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Rajoy advierte que consultas en Escocia y Cataluña provocan “pobreza y recesión”

El presidente asegura que si gana el sí habría que empezar de cero la integración en la UE "Son torpedos en la línea de flotación de la Unión Europea", afirma el jefe del Ejecutivo

Con un ojo en Cataluña y otro en Escocia, el Gobierno se ha volcado en el Congreso de los Diputados para alertar con un tono dramático de los riesgos de una consulta de autodeterminación y un hipotético proceso de secesión posterior. “Estos procesos son un torpedo en la línea de flotación del espíritu europeo, porque Europa se ha hecho para integrar Estados y no para fragmentarlos”, afirmó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el pleno de control al Ejecutivo.

 Rajoy se esforzó en intentar hacer ver que Escocia no es Cataluña y que sus situaciones no tienen comparación histórica ni legal, pero no pudo evitar utilizar la consulta que se celebra hoy en esa zona de Reino Unido como referencia para descalificar la que proyecta la Generalitat para el 9 de noviembre. El presidente dejó claro que España no facilitará la reincorporación de Escocia a la UE si se produce la secesión, y auguró que si triunfa allí el sí llevará la “recesión económica” y la “pobreza”, dando a entender que lo mismo ocurriría en Cataluña.

Reforzó esta tesis del riesgo de caos el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Como casi siempre, fue mucho más lejos que el presidente, y advirtió de que “para Escocia la secesión sería una catástrofe y terminaría con un proceso de balcanización”. En los Balcanes estallaron varios conflictos bélicos en el siglo pasado por sucesivos procesos de secesión y cambios de fronteras.

Margallo afirma

que acabarían

en un “proceso

de balcanización”

El Gobierno, en tono dramático, lanzó el mensaje de que el sí en Escocia y la celebración de la consulta en Cataluña provocarían inestabilidad en toda Europa. Empezando por esos dos territorios, que quedarían fuera de la Unión Europea. Y España no haría nada por facilitar su integración inmediata.

Si hubiera una secesión, según Rajoy, el nuevo Estado quedaría fuera de todas las instituciones y perdería sus derechos en la UE, y se abriría un proceso que puede durar años. “En el caso de España”, afirmó el presidente, “duró ocho años. En el caso de Croacia —el último que entró en la Unión—, muchos más. Ese proceso requiere el acuerdo unánime de los 28 Estados que forman la Unión Europea”.

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Apoyó su profecía en las conversaciones que dice haber mantenido con el resto de los líderes europeos, y concluyó que estas situaciones “afectan a la riqueza, el empleo y el bienestar de todos los ciudadanos y a la propia esencia de la UE. Por tanto, facilidades para quienes se integren en este tipo de procesos, me temo que muy pocas por parte de los 28 Estados de la Unión Europea”.

¿Cree que acallando a los ciudadanos y con acoso y derribo de los adversarios va a acabar con el problema? Pere Macías, diputado de CiU

Significativamente, los portavoces de PNV, CiU y Amaiur se deshicieron en elogios hacia el primer ministro británico, David Cameron, por haber permitido la consulta en Escocia.

Aitor Esteban (PNV) aseguró que “es de rigor felicitar al primer ministro Cameron y también a otros líderes, como el señor Clegg y el señor Miliband, por el ejercicio democrático que están haciendo, por su capacidad para dar la voz a los ciudadanos, y también creo que es de rigor felicitar a la reina Isabel II por su neutralidad en todo este proceso”.

“Lo que no me parece de recibo”, añadió, “es echar de la Unión Europea a ciudadanos que ya son parte de ella. Más allá de ser ciudadanos de su país, son ciudadanos de la UE. Sea un demócrata y actúe como un unionista británico”, le espetó a Rajoy.

Pere Macías (CiU) dijo que “Cameron se ha dirigido a los escoceses con argumentos, con pasión, con respeto y con voluntad de convicción. Sabe que la democracia se basa en convencer y no en vencer”.

Y Xabier Errekondo (Amaiur) elogió también al primer ministro británico y advirtió de que el País Vasco se sumará a la celebración de consultas soberanistas. “Están haciendo ustedes el ridículo en la comunidad internacional, y es muestra de su calidad democrática”, dijo ante el pleno.

El papel más institucional del Gobierno lo asumió ayer la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, en el debate del Congreso. Aseguró que “el derecho de autodeterminación no está recogido en nuestra Constitución ni en la práctica totalidad de las constituciones del mundo”.

 Afirmó que “si algunos ciudadanos, algunos partidos políticos, algunas instituciones quieren cambiar esa Constitución, tienen que acogerse a los procedimientos democráticos, porque votar es importante también, pero especialmente respetar lo que se ha votado, y lo que es España lo hemos decidido entre todos”.

La número dos del Gobierno, que coordina la actuación legal frente a la consulta, se remitió al Consejo de Garantías Estatutarias de Cataluña, en el que algunos miembros “advierten de que lo que piden [los soberanistas] no solo es contrario a la Constitución, sino también al Estatuto de autonomía. Esa es la ley y ese es el sentir de los tiempos, por ahí es por donde va el mundo”. La mayoría de ese Consejo dijo —por solo un voto— en su informe lo contrario.

Le respondió a la vicepresidenta el diputado de CiU Pere Macías, que le atribuyó una “visión legalista” del conflicto. El parlamentario nacionalista terminó su intervención con una pregunta en referencia a la manifestación de la Diada: “¿Cree que la prohibición de la consulta va a poner punto y final a las legítimas ansias de estos miles de ciudadanos?”.

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