En el Camino
En ‘El manuscrito de barro’, Luis García Jambrina recrea la investigación de un crimen por parte de Fernando de Rojas y el archivero de la catedral de Santiago, Elías do Cebreiro
Desde El manuscrito de piedra (2008), Luis García Jambrina ha consolidado en el imaginario de miles de lectores la figura de Fernando de Rojas, el autor de La Celestina, como un pesquisidor muy singular, que ahora, en El manuscrito de barro, ejerce como letrado del concejo en Talavera de la Reina, alejado ya de la Salamanca estudiantil.
El 29 de mayo de 1525, cerca de Burgos, es asesinado un peregrino en el Camino Francés. Su muerte se suma a otras acontecidas en anteriores etapas, ejecutadas todas ellas según un ritual tan meticuloso como simbólico, y presumiblemente no será la última. Ante la amenaza que ello supone para el Camino de Santiago —debilitado entonces su prestigio por los ataques de Lutero, las rivalidades para lograr su explotación o la presencia de gallofos: falsos romeros o tipos apicarados que responden al refrán “Con bordón y calabaza, vida holgada y regalada”—, el arzobispo de Santiago le encarga a Rojas que se ocupe de la investigación, ayudado por el archivero de la catedral, Elías do Cebreiro.
Ambos conforman una pareja de estirpe cervantina, que distraen el camino conversando y disputando, cuando la intriga se remansa, pues esta es una novela que combina, con sabio equilibrio, la intriga detectivesca y el marco histórico. Así, a las múltiples peripecias relacionadas con los crímenes se suman los percances relativos a un viaje no exento de peligros —además de la descripción de los lugares que se recorren— y muchas otras historias interpoladas: las que cada peregrino acarrea consigo. Incluida Marcela, una mujer cuya rebeldía y lucha por la libertad constituye sin duda un homenaje a la inolvidable “pastora” de El Quijote. Junto a ellos, un amplio abanico de personajes secundarios (hospitaleros, alguaciles, mesoneros, chamarileros…) teje la vida cotidiana e intrahistórica, con estampas o escenas que pintan los usos y costumbres, y también la mentalidad social. El manuscrito de barro nos brinda una lectura tan apasionante y sólida como grácil y amena. Sin alharacas, ni piruetas, ni estridencias falsamente originales, sino con un buen manejo de los códigos narrativos implicados, y muchas lecturas.
El manuscrito de barro
Editorial: Espasa, 2021
Formato: Rústica. 344 páginas. 19,90 euros
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