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En el flamenco actual, el ‘sampler’ marca el compás

El acompañamiento al cante o al baile con programaciones y bases electrónicas se impone como una de las tendencias principales del género, como demuestran los últimos trabajos de Cristian Moret, Rosario La Tremendita o Kiki Morente

Cristian Luque, David Lagos, Daniel Muñoz, Rocío Márquez y Rosario la Tremendita, en la Fábrica de Artillería de Sevilla.
Cristian Luque, David Lagos, Daniel Muñoz, Rocío Márquez y Rosario la Tremendita, en la Fábrica de Artillería de Sevilla.Alejandro Ruesga

Cuesta poner un punto de partida a la relación entre la música electrónica y el flamenco. Lleva tanto tiempo ahí que puede parecer algo ya natural. Un rastreo en el tiempo nos muestra que, casi desde el mismo nacimiento de la primera, nuestro arte ha sido objeto de atención y atracción para músicos de esa disciplina que pueden haber valorado de él su especial capacidad para conmover. Una madrugada, cercano tal vez el amanecer y en alguna playa, un disc jockey tuvo la genial idea de mezclar sus programaciones y sampleados con la voz de un cantaor, provocando entre los danzantes una inusitada y desbordante reacción. Puede que ahí empezara la historia. Se podrían encontrar algunos hitos en esta relación basada en la noche y el baile. Se cita, así, el disco New Jondo (1980), del cantaor El Turronero: cantes de tradición escoltados por sintetizadores en plena sintonía con la música disco del momento. Más de 20 años después llegaron los trabajos del dj Juanjo Valmorisco, con su serie Digitano (2002 y 2004), y el flamenco chill del primer Chambao. Andando el nuevo siglo, la evolución seguiría con la eclosión ­rave de Niño de Elche, y así hasta nuestros días, en los que las músicas urbanas se cruzan con formas provenientes del flamenco y viceversa.

Asimilados estos movimientos, la relación entre ambas disciplinas tiene hoy un nuevo cariz y otra dirección: son tendencia los cantaores y cantaoras que se dirigen a la música electrónica para acompañar sus cantes, que en la mayoría de los casos se mantienen fieles a las estructuras rítmicas y melódicas tradicionales. Se trata, en cualquier caso, de un enriquecedor movimiento recíproco: el músico busca inspiración en el flamenco y, en el intercambio, sus protagonistas encuentran atmósferas, texturas e inflexiones renovadas; un nuevo aliento y un nuevo ropaje con que vestir su cante. El hecho de que el uso de la electrónica coexista con los estilos tradicionales podría parecer curioso o chocante, pero no lo es para los protagonistas de este movimiento. Sus mejores exponentes son los últimos trabajos de Rosario La Tremendita (Tremenda), Cristian de Moret (Supernova) o Kiki Morente (El cante). Rocío Márquez, por su parte, ha anunciado su colaboración con el músico electrónico Bronquio, que verá la luz esta primavera.

Cristian de Moret: “Ojalá sirva como antesala para que todo el mundo quiera adentrarse más en la raíz”

El cantaor y multiinstrumentista Cristian de Moret entiende que la incorporación de la electrónica al flamenco es “una consecuencia natural de la evolución de las herramientas (instrumentos) y una de las grandes incorporaciones modernas a nuestro género”. Opina igualmente que esta relación, a pesar de encontrarse aún en una etapa experimental, “está levantando pasiones en un público de masas que aprende y empieza a valorar y escuchar nuestros cantes, aunque no sea en uno de sus estados más tradicionales”. Lo ve además como una oportunidad: “Ojalá sirva como antesala para que todo el mundo quiera adentrarse más en la raíz, porque es un universo precioso el del flamenco”. Enrique Heredia Negri, que ha producido el reciente disco de Kiki Morente, coincide con De Moret en que, con estas experiencias, “la gente que no haya escuchado el flamenco más tradicional puede acercarse a él”. Por supuesto, piensa que “la música flamenca, aunque tradicional, está muy viva y puede cohabitar con la electrónica y con los nuevos sonidos”. “En el encuentro, todos salimos ganando: en arreglos, armonías, textos… Se enriquece el género y las personas”, apunta Negri, para quien, no obstante, estas nuevas sonoridades deben estar en manos de personas con “un conocimiento grande del flamenco más ortodoxo”.

Kiki Morente y El Negri, en Madrid.
Kiki Morente y El Negri, en Madrid. Santi Burgos

Por su parte, Rosario La Tremendita apunta a la evolución natural de unos proyectos a los que exige, ante todo, verdad y honestidad. Dentro de esos parámetros, opina que se seguirá evolucionando. “¿Hacia dónde?”, se pregunta. “Ese es el misterio”. La cantaora trianera, curtida dentro de la tradición, se cansó un día del formato al uso y se presentó en directo con una estética más rockera que flamenca, acompañada de bajo eléctrico y, sobre todo, con la escolta de las programaciones de Pablo Martín Jones. Con el músico y productor lleva trabajando 10 años y fruto de esa relación nace Tremenda, su más reciente grabación, un álbum en el que se acompaña de una banda eléctrica y del que anuncia una segunda parte con guitarras flamencas. Rosario entiende ese cambio como un proceso natural al que ha llegado a través de los años. “Soy bastante inquieta, y eso me lleva a tener encuentros y necesidades artísticas diversas. Mi proceso nace de la tradición, mi lenguaje natural, y en esa evolución hay una búsqueda, revisión e incluso cambios en la estructura del cante y en su acompañamiento”, responde. Sobre la fidelidad al canon, se muestra contundente: “Estoy siendo fiel a mí misma”.

Con igual naturalidad ve también el proceso la cantaora Rocío Márquez, que insiste en que “el flamenco está vivo y la música electrónica tiene actualmente mucha presencia; es natural, pues, que se produzca este encuentro entre estilos musicales que nos remiten a lo popular”. De él destaca el gran contraste entre un arte muy orgánico, ligado a la voz humana y al movimiento, como es el flamenco, con el universo sonoro generado por las máquinas: “De un lado, tenemos la exactitud y precisión creadas con el ordenador y, de otro, la bella imperfección de una expresión viva”. Y añade: “A mí, personalmente, me ocurre que ese otro tipo de sonoridades y timbres, con los que no estamos tan familiarizados, me invita a explorar colocaciones vocales que históricamente no están transitadas en el cante”. La artista onubense ha mostrado desde su tercera grabación (El niño, 2014) una actitud muy abierta y nada convencional para acompañarse. En la actualidad Márquez se encuentra registrando su trabajo junto al músico electrónico Bronquio, a quien había pedido que remezclara uno de los temas del disco Visto en El Jueves (2019), la rondeña ‘Empezaron los cuarenta’. El resultado le resultó tan interesante que ambos se embarcaron en un proyecto común más ambicioso que, gracias a la pandemia, han podido desarrollar con tiempo, “arriesgando de verdad, con permiso para equivocarnos, redirigir la propuesta y hacer todo esto desde el disfrute”.

Rocío Márquez: “Me invita a explorar colocaciones vocales que históricamente no han sido transitadas”

El cantaor jerezano David Lagos publicó en 2019 Hodierno, una grabación conceptual en la que retó a su voz a moverse en un soporte sonoro distinto, porque “el cante, según el acompañamiento que tenga, puede cambiar mucho, te lleva a otras tesituras y otras formas”, apunta. Para ello contó con el saxo experimental de Juan Jiménez, la guitarra de Alfredo Lagos y, de forma especial, con la producción y las bases electrónicas de Artomático (Daniel Muñoz Pantiga). “Todo lo hice”, subraya, “desde la posición de un cantaor”, una idea sustentada además por la inspiración de maestros como Chacón, Mairena o Niño Medina. Lagos coincide con sus compañeros al apreciar que el flamenco, como el arte vivo que es, se nutre de todo lo actual, y eso ahora mismo le ocurre con la música electrónica. “Su uso podría ser una moda o, con el tiempo, un recurso más, pero lo que no pasa de moda es el flamenco”, remacha.

Antes de esta grabación, Artomático ya había tenido experiencias con este arte, al que considera una parte de su cultura. Especialmente relevantes, además de pioneras, fueron sus colaboraciones con el bailaor Ángel Muñoz. El músico califica de “gran implicación artística, sonora y musical” el disco junto a Lagos, que se convertiría en la banda sonora del espectáculo ¡Fandango!, del bailarín y coreógrafo David Coria. La obra escénica se estrenó en el Théâtre Chaillot de París en 2020 y con posterioridad fue premiada como mejor espectáculo en el Festival de Jerez y en la Bienal de Sevilla. El músico electrónico observa todas estas colaboraciones como una ocasión de profundizar y avanzar. “El aprendizaje es continuo y lo vivo como algo creciente, que toma distintas formas”, apunta. Por supuesto, abunda en su carácter positivo: “Con la electrónica se pueden generar apoyos expresivos que no tienen por qué ser solamente armónicos, pues se ofrece una paleta tímbrica infinita al servicio del cante o el baile”.

Discos

Cristian de Moret. Supernova. Spyro Records

Rosario La Tremendita. Tremenda. Ditto

Kiki Morente. El cante. Universal

Rycardo Moreno. Miesencia. Karonte

Romero Martín. Manifiesto. Ground Control

María José Llergo. Sanación. Sony Music

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