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El PSOE tratará de situar a Podemos en la extrema izquierda

En un documento interno marca la estrategia contra el partido de Iglesias

Anabel Díez
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ayer en un acto con militantes de Vallecas.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ayer en un acto con militantes de Vallecas.víctor lerena (efe)

Ataque y contraataque. Si Podemos va a por todas, es decir, a obtener el máximo número de votos a costa de hacerse con electores de casi todas las fuerzas políticas, los posibles perjudicados no se van a estar quietos. En el caso del PSOE empiezan a elaborar la estrategia para hacer frente al PP, por un lado, y a Podemos, por otro. Los socialistas van a tratar de situar a Podemos en la extrema izquierda —la orden de la dirección será que no les tilden de populistas, sino de extremistas— y situándolos en el espacio —“quizá ampliado”— que ha ocupado tradicionalmente Izquierda Unida. No en el “centro del tablero”, como propugna su líder, Pablo Iglesias. Tan en serio ven el peligro de Podemos que en un primer borrador sobre la estrategia para las elecciones municipales y autónomicas del próximo mes de mayo, que se distribuirá hoy por toda la organización, se apuntan argumentos muy elaborados contra esta fuerza emergente. También contra el PP.

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Querrá negar el PSOE en todo momento que Podemos pueda ser un partido de gobierno. “Será bueno recordar que la mayoría de los líderes de Podemos proceden de Izquierda Anticapitalista y organizaciones de extrema izquierda afines”. “Será bueno recordar que Podemos no es la reunión de gente corriente, sino la canalización del descontento social por líderes que proceden de la extrema izquierda y que ya tenían amplia experiencia política cuando fundaron Podemos”. Y los autores socialistas se animan a sí mismos. “Si el PSOE y otras fuerzas políticas y sociales hacen bien su papel, esa contradicción entre las palabras hoy moderadas y el discurso radical de siempre de los líderes de Podemos debería quedar desvelada”.

A lo largo de los últimos 30 años, la dedicación del PSOE en su estrategia contra Izquierda Unida se ha limitado a invocar el voto útil y a proclamarse como los gestores más eficaces para defender los intereses de la inmensa mayoría. Ahora, con la emergencia de Podemos, el PSOE se ve directamente afectado y concernido. Pero su afán de “desvelar” quiénes están al frente de esta fuerza política no puede ser con brocha gorda por el temor a agredir a millones de ciudadanos. En las elecciones europeas del pasado 25 de mayo ese partido obtuvo 1,2 millones de votos pero ese nivel de apoyo se multiplicaría —dependerá de la participación— enormemente si, como señalan los sondeos, están en torno al 30%. “Es fundamental que la revelación del discurso hipócrita y engañoso de la dirección de Podemos no ofenda a sus votantes o simpatizantes. Ha de recordarse que aproximadamente un tercio de los votantes de Podemos, si no más, votaron en algún momento al PSOE y buena parte de ellos podrían ser recuperables”.

Si Podemos no para de crecer, algo mal habrán hecho los demás y, desde luego, el PSOE, como se reconoce en el documento interno de este partido. “Podemos es sus votantes: son en buena parte personas progresistas que expresan su indignación con el funcionamiento del sistema y que no encuentran hoy en el PSOE la respuesta adecuada”. Por tanto, la fuerza de Podemos viene de esos ciudadanos cuya posición quieren respetar —“y seguir trabajando para tener su confianza”—, pero después está su “dirigencia”. “Líderes políticos con un pasado nítidamente ultraizquierdista, procedentes de partidos y movimientos a la izquierda de Izquierda Unida”. Muy pronto se aplicó a Podemos desde el PSOE y desde otros ámbitos políticos, económicos y académicos, la denominación de populistas a la dirección del partido de Iglesias por su discurso y sus postulados. Ellos no se definen ni de derechas ni de izquierdas, en negación de etiquetas convencionales, y usan la invocación del “pueblo” como agente político contra “la élite” y usan expresiones como “los de arriba y los de abajo”. Se habla “en nombre del pueblo” y con esa fuerza se pide “la demolición de las viejas estructuras que salieron del régimen de 1978”.

Esta es parte de la descripción que hacen los autores del documento de cómo ven a Podemos. En el texto se percibe frustración por el hecho de que esta fuerza se defina como capaz de aglutinar a todos cuando “es una escisión de la izquierda de Izquierda Unida, y la ciudadanía la sitúa en este momento en el 2,5 de la escala 0-10 de ubicación ideológica” y “se presente como un partido de Gobierno”. Esta es la obsesión de los socialistas: que Podemos aspire a gobernar y que los sondeos lo avalen.

Todo el arsenal argumental del que puedan hacer acopio será utilizado por el PSOE para que las urnas no confirmen los sondeos. Bien es cierto que todos los sociólogos, singularmente Metroscopia, advierten tras sus estudios que los resultados que presentan obedecen al momento de la encuesta y hay muchos elementos que pueden variar los resultados cuando se produzcan las elecciones.

Un tercio de los votantes de Pablo Iglesias apoyó alguna vez al PSOE

¿Los ciudadanos votan mayoritariamente a un partido extremista? No es habitual y por eso se insistirá en esa denominación, aunque el fondo teórico sea el populismo, según los autores del texto. “Extremista es un término más adecuado para tratar a la dirigencia de Podemos que el acostumbrado populista”, por mucho que “los profesores de Podemos aceptarían estar aplicando el manual del populismo para llegar a una mayoría amplia de españoles”.

Al PSOE le afecta de lleno la aparición de esta fuerza política, pero reconocen que este “ha entrado de lleno en el territorio electoral de Izquierda Unida” y en UPyD. “Las aspiraciones del partido de Rosa Díez de ser alternativa al bipartidismo parecen acabar de golpe, víctima de la nueva lógica de nueva política contra vieja política de la que participa la sociedad española”. Parece que no se salva nadie. “El realineamiento también afecta al nacionalismo periférico, que también entra en competencia con Podemos”.

El PSOE se presentará como “el partido más parecido a España; la opción de izquierdas que el país necesita para un Gobierno seguro y capaz en favor del 90% de los ciudadanos que forman las clases medias y trabajadoras”.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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