El juego del amor y del tiempo
Pol López, Carlota Olcina y Pau Roca protagonizan ‘Classe’, de Iseult Golden y David Horan, dirigida por Pau Carrió en la Villarroel
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Una pequeña escuela de las afueras de Dublín. En el patio, el himno luminoso del barrio podría ser Village Idiot, de Van Morrison. O un himno de los Kinks, dice el carnicero. O una que, con tono de balada, canta el personaje de Sara mientras abre la peluquería. Todo esto lo imagino yo creyendo en la esquina de la escuela y la peluquería con un sol que quiero permanente.
Ahora han pasado unos años, y en el Bush Theatre de Londres se informa, refulgente como un cartel, que la obra fue escrita y levantada como un árbol de hojas verdes por el dramaturgo David Horan y por su pareja artística, Iseult Golden, actriz, dramaturga y codirectora del Inis Theatre de Dublín. En mi imaginación de verano, el grupazo está tan cercano a la función, llamada Classe, casi como el combo rítmico de Joe Strummer. Signos de identidad: Classe sube a la escena del 11 de mayo hasta el 1 de junio de 2019. La primera banda del Bush estuvo encabezada (información por gentileza de Tania Brenlle, de La Villarroel) por Will O’Connell, Sarah Morris y Stephen Jonen. Más estrellas del grupo: lo encabeza el profesor Ray McCafferty pero con otro reparto. O sea, catalanes, y con otro árbol genealógico. Y, si gastasen la tarde chulesca, las camisetas llevarían, enlazadas, las palabras “humor” y “tensión”.
El juego de los amigos pregunta en el aire si ese salto es en el tiempo o un señor flashback. Vamos a seguir repartiendo: en nuestro elenco, el joven profesor y escritor que intenta ayudar a Ray McCafferty, al que encarna Pol López. Y Jayden Costello, a cargo del ficticio Brian Kaylen (o sea, su padre), y la joven Sara Kayle, encarnada por la actriz que interpreta a Sara. Datos que suenan muy apócrifos, pero los compro porque: a) los padres están separados, y b) los personajes, muy catalanes, imitan con mucho salero el acento irlandés (un poco a lo Kiko Veneno). ¿He dicho que el hijo de Sarah y Brian tiene nueve años? Dicho queda. Más datos: Brian trabajaba de mecánico y ahora lleva un taxi: turno de noche.
A la que me descuido se me va la genealogía. Ejemplo: tanto McCafferty como Jayden parecen más buenos que santos de palo. Adivinen a qué chaval le trataría un psicólogo (o pedagogo) para lijar algunas sencillas dificultades de alfabetización pero que pueden ir a más. Otro ejemplo: McCafferty parece tímido como un niño recatado, aunque al final brota una sorpresa a tener en cuenta. Releyendo todo esto, doy en pensar que Classe está más cerca de una novela que de un musical, o sea, rozando la viva fabulación.
Rematen ustedes la historia de la brillante tarde de verano. Y a guisa de canción brota (o rebrota) esta otra: Classe “habla de todas esas zonas grises que envuelven las buenas intenciones y eso es lo que la hace brillar” (What’s On Stage). No teman el peligro de irse por las altas cumbres del despiste: vayan tranquilos, paso a paso, porque Pau Carrió es un director y traductor de muy fina mano (y oído), y tiene en el zurrón clásicos de tronío como Nit de reis, L’hostalera, Enric V, Hedda Gabler y Hamlet, buen repóquer para ir abriendo boca.
Algunos hits de su compañero el actor Pol López: Testimoni de guerra (2021), Solitud (Victor Català) o Esperant Godot, de Beckett. Algunos éxitos de Pau Roca: Obras de Duncan MacMillan (Pulmons) o Lorca. Y de Carlota Olcina: El quadern daurat o Incendios. Un final contundente y capicúa: mezclar puñetazo y carcajada. Y no les digo más.
Produce la compañía Sixto Paz, nacida en 2013, con voluntad de llegar para quedarse.
Classe. Iseult Golden y David Horan. Dirigida y traducida por Pau Carrió. La Villarroel. Barcelona. Hasta el 9 de mayo.
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