Arran reivindica una acción contra el turismo en el puerto de Palma de Mallorca
Un grupo de jóvenes independentistas lanzan confeti y prenden bengalas en la terraza del establecimiento
Una veintena de jóvenes del colectivo independentista Arran Països Catalans irrumpió el 22 de julio en un restaurante situado en el Moll Vell, el muelle situado frente a la catedral de Palma de Mallorca, prendiendo bengalas y lanzando confeti a los comensales para protestar contra el turismo masivo en Mallorca. El colectivo ha difundido ahora las imágenes de la protesta a través de las redes sociales, en un vídeo en que el que se puede ver a los jóvenes portando pancartas bajo lemas como “El turismo mata a Mallorca” y “Aquí se está librando la lucha de clases”, escritas en inglés.
En las imágenes se puede ver a los jóvenes paseando entre las mesas de la terraza del restaurante mientras lanzan confeti a los comensales. En un momento de la grabación, uno de los activistas se sube a algunos de los yates amarrados en el puerto, mientras los que permanecen en tierra encienden bengalas con humo de color rojo y sostienen las pancartas frente a la terraza del establecimiento.
Los jóvenes irrumpieron sobre las ocho y media de la tarde del sábado en la terraza del restaurante Mar de Nudos, en cuya zona exterior había unos 70 clientes en ese momento. Carmen Sánchez, encargada del establecimiento, explica que los activistas lanzaron el humo de colores de algunas bengalas junto a las mesas de la terraza mientras tres jóvenes entraban al local tapándose la cara con máscaras de carnaval y tirando confeti a los clientes que cenaban. "Hubo que cambiar platos y vasos a la gente, tuvimos que dar la cara nosotros e ir a pedirles que dejaran al restaurante, que es una zona privada", lamenta Sánchez.
Los activistas no se marcharon y siguieron filmando lo que ocurría hasta que los empleados llamaron a la Policía Local y los agentes portuarios. "Pasaron cinco o diez minutos hasta que los agentes llegaron y los jóvenes se fueron corriendo en cuanto los vieron de lejos", dice la encargada, que no formuló denuncia en ese momento. Desde la Policía Local señalan que este tipo de acciones sólo se pueden perseguir a instancia de parte. "Atacan al mejor turismo que tiene Mallorca, el que se gasta un dinero. El turista que viene aquí no es tipo Magaluf, a lo mejor tendrían que ir allí a manifestarse contra la masificación turística, el todo incluido y los precios low-cost", zanja la encargada.
En su cuenta de Twitter, Arran enlaza el vídeo de la acción que, en sus propias palabras, pretende “frenar el turismo masivo que destruye Mallorca y condena a la clase trabajadora de los Països Catalans a la miseria”. En esta red social también afirman: “Seguiremos luchando porque quien no se mueve no siente las cadenas” al tiempo que critican “los trabajos precarios y las carreteras saturadas” de un turismo que, según denuncian, explota a los jóvenes de las islas.
Rechazo del Gobierno balear
En el Gobierno balear, la directora general de Turismo Pilar Carbonell ha mostrado su rechazo a la acción. “No es legítimo de ninguna de las maneras poner en riesgo a las personas y los bienes materiales de los demás” ha señalado, insistiendo en que la mejor forma de defender a los trabajadores del sector turístico “es avanzar en un sistema de redistribución de los beneficios de esta actividad”.
El PP de las islas ha mostrado su “rechazo frontal” a lo que consideran “conductas violentas” y ataques a establecimientos con gran afluencia de turistas. Mediante un comunicado, la formación condena “enérgicamente” el ataque reivindicado por el grupo independentista y su anuncio de llevar a cabo actos similares en el futuro.
Este colectivo juvenil es el mismo que llevó a cabo un ataque a un autobús turístico en Barcelona la semana pasada, aunque en Baleares no tiene la misma implantación ni mueve al mismo número de activistas que participan en el colectivo en Cataluña. En las islas, plataformas vecinales como Ciutat per a qui l’habita han realizado en las últimas semanas acciones de protesta por el turismo masivo -aunque siempre de carácter pacífico o lúdico- como el cierre simbólico de la Consejería de Turismo para denunciar el turismo masivo o el vermut reivindicativo en el céntrico Passeig des Born para reivindicar la recuperación del espacio público de la ciudad.
Ataques en Barcelona
Esta acción se suma los ataques a un bus turístico, al que pintaron la luna y pincharon las ruedas, y a las bicicletas de alquiler de Barcelona. Arran está considerada como las juventudes de la CUP, pero estos lo niegan. La organización, que como la CUP forma parte de la Esquerra Independentista catalana, está formada por unos 500 afiliados repartidos en unas sesenta asambleas en Cataluña, Comunidad Valenciana e Islas Baleares.
Los ataques al turismo de Arran están abriendo otra grieta entre la CUP y el Gobierno de Carles Puigdemont. El consejero de Presidencia, Jordi Turull, condenó “sin matices” la agresión al bus turístico y pidió replantear esas acciones. La diputada de la CUP Mireia Boya, las tildó, sin embargo, de “simbólicas” y acusó al Govern de generar violencia con sus políticas. “Siempre nos pedís a nosotros que renunciemos a la violencia, cuando la violencia también la provoca el Govern”, afirmó Boya, que criticó "las políticas neoliberales" del nuevo consejerode Empresa y Conocimiento, Santi Vila.
La Alcaldía de Barcelona, a través del alcalde en funciones por las vacaciones de Ada Colau, el socialista Jaume Collboni, calificó de “gravísimo” que la CUP no haya condenado los ataques de Arran y afirmó que “hay una línea roja que nunca se tiene que cruzar”.
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