Jorge Semprún: el escenario como campo de batalla
Un volumen reúne el teatro completo e inédito del escritor coincidiendo con el 10º aniversario de su muerte
Antes que la novela, Jorge Semprún eligió el teatro. En 1947, apenas dos años después de ser liberado del campo de concentración de Buchenwald y mucho antes de que volcara esta experiencia en su primera novela, El largo viaje (1963), el escritor empezó probándose como autor dramático. No resulta raro teniendo en cuenta que Semprún era por entonces un entregado militante comunista, Piscator y Brecht estaban todavía activos y el teatro político se reivindicaba en los escenarios europeos como poderosa arma de acción social. Pero pronto dejaría el género para inclinarse hacia la narrativa, por lo que su faceta como dramaturgo quedó relegada y prácticamente inédita.
Coincidiendo con el 10º aniversario de su muerte, la editorial Renacimiento acaba de cubrir esa laguna con la publicación de un libro que no solo reúne su teatro completo, sino que lo pone en relación con su biografía, el contexto histórico y el resto de sus escritos. Un volumen editado al detalle por Manuel Aznar Soler —que en 2015 publicó un libro en el que analizaba ya todas sus obras— y Felipe Nieto —autor de una biografía centrada en su militancia comunista— y enriquecido con datos que facilitan al lector su disfrute, pues también en estas obras, como en toda su producción literaria, la ficción se entremezcla con la realidad.
Semprún escribió cinco obras entre los años 1947 y 2000. Las dos primeras pertenecen a ese periodo de militancia comunista activa y las escribió claramente como extensión de su actividad política. La primera, Soledad (1947), nunca se llegó a publicar ni representar porque el PCE consideró que era demasiado pesimista y no animaba a la lucha popular: se desarrolla durante las huelgas obreras de mayo de 1947 y su protagonista, un exiliado que regresa clandestinamente a España para apoyar la revuelta, lo construye Semprún ya como ese alter ego que recorrerá toda su escritura. Es una obra de estructura sencilla, pero en ella se advierten ya todas sus preocupaciones: el exilio, la clandestinidad, el totalitarismo, los campos de concentración, la memoria, Europa.
La segunda obra, ¡Libertad para los 34 de Barcelona! (1952), recrea la huelga de los tranvías de 1951 en la capital catalana. Es la única que escribió en español y también la más propagandística: esta sí fue publicada por el PCE y con ese propósito hay que entenderla.
Fue la última de esa etapa. Pasaron más de 40 años hasta que Semprún volvió a la escritura dramática. Lo hizo ya como autor consolidado y volcando en el género todo lo que había desarrollado en su narrativa, aunque con mucha más libertad formal, pues la dimensión poética del teatro le permitía más licencias temporales y espaciales. Tal vez por eso las tres obras restantes que escribió resultan difíciles de representar. En El regreso de Carola Neher, estrenada en 1995 a las afueras de Weimar, cerca de Buchenwald, Semprún pone a Goethe a dialogar con Léon Blum mientras el personaje del Superviviente, otra vez su alter ego, revive el trauma del campo de concentración. En Gurs: una tragedia europea (2004), encargo de la Convención Teatral Europea, el autor sitúa la acción en Gurs, el campo francés donde confluyeron múltiples nacionalidades, para abordar la cuestión de la construcción de Europa. La última, Yo, Leonor, hija de Carlos Marx, ¡judía! (2000), parece una vuelta a los orígenes, aunque más bien es un nuevo ejercicio de memoria: el comunismo visto desde el siglo XXI.
Teatro completo
Autor: Jorge Semprún.
Edición: Manuel Aznar Soler, Felipe Nieto.
Editorial: Renacimiento, 2021.
Formato: 352 páginas. 21,90 euros.
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