Los diputados más efímeros
La legislatura más corta de la democracia deja los parlamentarios más fugaces, aquellos que ocuparon un escaño durante cuatro meses y no han vuelto a salir elegidos
La noche electoral del 26-J fue especialmente amarga para unos cuantos ya exdiputados. Muchos de ellos habían debutado en los pasillos del Congreso este pasado enero, provenientes de los partidos que se estrenaban en la Cámara Baja –Podemos y Ciudadanos- pero también de otros, como el PSOE, que renovaron ampliamente las listas. La repetición de las elecciones, por primera vez en democracia, ha dejado un fenómeno singular: el de los diputados más efímeros, aquellos que han ocupado un escaño apenas cuatro meses, al no haber sido reelegidos este 26-J por la alteración en las listas o en los resultados. Algunas de sus breves señorías –en torno a una veintena son los afectados- asumen estos días el repentino cambio de vida tras quedarse fuera del nuevo Parlamento.
Sol Sánchez (Madrid, 1970) iba como número nueve por Madrid en la candidatura de Unidos Podemos. La exdiputada concurrió como independiente junto a Izquierda Unida el pasado 20 de diciembre, y salió elegida junto a Alberto Garzón, líder de IU, como dos únicos diputados de la federación de izquierdas. Su salto a la vida pública fue casi súbito: de su trabajo como consultora en el sector bancario y financiero pasó a defender en la tribuna de Parlamento y en los platós de televisión un modelo económico alternativo, que propone nacionalizaciones de empresas de energía, una banca pública o una auditoría de la deuda. El líder de IU y ella, que además se estrenaba en la política institucional y en el Congreso, se repartieron la abultada carga de trabajo para lograr la máxima visibilidad y efectividad de la actividad parlamentaria. “Han sido cuatro meses, pero me han parecido un siglo”, asegura.
La caída de la coalición –que ha perdido uno de cada cinco votos en Madrid el 26-J- le ha dejado fuera del Congreso, a pesar de que, en principio, su puesto era uno de los de salida. Podemos logró ocho escaños en diciembre en Madrid e Izquierda Unida dos, así que contaban con repetir al menos 10 diputados. Pero lograron ocho. Ella supo que se quedaba fuera de la Cámara mientras intervenía en TVE, en un programa en directo. “Te quedas de aquella manera, sobre todo porque hemos hecho un trabajo ingente… Lo que me apena es no poder seguir conectando la movilización social con la institución”, reflexiona. Sánchez, vinculada a los movimientos sociales, fue vicepresidenta de ATTAC, organización que promueve un impuesto a las transacciones financieras.
Su fugaz paso por la política institucional, además, cree que va a penalizarle laboralmente. “Al haberme significado, volver a trabajar para el sector financiero es un hándicap”, estima. “No creo que en Bankia, donde he trabajado durante años, me vayan a poner ahora la alfombra roja después de que he defendido crear una banca pública precisamente a partir de Bankia y Mare Nostrum”, lamenta. “Me hace gracia lo de las puertas giratorias…”, ironiza.
Unidos Podemos ha logrado 71 diputados este 26-J, que se corresponden con los 69 que tenía Podemos y los dos de IU. La composición de las listas de la coalición alteró, sin embargo, los nombres que han salido elegidos estas últimas elecciones. IU suma ahora ocho escaños, cuatro más de los que ya tenía, pero pierde uno de Madrid. Cuatro diputados de Podemos han perdido el puesto, entre ellos Belén Guerra (Santa Cruz de Tenerife, 1970), que iba de diez por la circunscripción de la capital.
En la noche electoral, Guerra se preocupó cuando el escrutinio pasó del 50%. “Entonces me di cuenta de que las cosas no iban como creíamos”. La caída en Madrid era un síntoma de que algo iba mal. “Yo siempre decía que, si yo no salía elegida, la menor de las preocupaciones que íbamos a tener era que yo no hubiera salido”, recuerda, porque su puesto era también de los que consideraban de salida. La exdiputada, músico de formación, se ocupa en Podemos de los eventos y de las relaciones con el mundo de la cultura, y volverá a desempeñar ese mismo cargo en el partido. “Nunca tuve una especial vocación de diputada”, admite. Con el paso de los días, sigue analizando los porqués del retroceso de Unidos Podemos, pero se muestra esperanzada. “A la XI legislatura le tocó ser así de cortita, la pobre, pero España está en un proceso de cambio que tiene una mirada a más largo plazo”, confía.
Mónica Lafuente, cabeza de lista por Lleida del PSC (Osca, 1973) ha perdido su escaño contra el PP por 1.800 votos. El pasado 20-D le arrebató el suyo a Democracia i Llibertat por apenas 500 papeletas, así que se enfrentaba a esta nueva cita electoral con cautela. “Ya sabía que esto es como ir a los penaltis”, afirma resignada, aún con pesar porque Lleida se queda sin diputado socialista. De los seis diputados que ha perdido el PSOE (en términos relativos cinco, porque ganó otro distinto), cuatro debutaron el 20-D. En la corta estancia en el Parlamento, Lafuente tuvo tiempo de presentar “entre 25 y 30 iniciativas” que ahora delegará en sus compañeros de partido. Ella vuelve al PSC, donde tenía una excedencia como cargo público, aunque luego reflexionará dónde está su futuro. “Desde el Congreso se pueden cambiar muchas cosas”, considera.
A su compañera Mari Paz del Moral (Jaén, 1975), que iba de tres por Jaén, el escaño se lo ha quitado Unidos Podemos, pero ya iba sobre aviso. “En su día lo logramos por una diferencia muy ajustada, de solo 1.000 votos respecto a Podemos, así que al unirse con IU estaba claro que podía pasar”, cuenta la alcaldesa de Valdepeñas, que ahora se dedicará en exclusiva a su papel de regidora que antes compaginaba con el Congreso. “Para mí fue un honor ese paso breve, pero intenso, por la catedral de la política”, resume. “Comprobé personalmente que los bulos son solo bulos: que en el Congreso no se hace nada es una mentira como un piano. Se trabaja, y mucho”, concluye desde Jaén aún desde el teléfono móvil del Congreso.
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