El enfriamiento de la economía provoca un bajón del 38% en las utilidades de la banca colombiana

La solvencia de la banca no ha resultado inmune al enfriamiento de la economía colombiana. En un contexto de múltiples incertidumbres globales, las utilidades de los bancos retrocedieron el 38,17% anual durante el primer trimestre de este año, según un informe de la Superintendencia Financiera. El análisis del órgano regulador refleja que los dos indicadores clave tras los modestos resultados han sido el frágil crecimiento de nuevos créditos, lastrados por las subidas de los tipos de interés, con una subida de apenas el 0,11% anual, y el desplome de las ganancias de los prestamistas, que cayeron un 37%.

Sin embargo, no todas son malas noticias. Las utilidades del sistema financiero en conjunto, que además de bancos incluye fiduciarias, los establecimientos de crédito y administradoras de fondos de pensiones y cesantías, se dispararon 1.202% en el mismo lapso, hasta alcanzar más de 45 billones de pesos. ¿A qué obedece la diferencia? Los analistas apuntan a que la ralentización del crecimiento, que múltiples proyecciones sitúan entre el 0,5% y poco más del 1% para final de año, hace mella más pronto sobre la dinámica de la cartera bancaria que sobre otros negocios del sector, pero podría traer otras consecuencias en el transcurso del año.

Por lo pronto, los bancos con los mayores agujeros en sus balances fueron el Banco Popular, con pérdidas por 91.085 millones de pesos; ScotiaBank-Colpatria, con -80.549 millones y el Banco Falabella con -39.005 millones. “En época de desaceleración la banca coloca menos, hace mayores inversiones financieras y provisiones y capta menos”, explica el economista Daniel Castellanos, presidente de la Fundación Impacta, “con esas medidas se protege, pero las utilidades dejan de crecer al ritmo de antes”.

Se trata, pues, de un coletazo más de una realidad global con notas moderadas dentro de un sistema financiero etiquetado como sólido y con buena capacidad de resiliencia. Solo en marzo de este año el sector arrojó utilidades por 19,5 billones de pesos, jalonado por tres sectores. En primer término, las administradoras de fondos de pensiones y cesantías, con 11,37 billones pesos; luego las fiduciarias, que sumaron 4,28 billones de pesos y, finalmente, los establecimientos de crédito como los bancos con utilidades por 1,86 billones de pesos en marzo. Dentro del segmento bancario fue Bancolombia, la mayor entidad del país, la única con un desempeño sobresaliente al arrojar un balance positivo de 1,97 billones de pesos durante el primer trimestre de este año.

La denominada cartera bruta del sistema financiero colombiano ―la masa de todo el dinero prestado― creció un modestísimo 0,11% anual, hasta alcanzar cerca de 674 billones de pesos. El consumo, por su parte, tuvo una variación de -1,3% real anual en marzo, la tasa de crecimiento más baja de los últimos cinco años. La mora bancaria, por su parte, sigue creciendo mes a mes y en su comportamiento anual. En la modalidad de créditos de consumo, por ejemplo, ya se completan seis meses de variaciones anuales positivas, siempre según el reporte de la Superfinanciera.

La investigadora económica de Skandia Catalina Tobón declaró en la emisora de la Universidad Javeriana: “Los indicadores en términos de solvencia de retorno sobre activos siguen siendo relativamente favorables y no generan alertas importantes que puedan generar preocupaciones frente a la sostenibilidad del sistema financiero en Colombia”. Daniel Castellanos comparte el análisis sobre los datos, pero matiza que hay dos “evoluciones que empiezan a ser inquietantes”: “El primero es que el crecimiento de la cartera ha dejado de ser dinámico”. Y en segundo lugar recuerda que, a pesar de las buenas utilidades generales, ya se detecta un ligero decrecimiento: “No es un sector inmune a la evolución económica que está viviendo el país y las cosas no van tan bien como antes”.

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