El chavismo gana el referéndum para la anexión del Esequibo y eleva la tensión con Guyana
El voto a favor alcanza el 95%, con un 50% de participación, según las autoridades de Venezuela. En los centros electorales, sin embargo, no se vieron colas ni una afluencia masiva
El chavismo ha ganado este domingo el referéndum no vinculante sobre la anexión del Esequibo, una región selvática de 160.000 kilómetros cuadrados en disputa con Guyana, con más del 95% de los votos y una participación cercana al 50%, según el Centro Nacional Electoral (CNE). La intención del Gobierno venezolano de hacerse con esa parte de Guyana, que supone dos tercios de su territorio, eleva la tensión con el país vecino, que ha visto como una provocación explícita el llamado a las urnas del chavismo.
El Ejecutivo ha desplegado una enorme campaña nacionalista para promover un mapa de Venezuela que añada el territorio —rico en petróleo y minerales— de la Guayana Esequiba, con una extensión mayor que la de Portugal. El presidente, Nicolás Maduro, ha sido el primero en apoyar el referéndum que puede servir de pistoletazo de salida a su campaña para las elecciones presidenciales de 2024, en las que se enfrentará a un candidato de la oposición, que podría ser María Corina Machado, ganadora de las primarias, si finalmente le levanta la inhabilitación. El aparato del Estado ha promocionado la votación con vallas, conciertos, merchandising, concentraciones militares y publicidad incesante en redes sociales.
El presidente del CNE, Elvis Amoroso, declaró tres horas después del cierre de los centros de votación que la participación sobre la defensa de la soberanía venezolana del Esequibo y el Acuerdo de Ginebra de 1966 estuvo cercana “a los 10 millones de personas”. Este lunes, el CNE anunció que en la consulta participaron 10,43 millones de votantes, en torno al 50% del censo. En su mejor momento, Hugo Chávez nunca logró alcanzar una cifra como la que insinúa la autoridad electoral. Las autoridades chavistas han declarado que la asistencia de los votantes en las mesas ha sido masiva. Se ha hecho mucho énfasis en que todo este proceso rebasa a los partidos y que se trata de un objetivo nacional, si bien es el palacio de Miraflores [sede del Gobierno venezolano] quien lo convoca.
Sin embargo, a lo largo de todo el día circularon imágenes de centros de votación vacíos. La sensación era de fracaso. La ausencia de gente era palpable incluso en los propios avances informativos de la estatal Venezolana de televisión, en la cual muchos dirigentes nacionales y regionales arengaban sobre el sagrado compromiso y el deber nacional. En algunos centros de votación era visible la presencia de militares activos de la Guardia Nacional y estudiantes de la Universidad Nacional de la Seguridad, entre otros funcionarios estatales, aguardando su turno para votar.
Guyana pidió el viernes a la Corte Internacional de Justicia de la ONU, con sede en La Haya, que suspendiese la consulta popular venezolana por considerarla una amenaza. El chavismo se tomó como una victoria que el organismo no suspendiera explícitamente el proceso, aunque la corte de Naciones Unidas sí reiteró sus advertencias a Caracas de “no hacer nada que modifique la situación sobre el territorio que administra y controla de facto Guyana”, mientras se determina el fondo de la disputa sobre la región que analiza el tribunal, que es, precisamente, la validez de la frontera que defiende Guyana.
Los magistrados también manifestaron su preocupación por una de las preguntas planteadas en la consulta, la quinta. Era la que generó más suspicacia, pues con ella el Gobierno de Maduro recibe la autorización popular para crear un Estado en el territorio en disputa y dar identidad venezolana a poco más de 125.000 personas que viven en esa franja de selva y que ya son guyaneses.
Algunos políticos opositores importantes, como el excandidato presidencial Henrique Capriles o el gobernador Manuel Rosales, decidieron acompañar la iniciativa. Apenas había votantes en los lugares en los que depositaron su papeleta. Sin embargo, los sectores más duros de la oposición venezolana, mayoritarios en este momento, optaron por cuestionar el contenido del referéndum y, como el partido Voluntad Popular, llamaron a la población a “no dejarse manipular”. María Corina Machado manifestó que no participaría en la consulta, puesto que “la soberanía nacional no se consulta, se ejerce”.
Jorge Rodríguez, presidente del comando oficialista promotor del referéndum, felicitó a la población por la participación e insistió en que la ausencia total de incidentes es una nueva muestra de que el sistema electoral venezolano “es uno de los mejores del mundo”, en virtud de la rapidez del proceso. Algunos analistas han afirmado que la velocidad en la votación podría explicar la ausencia de colas, y que los niveles de participación podrían ser más altos de lo que estima la oposición, que desconfía de las cifras oficiales.
Amoroso declaró a las seis de la tarde (23.00 en la España peninsular) que el cierre de las mesas se prorrogaba por dos horas más, hasta las ocho de la tarde, para dar oportunidad a aquellos que no habían podido votar, en vista de que continuaban llegando ciudadanos. El ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, expresó su satisfacción por el resultado de una iniciativa “cívica” para reivindicar la legítima soberanía nacional en el Esequibo. En las emisiones informativas de la televisión estatal se afirmaba que esta era “la primera consulta popular en defensa de la soberanía nacional” que se realiza en la historia del país. También Diosdado Cabello, vicepresidente del partido oficialista, el PSUV, destacó la rapidez del proceso, la ausencia de incidentes y la disciplina ciudadana.
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