Las claves para que Colombia tenga más y mejores empleos
Expertos aseguran que se requiere una economía productiva, que otorgue protección social apropiada a los trabajadores y que permita financiar las obligaciones del Estado
En cuanto a formalidad laboral se refiere, Colombia es un país promedio. Mientras que en la región las cifras de informalidad se encuentran entre el 55% y el 60%, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en noviembre la informalidad en Colombia fue del 55,2%. Esto quiere decir que más de la mitad de los trabajadores no tiene acceso a un trabajo formal y, por lo tanto, a seguridad social.
La informalidad preocupa por tres razones fundamentales:
1. Los trabajadores no tienen acceso a servicios y seguros importantes (salud y pensión);
2. Las empresas y trabajadores informales están por debajo de los niveles promedio de productividad y tienen el potencial de aportar más al crecimiento del país, y
3. No se puede recaudar impuestos de manera razonable porque hay mucha gente fuera de los sistemas recaudatorios.
Para Mariano Bosch, asesor económico principal de la vicepresidencia de sectores y conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la informalidad es un síntoma de esos problemas, pero no necesariamente lo que se intenta solucionar. “Se quiere tener una economía productiva, que otorgue protección social apropiada a los trabajadores y que pueda recaudar lo que tiene que financiar el Estado de manera razonable”, sostiene.
“Colombia ha hecho grandes avances, a pesar de ser un país con altos niveles de informalidad. Ha conseguido una cobertura de la protección social relativamente razonable, está cerca a la cobertura universal en salud y ha incrementado su cobertura pensional. Aunque tenemos un mercado laboral que no funciona como debería, Colombia ha conseguido paliar uno de los problemas derivados de la informalidad que es la falta de protección social (en salud)”, añade Bosch.
Por su parte, Cristina Fernández, investigadora sénior del centro independiente de investigación económica y social, Fedesarrollo, llama la atención sobre las empresas pequeñas, pues son las que concentran la mayoría del empleo. Asegura que “no tienen acceso a un capital o tienen acceso a un capital que les cuesta tres veces más que a las empresas grandes, luego son muy improductivas. Además, las empresas grandes tienen una deducción muy importante de los costos laborales, la seguridad social les sale un décimo de lo que les sale a las empresas más pequeñas, entonces tienen muchas más posibilidades de contratar formalmente, de ser más productivas y de contratar mano de obra calificada”.
La discusión de cómo reducir la informalidad debería estar guiada por qué es lo que realmente preocupa de este problema y hacia dónde debe transitar el modelo de protección social y recaudación de impuestos.
“Un paso previo a la pregunta de cómo reducimos la informalidad es hacia dónde queremos apuntar con nuestras políticas públicas. ¿Estamos preocupados fundamentalmente por el acceso a la protección social? ¿Por qué nuestra economía no crece lo que debería crecer? o ¿Por qué tenemos problemas de recaudación fiscal? Probablemente estamos preocupados por todas esas cosas, pero el énfasis de la política va a depender mucho de cuál es el objetivo central de lo que quiere conseguir Colombia en los próximos años”, concluye Mariano Bosch.