Maduro ordena una “acción defensiva” ante la llegada de un buque británico a las costas de Guyana
Venezuela inicia ejercicios militares en la zona mientras el país vecino niega “planes de una acción ofensiva”
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha ordenado este jueves comenzar una “acción defensiva” en el océano Atlántico tras la llegada de un buque de guerra británico a las costas de Guyana. El vicepresidente de ese país, Bharrat Jagdeo, ha negado poco después “planes de una acción ofensiva” contra sus vecinos, que reclaman la soberanía del Esequibo, un territorio selvático rico en minerales y petróleo. “Estas son medidas rutinarias que son planificadas mucho tiempo, son parte de la construcción de capacidad de defensa. No planificamos invadir Venezuela, el presidente Maduro lo sabe. No tenemos ningún plan de tomar acción ofensiva en contra de Venezuela”, ha agregado Jagdeo.
Maduro, que se ha pronunciado sobre el conflicto territorial durante su mensaje de fin de año, ha calificado la presencia del buque de la Armada británica como una “amenaza [...] contra la paz y la soberanía”. Su Gobierno lo ha denunciado además como un acto de “provocación hostil” y una violación de los acuerdos bilaterales firmados a mediados de diciembre en San Vicente y las Granadinas. Un par de semanas de aparente calma siguieron a la reunión entre los presidentes Maduro e Irfaan Alí, organizada por Brasil con apoyo de los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), para desactivar la escalada de tensiones entre Venezuela y Guyana por la soberanía del Esequibo.
La Cancillería venezolana ha dicho en un comunicado que la llegada del navío militar HMS Trent es “extremadamente grave” y se suma a las declaraciones de los aliados de Guyana en el conflicto territorial como Reino Unido y Estados Unidos. “Venezuela insta a las autoridades de Guyana a tomar acciones inmediatas para el retiro del buque y abstenerse de seguir involucrando a potencias militares en la controversia territorial”.
La Fuerza Armada de Venezuela anunció el despliegue operacional de 5.600 oficiales en la fachada atlántica del país, que incluye aguas territoriales en disputa. “Vamos con la mejor disposición, con la mejor actitud de combatiente entrenado para custodiar el territorio venezolano y ejercer soberanía”, dijo Ashraf Suleiman Gutiérrez, jefe de Región de Estratégica Defensa Integral Marítima Insular. En televisión se transmitió el inicio de la movilización de patrulleros oceánicos, buques, lanchas misilísticas, aviones caza F-16 y Sukhoi, vehículos anbifios y de defensa antiaérea, entre otros equipos, autorizada en vivo por Maduro vestido con traje militar.
En medio de un vendaval interno luego de las primarias en las que la oposición venezolana cerró filas en torno a la candidata María Corina Machado, Maduro ha desempolvado un conflicto de hace dos siglos con Guyana sobre la posesión del Esequibo, un extenso territorio de 160.000 kilómetros cuadrados, cinco veces la superficie de Bélgica, con importantes riquezas mineras y petroleras. En los mapas de 1777 la frontera de la Capitanía General de Venezuela incluía esta área. Pero fue la Guyana británica, y luego la independiente, las que terminaron ocupando este territorio. Tras el Laudo Arbitral de París de 1899, un documento considerado amañado por Venezuela, se movió la frontera de Guyana hacia el oeste para quedarse con esa porción dentro de sus límites. Por décadas, esta controversia estuvo siendo mediada a instancias de las Naciones Unidas en el marco del Acuerdo de Ginebra de 1966 y hace cinco años desembocó en la Corte Internacional de Justicia, cuya jurisdicción para zanjar este conflicto es rechazada por Venezuela.
Un día después de las primarias de la oposición que movilizaron a más de dos millones de venezolanos, Maduro anunció un referéndum para el 3 de diciembre en el que se aprobó la anexión del Esequibo con una participación que ha quedado en entredicho, por la poca movilización que se vio en la calle y la ausencia de resultados desagregados sobre los votos. Las alarmas se encendieron en América Latina y llegaron a discutirse en una sesión informal del Consejo de Seguridad de la ONU. Pese a esto, Maduro huyó hacia adelante y nombró autoridades en la región, ordenó la cedulación de sus ciudadanos y decretó un nuevo mapa del país con el Esequibo. Guyana, que en los últimos años ha otorgado concesiones petroleras en las aguas en disputa, también siguió la pólvora con la izada de la bandera de su país en el sector en disputa y la movilización de sus aliados en el terreno de la diplomacia.
Esta es una tensión latente que pudiera ser administrada políticamente por el chavismo, de acuerdo con varios analistas, para suspender las presidenciales de 2024 a las que acudiría en desventaja si se ve obligado a cumplir con las garantías democráticas que exige la comunidad internacional, bajo el argumento de que una escalada con Guayana lo obligarían a declarar un estado de excepción.
Luego de la reunión en San Vicente y las Granadinas del pasado 14 de diciembre las partes acordaron seguir dialogando y evitar tomar medidas que compliquen aún más la situación. El pequeño país caribeño también sirvió para que un par de semanas después se realizara el intercambio de prisioneros estadounidenses por el empresario Alex Saab, detenido por lavado de dinero en Estados Unidos, que lo señala de ser testaferro de altos cargos del Gobierno de Maduro, y que Venezuela lo reclama como diplomático. El tema del Esequibo, sobre el que el Gobierno desplegó una intensa campaña de propaganda, pareció enterrado por unas semanas con los nuevos movimientos dados en el tablero de negociación que mantiene el chavismo con Estados Unidos, que ha flexibilizado las sanciones, para que Maduro de paso hacia unos comicios competitivos en 2024 como la posible habilitación de Machado para que compita libremente, un asunto sobre el que se espera una decisión del Supremo esta última semana de 2023, cuando las aguas entre Venezuela y Guyana parecen volver a agitarse
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