Apagones de ocho horas al día en Ecuador en medio de una crisis de seguridad
El presidente Daniel Noboa también ha decretado un toque de queda en seis regiones por el aumento de la violencia
Los apagones regresan a Ecuador. El Gobierno de Daniel Noboa anunció que a partir de la próxima semana se harán racionamientos eléctricos de ocho horas diarias de lunes a jueves, de 22.00 a 6.00. “El horario establecido ha sido escogido con la finalidad de generar el menor impacto posible en las actividades productivas y el desarrollo de las jornadas laborales”, subraya el comunicado. Además, como medida complementaria para mitigar el impacto de la crisis eléctrica que afecta al país desde 2023, todos los empleados del sector público trabajarán desde casa para contribuir al ahorro energético
La medida no ha sido completamente inesperada. El Gobierno había anunciado dos días antes un apagón nacional programado para adelantar el mantenimiento del sistema de transmisión y redes de distribución. Ese primer anuncio está previsto que se cumpla el miércoles. La medida ha causado preocupación entre la población, porque coincide con una crisis de seguridad en el país. Como respuesta, Noboa ha decretado un toque de queda en el mismo horario para seis provincias costeras con altos índices de criminalidad, así como para la ciudad de Camilo Ponce Enriquez, donde los grupos delictivos han desencadenado masacres debido a la disputa por recursos minerales en la zona.
Al Gobierno le ha costado reconocer la crisis, especialmente en un contexto en el que el presidente busca la reelección para febrero de 2025. La administración ha intentado controlar la narrativa, minimizando el problema y responsabilizando a gobiernos anteriores por la falta de inversión en infraestructura. También ha acusado a la exministra de Energía de sabotaje, sin que dicha acusación haya sido probada, y atribuyó el último apagón, que dejó a la mitad del país sin electricidad, a una falla humana. Sin embargo, las contradicciones y errores de sus funcionarios han erosionado la credibilidad del Gobierno. Una semana antes del anuncio de los cortes, el ministro de Gobierno, Arturo Félix, aseguró en una entrevista al medio Teleamazonas, que no habría apagones. Aún más, interrumpió una entrevista radial en el que acusó al entrevistado de mentir cuando hacía referencia a un comunicado oficial de la Dirección de Espacios Acuáticos sobre el riesgo de navegación de la barcaza turca contratada por el Gobierno para proveer 100 MW, en el sector Las Esclusas, en Guayaquil. “Yo soy el ministro de Gobierno, tienen un entrevistado ahí que está mintiendo”, dijo Félix quien gritaba en la transmisión en vivo. “¡Hasta cuándo le mienten a Ecuador! Esto no lo voy a permitir”, continuó.
Un nuevo revés se produjo este martes cuando el jefe de la policía de Quito recomendó a los ciudadanos comprar silbatos para alertar a las autoridades durante las horas del apagón, dado que los conjuntos residenciales no tendrían alarmas debido a la falta de electricidad. “Es importante que adquieran un pito (silbato), para que puedan hacer sonar varias veces. Los policías ya conocen que esto puede ser una medida para alertarnos”, dijo en rueda de prensa el general de policía, Henry Tapia. La sugerencia generó burlas en las redes sociales, y el comandante de la Policía tuvo que aclarar que el uso del silbato no formaba parte del plan operativo. La seguridad sigue siendo una de las principales preocupaciones debido a los altos niveles de violencia, crímenes, secuestros y extorsiones.
Con el decreto presidencial en vigor, más de siete millones de personas tienen prohibido salir de sus casas durante el toque de queda. Aproximadamente 450 mil policías serán desplegados para reforzar los patrullajes en zonas clave, como entidades bancarias, gasolineras, centros penitenciarios y áreas vulnerables durante los apagones. A pesar de que los cortes de energía comenzarán a las 22:00, la preparación para estos ha alterado la vida cotidiana, con la anticipación del horario nocturno de salida de colegios, universidades y empresas, así como un aumento en la compra de velas y fósforos por parte de los ciudadanos.
Ecuador atraviesa el peor estiaje en los últimos 60 años, según los datos gubernamentales, lo que agrava la situación energética dado que casi el 90% de la electricidad del país depende de las hidroeléctricas y de los caudales de los ríos. El país tiene un déficit de 1.080 MW para suplir la demanda nacional. Según el último informe de Celec, la compañía operadora de electricidad, la falta de lluvias ha reducido la capacidad de las hidroeléctricas al 79%. Los ríos de Azuay, que alimentan a Paute, una de las principales hidroeléctricas, han experimentado 67 días de sequía.
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