Audun Lem, alto funcionario de la FAO: “Los beneficios de comer pescado son mayores que los riesgos”
El director adjunto de Pesca y Acuicultura del organismo de Naciones Unidas habla sobre la compleja industria de la acuicultura y sus impactos en el medio ambiente y en la salud humana
Audun Lem creció, literalmente, rodeado de pesca. Nació en una de las 239.057 islas de Noruega. Desde la suya, Moldøen, veía el mar, los picos nevados, el glaciar Aalfot, los barcos que iban y venían. Estratégicamente situada en la principal ruta marítima noruega, con instalaciones portuarias y el antecedente de haber sido un punto de encuentro desde la época vikinga, su isla le permitió entender, desde pequeño, cómo funcionaba el comercio de peces. “La pesca reúne a la gente alrededor del mundo. Todos comemos pescado”, dice en una entrevista por videollamada desde Roma, sede de la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, donde trabaja como director adjunto de la División de Pesca y Acuicultura.
Es precisamente en Roma donde está el primer antecedente del cultivo de peces en estanques. El entrevistado cuenta que hace más de 2.000 años “los romanos cultivaban ostras y ciertos tipos de peces. Con el tiempo, mucho de ese conocimiento se perdió; lo conservaron los monasterios católicos en Europa, en los siglos XIV, XV y XVI. Los monjes practicaron la acuicultura porque sabían que era buena para la salud”. Tras siglos en el olvido, a partir de la década del setenta esta industria ha vivido un resurgimiento. Hoy, “más del 50% de los productos del mar que consumimos vienen de la acuicultura”, añade Lem.
Desde 1996, este economista —con un doctorado en Ciencias Agrícolas del Instituto de Pesca Marítima de Polonia y una maestría en Administración de Empresas de la Universidad de Harvard— trabaja en la FAO. Ha participado en diversos proyectos para investigar y redactar acuerdos que permitan regular el comercio y consumo de peces en un mundo cada vez más interconectado. Los océanos están contaminados, sobreexplotados, y abundan las denuncias de esclavitud y explotación laboral en los barcos pesqueros. Al tiempo, aumenta la demanda de comida en un mundo con una población en aumento, de más de 8.000 millones de personas. En ese sentido, para Lem “el crecimiento de la acuicultura es necesario si se la quiere alimentar con pescado. No hay otra alternativa”.
Pero las imágenes de las granjas de peces distan mucho de la apacibilidad de un monasterio medieval. Su producción masiva, en la que se rentabiliza al máximo cada especie, genera críticas de organizaciones de defensa de los animales y del medio ambiente. Los cuestionamientos van desde el debate ético sobre la vida digna de animales que, encerrados, no pueden desarrollar sus comportamientos naturales, hasta las implicaciones de esto sobre sus propiedades nutricionales o la contaminación de las aguas estancadas. La acuicultura, en todo caso, ya está en los estantes de los supermercados, en el centro del debate y en nuestras mesas.
Pregunta: En términos de salud, ¿es lo mismo comer un pez que fue pescado en el océano a uno que proviene de la acuicultura?
Respuesta: No creo que sea útil decir que uno es más saludable que el otro, pero lo que proviene de la acuicultura es cientos de veces más controlado que lo que viene del océano. La tilapia, el salmón, cualquier pez ha sido criado con control sobre el agua, la alimentación, la salud de los pescados. No sirve de nada tener una competencia entre ambos, porque entonces las personas van a terminar comiendo pollo.
P: ¿Una de las ventajas sería que estaría libre de mercurio?
R: Sí, así es. Hace unos meses, 35 expertos de todo el mundo se sentaron a analizar nuevas investigaciones sobre los riesgos y los beneficios del consumo de pescado. Los riesgos incluyen el mercurio, pero los beneficios son una mejor salud, un mejor desarrollo del cerebro, especialmente de las mujeres en edad fértil. Así que los beneficios ciertamente son mayores, pero si tienes una situación como la de hace algunos años en Japón, en la que había exceso de mercurio, o si tienes demasiado mercurio en algunos ríos de Colombia, entonces los riesgos los superan
P: Una de las principales criticas a la acuicultura es el impacto ambiental de alimentar peces con otros peces...
R: Debemos recordar que muchos, como la tilapia, son vegetarianos, no dependen de la carne de pez o del aceite de pescado con el que se les suele alimentar. Otros no, como el salmón, la trucha, o incluso los camarones; esos se alimentan de una mezcla que contiene algo de carne y de aceite de pescado, pero también soja y otros ingredientes. La dieta de los pescados en la acuicultura cada día es más vegetariana.
Además, para la producción de alimentos para los peces se suelen utilizar pescados muy grasosos, con muchos huesos, que son difíciles de consumir para las personas. Por ejemplo: el mayor productor de alimentos para peces es Perú. Allí, para atrapar este pescado, hay un periodo de un par de meses. Son millones de toneladas, y no hay manera de procesarlas, congelarlas ni consumirlas. Entonces la única alternativa real es convertir ese pescado en carne y aceite para alimentar a otros peces. Otro ejemplo: Chile produce filetes de salmón. ¿Qué ocurre con el resto del pescado, la cabeza, la cola, las agallas? Se usa para producir comida y aceite para pescado, que alimenta a los camarones o a las tilapias; no a los pescados de la misma especie.
P: Los suplementos alimenticios provenientes del pescado, como el Omega 3, ¿pueden provenir de la acuicultura?
R: No, normalmente se usan pescados provenientes del mar. En el Ártico se pesca krill, una especie de camarón pequeño, pero la mejor manera de obtener estos nutrientes es consumiendo el pescado directamente. Es más barato, mejor y más eficiente.
P: Otra crítica es que estas granjas están sucias o tienen un mal mantenimiento
R: Yo diría que es un mito, basado en ejemplos específicos. A los granjeros es a quienes les conviene tener animales saludables, que crezcan rápidamente, sin daños. Por supuesto, las autoridades están revisando, pero también los clientes, los procesadores y los supermercados.
P: ¿Cómo está la industria de la acuicultura en el mundo y en Latinoamérica?
R: Asia lidera la producción, pero también tiene una gran población. En otras regiones, incluida Latinoamérica, hay industrias exitosas. En Chile, de salmones, pero también de mejillones y otras especies. En Brasil está especialmente la tilapia; en Perú, la trucha y otros productos. Ecuador es uno de los más grandes productores de camarones. Hay mucho interés en el desarrollo de la acuicultura, incluso en los países sin acceso al océano. Para nosotros es muy importante impulsar el desarrollo de la acuicultura en Paraguay y Bolivia, donde tradicionalmente el consumo de peces ha sido bastante bajo.
P: Hay denuncias de que los trabajadores de los barcos pesqueros viven en condición de esclavitud...
R: En Brasil, en el Día Mundial de la Pesca de 2023, hablamos sobre la responsabilidad social con los pescadores. Todos los sectores tienen problemas, y no estamos excluidos; tenemos problemas con barcos que operan de forma insostenible. Muchos están registrados en algún lugar y el dueño está en otra parte, así que en realidad no sabemos quiénes son los propietarios. Y si no lo sabes, tienes evasión de impuestos, pesca ilegal y falta de respeto por las condiciones laborales. Es difícil establecer si muy dentro de los océanos hay cosas que se han hecho de manera ilegal.
P: ¿Cómo controlarlo?
R: En el llamado ‘paquete de Ginebra’, acordado en 2022, la Organización Mundial del Comercio (OMC) estableció que no puedes subsidiar la pesca afuera del área exclusiva de cada país, que suele ser de 200 millas. Es un paso. Hay otra herramienta, el acuerdo PSMA, que otorga más poder y responsabilidad a los Estados con puertos. Les da el derecho a intervenir si hay sospecha de pesca ilegal, y prohibir que los barcos puedan entrar a abastecerse de petróleo o previsiones. También debemos mencionar el rol de la tecnología, con satélites o drones. Antes teníamos científicos como observadores abordo. Ahora hay cámaras de vigilancia, y organizaciones como Google, a través de sus satélites, han tomado la iniciativa.
P: ¿Un consumidor normal puede saber si lo que está comprando viene de la pesca legal?
R: No es completamente correcto decir que solo debes comprar productos que han sido certificados con un sello, porque los pescadores locales, por ejemplo, no cuentan con ellos. Pero si tú compras productos con un certificado, puedes estar seguro de que proviene de una pesca legal, o de acuicultura legal, que se están respetando las normas de comercio de animales y las condiciones laborales.
P: ¿Esos certificados evalúan la calidad de la carne? Porque hay preocupaciones de que contengan químicos o antibióticos...
R: No. La certificación establece el origen legal y las condiciones en las que son producidos, incluido el bienestar animal, como el máximo de pescados por metro cuadrado o su alimentación de fuentes sostenibles. La seguridad de la comida le corresponde a las autoridades de cada país.
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