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Las siete quemadas que marcaron el 2022 en Colombia

Termina el año en el que Álvaro Uribe sufrió sus peores derrotas y en el que la selección de fútbol se quedó fuera del Mundial de Qatar, entre otras chamuscadas propias de año viejo

Colombia 2022
Los protagonistas de las quemadas de 2022.rrss
Lucas Reynoso

El año 2022 fue un año de esperanza para Colombia. Llegó al poder el primer Gobierno de izquierdas, el aborto se despenalizó y el fútbol femenino obtuvo una visibilidad sin precedentes. Fue el año en el que Colombia se escribió con la palabra “cambio”. Pero los logros no fueron equitativos para todos los sectores: también fue un año de disputas políticas, algunos malos resultados deportivos y una situación económica que se deterioró. Este es un repaso de esos fracasos, de las siete cosas que se quemaron en 2022 incluso antes de que alguien las queme en un año viejo.

El poder de Álvaro Uribe

El expresidente Álvaro Uribe fue el hombre más poderoso de la política colombiana. Con el tiempo, sin embargo, su discurso de “mano dura” comenzó a sonar desgastado en un país que ya no vive sitiado por la guerrilla. Así lo evidenciaron sus demoledoras derrotas electorales. Su partido, el Centro Democrático, perdió en marzo 21 curules en el Congreso y terminó sin candidato presidencial propio. Adhirió finalmente a Federico Gutiérrez, un candidato que al principio ni siquiera reconocía públicamente el respaldo uribista. Y eso ni siquiera fue lo peor: en mayo, Gutiérrez no pasó a la segunda vuelta.

“El responsable soy yo por lo afectada que está mi reputación”, reconoció el exmandatario. Carga el peso del proceso penal en contra por presunta manipulación de testigos en un caso que lo relaciona con un grupo paramilitar. La investigación, por la que renunció en 2020 al Senado, sigue empantanada. No obstante, el desgaste personal es evidente. “Empezaré de nuevo esta tortura”, dijo en octubre antes de una audiencia.

La papa

La papa no es cualquier alimento. Es el segundo producto más importante de la canasta familiar colombiana, después del arroz. Pero ha sido una de las principales víctimas de la inflación, que en noviembre llegó al 12,5%, la cifra más alta del siglo. El valor del tubérculo se disparó: un bulto de papa pastusa de 50 kilogramos, que costaba en 2021 entre 80.000 y 100.000 pesos, hoy vale hasta 130.000 (alrededor de 26 dólares).

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Los culpables de haber quemado a la papa son varios. Algunas razones vienen de años previos, como la pandemia en 2020 y los bloqueos en las carreteras durante el estallido social en 2021. Otras, sin embargo, son más propias de 2022: los costos de los fertilizantes no pararon de subir, acompañados por la destrucción de cultivos durante la ola invernal. Los cultivadores han sido los más afectados. “Toca sembrar menos porque los insumos están muy caros”, contó Prisciliano Díaz a este periódico.

El fútbol masculino

Colombia no vive sus mejores días futbolísticos. El Mundial de Qatar se vivió con la selección fuera, pues ocupó el sexto lugar de las eliminatorias sudamericanas tras cinco victorias, ocho empates y cinco derrotas. Como si esa exclusión fuera poco, una clasificación del CIES Football Observatory en octubre ubicó a la liga colombiana como una de las siete más aburridas. Y esto no sorprendió al escritor Ricardo Silva Romero, como explicó en diálogo con este periódico: “La liga colombiana tiene que ser una de las menos vistosas, una de las más aburridas, una especie de cancha a dónde van a morir las ilusiones de cualquier hincha del fútbol”.

Para Silva, los empresarios descuidaron la liga porque están cómodos con un modelo de negocio basado en exportar jugadores. No necesitan competir por ella porque mantienen unos ingresos estables a pesar de un nivel de juego bajo. “Hay un desinterés absoluto de la dirigencia y una ausencia de crítica muy preocupante a la hora de exigir una mejor liga por parte de la hinchada”, comentó.

El regreso de Ingrid Betancourt

La política Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC entre 2002 y 2008, regresó a Colombia a finales de 2021, después de más de una década fuera. Trajo el mismo sueño que tuvo 20 años antes: ser presidenta. Fue fundamental en crear una coalición de centro, convencida de sus opciones de ganar las primarias. No obstante, incendió la iniciativa en enero de este año, cuando se peleó con sus compañeros y anunció que se iba a menos de cuatro meses de las elecciones.

La caída fue estrepitosa. Betancourt, que llegó como un símbolo de la reconciliación, terminó su campaña en medio de choques y como una candidata marginal. Medía, en mayo, un exiguo 0,5% de intención de voto. El final de la aventura fue abrupto: renunció días antes de las elecciones y pidió al candidato de la coalición de centro, Sergio Fajardo, que también lo hiciera para apoyar la opción de la derecha populista, Rodolfo Hernández. Betancourt perdió en términos personales y el proyecto centrista también se quemó. Fajardo obtuvo solo el 4,2% de los votos y quedó en un distante cuarto puesto.

El estrellato de Rodolfo Hernández

El exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, comenzó el año como el millennial de 76 años que quería gobernar Colombia. Ingeniero multimillonario, se presentaba como un líder contra la corrupción, un mal que el 80% de los colombianos consideraba durante la campaña como el principal problema del país. Gracias a su éxito en las redes sociales, parecía inmune a hacer comentarios misóginos. Casi gana: obtuvo el 47,3% de los votos en segunda vuelta, frente al 50,4% de Gustavo Petro.

Se quemó después. Primero, no asumió el liderazgo como cabeza de la oposición. Luego, en septiembre renunció al Senado con arrogancia: “Es como tener a Lionel Messi de portero”. El golpe final fue el distanciamiento definitivo con su compañera de fórmula, Marelen Castillo. Unos audios filtrados a Caracol Radio exponen a Hernández mientras le exige a Castillo que devuelva 70 millones de pesos (unos 15.500 dólares). “¿Quién le pagó el salario mientras estuvo en campaña?”, dice. La acalorada disputa selló el ocaso de un político que prometía acabar con la corrupción y que, aunque aspira a gobernar el departamento de Santander, enfrenta un proceso penal por corrupción.

La situación judicial de Aída Victoria Merlano

Aída Victoria Merlano, prescriptora (influencer, en inglés) e hija de la excongresista Aída Merlano, no ha parado de sumar seguidores en Instagram. No obstante, su panorama judicial es cada vez más complicado. En septiembre, un tribunal la condenó a siete años y medio de prisión por organizar la fuga de su madre en 2019. La ‘reina del engaño’, condenada por comprar votos en su campaña al Senado en 2018, se escapó por la ventana gracias a unas sogas que le alcanzó su hija durante una visita al dentista.

Merlano hija celebró la sentencia porque esperaba más años de prisión y ha logrado conseguir el beneficio de detención domiciliaria. Sin embargo, su madre fue detenida en Venezuela en 2019 y, con el restablecimiento de relaciones diplomáticas, el Gobierno de Gustavo Petro tiene intenciones de conseguir su extradición. Además, en diciembre, la Fiscalía radicó otra acusación contra la hija, esta vez por enriquecimiento ilícito y lavado de activos. La entidad argumenta que creó una empresa ficticia para ocultar los bienes adquiridos de manera ilegal por su madre, y pone sobre la mesa una posible condena de entre 6 y 10 años de prisión.

La carrera del ciclista ‘Superman’ López

Sicilia, Italia, es territorio maldito para el ciclista boyacense Miguel Ángel Superman López. En mayo, el escalador se descolgó del pelotón nada más comenzar la cuarta etapa del Giro de Italia, una de las tres grandes vueltas del deporte. No llegó siquiera a la base del volcán Etna, donde se lo esperaba como uno de los favoritos. Los dolores de cadera fueron implacables y quedó fuera.

Pero el Giro fue lo de menos. Superman se quemó en medio de una investigación judicial por uso de medicamentos no autorizados. Su equipo, el Astana, lo suspendió en julio al saber que estaba siendo investigado en ella, y en diciembre rescindió su contrato por una “probable conexión” con la trama. Documentos de la investigación acusan al ciclista de recibir una inyección de la hormona menotropina antes del comienzo del Giro, lo que presuntamente le causó la inflamación que lo obligó a retirarse del torneo. El ciclista respondió que era “un despido abusivo”, dañino de su “honor”.

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Sobre la firma

Lucas Reynoso
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Bogotá.

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