellas del rock”. Murphy, que hoy cuenta 74 años, ha sido una estrella del rock que nunca llenó estadios, un tipo demasiado comprometido con su música como para dejarse manejar. Aquashow se editó el mismo año del debut de Bruce Springsteen. Ambos son amigos, han tocado juntos y se profesan admiración. Aquashow suena urgente y muestra a un músico contando historias urbanas y ya mostrando algunas certezas sobre una vida que no va a ser sencilla. Canciones de cantautor rocanrolero al que no le gusta echar raíces porque prefiere siempre seguir un camino, mejor si no muestra el final. A pesar de que han pasado 50 años de su publicación, este Aquashow suena vivo. How’s the Family es un Space Oddity terrenal, a Hometown Springsteen le habría añadido un saxo y no sería lo mismo, Marilyn le hubiese encantado firmarla a Lou Reed, White Middle Class Blues anticipó el ochentero Nuevo Rock Americano de Dream Syndicate… Y así de bueno todo el disco.
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