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Diez años de bulos desmontados

Los hechos recogidos en 100.000 folios del sumario destaparon la teoría de la conspiración

María Fernández

Que una década después se escriba un artículo sobre las mentiras propagadas a raíz de la matanza del 11M dice mucho de lo perverso del proceso. Los bulos, alimentados por el PP con ayuda de varios medios de comunicación encabezados por El Mundo y la Cope, se esparcieron como el gotelé: algunos siguen circulando por internet.

Las supuestas sospechas fueron desmontadas con la contundente sentencia basada en un sumario de más de 100.000 folios. Los bulos pretendían desviar el tiro hacia ETA bajo la falacia de que todo se había montado sobre pruebas falsas para ocultar el supuesto verdadero fin de los atentados: descabalgar al Gobierno de forma ilegítima con la complicidad del PSOE.

EL PRIMER BULO I "Todo apunta a ETA"

Cuando estallaron los trenes provocando el atentado más sangriento de la historia de España faltaban tres días para que se celebrasen elecciones generales. El Gobierno, entonces presidido por José María Aznar, no dudó desde el principio en asegurar que “todo apuntaba” a ETA. El sumario lo desmiente.

EL VENDEDOR DE HUMO I Confesiones de Trashorras

El exminero fue precisamente uno de los principales actores de esta trama malévola. Aunque ahora se arrepiente y ha asegurado a El Confidencial que implicó a ETA para “distraer y generar confusión”, y porque le “divertía”, llegó a asegurar que Jamal Ahmidan alias El Chino, responsable del núcleo operativo de los atentados, tenía contactos con la banda terrorista española. Era falso.

LAS PRUEBAS I Mochilas que van y vienen

Para urdir la trama conspiratoria, el bulo de las mochilas fue uno de los estandartes. Según esta teoría, la mochila bomba que no había estallado en la estación de El Pozo y que dio pistas sobre los asesinos islamistas radicales era una prueba falsa.

LAS PRUEBAS I Las autopsias

El delirio de los conspiranoicos llevó a la defensa de varios procesados a plantear la nulidad de las autopsias practicadas a los cadáveres de los suicidas de Leganés.

EL EXPLOSIVO I Era Goma 2 de la mina asturiana

El análisis final de los explosivos utilizados en los atentados del 11-M desmanteló algunas de las principales hipótesis de los promotores de las teorías de la conspiración para sembrar dudas sobre una implicación de ETA en la matanza.

LA FURGONETA I ¿Llena o vacía?

Otro de los bulos divulgados por El Mundo se basó en la supuesta aparición, por arte de magia, de unos detonadores que condujeron a los asesinos en la furgoneta Renault Kangoo robada en la que se desplazaron los terroristas hasta Alcalá de Henares.

MATACUCARACHAS I El ácido bórico

Se llamó el “caso del ácido bórico” y vinculaba a ETA con miembros de la lucha yihadista.  La polémica partió de un escueto informe de tres páginas firmado el 21 de marzo de 2005 por tres peritos de la Policía Científica.

LAS PRUEBAS I El temporizador para lavadoras

Según esta teoría, un temporizador hallado en el piso de los asesinos era idéntico a otro incautado a ETA El 20 de febrero de 2007. En realidad se trataba de un temporizador para reparar lavadoras.

PISTA FALSA I La tarjeta de la Kangoo

El 3 de mayo de 2006, El Mundo publicaba el siguiente titular: “La furgoneta Kangoo del 11-M tenía una tarjeta del Grupo Mondragón en el salpicadero”. De nuevo aparecían los supuestos vínculos entre el atentado y el País Vasco que se demostraron equivocadas.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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