El PP promete otra política fiscal ante la falta de plan b para Cataluña
Los populares pretenden eclipsar con su convención la crisis soberanista Quieren también apagar las tensiones internas al recuperar la incumplida bajada de impuestos El partido presenta una ponencia sobre España lejos del tono de FAES El cónclave de Valladolid abordará el nuevo escenario en Euskadi
El Partido Popular, que lleva meses sumido en un enfrentamiento interno por la política fiscal del Gobierno de Mariano Rajoy, intentará a partir de ahora justificar el habitual discurso de la recuperación económica con un anuncio cuya puesta en marcha aún queda muy lejos. Habrá una bajada de impuestos. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, habla abiertamente de un IRPF “completamente nuevo”, aunque los ciudadanos no notarán su reducción hasta 2015.
Esta es una de las promesas que, tras dos años de recortes, los populares quieren empezar a cocinar, acelerar y debatir en la convención nacional que se celebra este fin de semana en Valladolid. Y también supondrá un refugio para el jefe del Ejecutivo frente a la falta de concreción en su desconocido plan b para solucionar la crisis soberanista en Cataluña. La dirección de los populares propone que el impuesto sobre las personas físicas baje incluso más allá de los niveles de diciembre de 2011, cuando el Gobierno acometió su primer gran ajuste, con una subida de la cuota estatal en una escala del 0,75% para el primer nivel de renta y hasta el 7% en el nivel más elevado. “Ese no tiene por qué ser el límite”, consideró Carlos Floriano, número tres de la formación y coordinador de la ponencia económica del cónclave.
Entonces, en 2011, Montoro y el ministro de Economía, Luis de Guindos, prometieron públicamente que se trataba de subidas “temporales” y que solo estarían vigentes en 2012 y 2013. Aun con un año de retraso, se trata ahora de cumplir ese compromiso, por lo que el partido reclamará formalmente al Ejecutivo que se “desactive de forma paulatina y progresiva para que al final se vea absolutamente amortiguado”. La cúpula del PP reconoce después de dos años que cada vez que se tomaba una decisión “con el ánimo de mejorar la economía de los españoles, en realidad empeoraba la economía de las familias”. Con un calendario electoral que en el partido mayoritario ya preocupa por los resultados desalentadores de las encuestas, y con las elecciones europeas del 25 de mayo a la vuelta de la esquina, los populares esgrimirán la política fiscal como una de las buenas noticias de la segunda etapa de la legislatura. En palabras de Floriano: “De esta convención tiene que salir un compromiso para darle viabilidad al Estado de bienestar: pensiones, empleo indefinido o parcial, pero estable. Hay que apostar por la formación y hacer que el crédito llegue a las familias”.
De esta manera, la dirección espera también minimizar el impacto de las tensiones con el ala derecha del partido, que viene reclamando una nueva política impositiva, con ataques directos al proyecto de Rajoy al menos desde que José María Aznar los alentara en una entrevista en Antena 3 la pasada primavera.
Las críticas del expresidente del Gobierno también abarcan los planes de Rajoy con Artur Mas. El miércoles la fundación FAES difundió un documento, redactado en la forma de “20 preguntas con respuesta sobre la secesión de Cataluña”, que no solo pretende marcar el camino al actual Ejecutivo, sino que se sitúa lejos, en forma y fondo, de la esperada intervención del líder del PP en Barcelona, el pasado fin de semana.
Entonces Rajoy se limitó a rechazar sin matices la hoja de ruta del presidente de la Generalitat, aunque no concretó su proyecto ni ofreció alternativas, un plan b para solucionar la crisis. No lo hizo en la convención del PP catalán y nadie espera que dé nuevas claves al respecto en su intervención de clausura, prevista para este domingo. No obstante, de Cataluña, así como del final de ETA en Euskadi, se hablará desde la reflexión sobre los nacionalismos. Lo harán los ponentes de la resolución coordinada por el vicesecretario de Estudios y Programas, Esteban González Pons. El dirigente popular ya adelantó que no cabe esperar sorpresas. La novedad es que no hay novedad sobre lo que piensa el PP, vino a decir.
Y lo que piensa el PP sobre Cataluña lo explica Dolors Montserrat, vicepresidenta tercera del Congreso de los Diputados. Esto es, el origen de la crisis con Mas se debe a que el nacionalismo ve la relación con España “desde la nostalgia y el pasado manipulado”. “Nos ratificamos que pensamos y gobernamos para los 47 millones de corazones que somos”, destacó Montserrat en un encuentro con periodistas. Unas palabras que están en las antípodas de los durísimos mensajes de FAES para rebatir el argumento del derecho a decidir.
La convención abundará, además, en el discurso del PP catalán con relación a los apoyos cosechados hasta ahora por Mas y la hipótesis de que acabe convocando unas elecciones plebiscitarias. Esto es, la democracia “no solo son votos, sino respeto a la ley”, porque “solo la ley nos hace iguales”.
Los populares pretenden ratificarse también en su política antiterrorista y en la lucha contra ETA, aunque con una novedad fundamental en el nuevo escenario. Una vez asumido el final de la banda, se trata ahora de “cortar el paso”, según la dirección, a la interpretación de la izquierda aberzale. Y, mientras los ataques de exdirigentes como María San Gil acaban legitimando la hoja de ruta del PP vasco, la formación de Arantza Quiroga quiere protagonizar esta etapa junto al Partido Socialista de Euskadi y al PNV, más allá de los enfrentamientos. Esta es la filosofía que recogerá la ponencia, en palabras de Montserrat: “ETA es la perdedora. Ese es el relato final que tenemos que explicar”.
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