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El incendio en Mallorca deja un paisaje abrasado de 35 kilómetros

La Tramontana balear ya no arde pero está muy herida El autor confeso del incendio queda en libertad aunque imputado por imprudencia

La Reina, el Príncipe y la Infanta Elena se han desplazado esta mañana junto al presidente balear, José Ramón Bauzá, a la zona quemada por el fuego de la sierra de Tramuntana de Mallorca.Foto: reuters_live | Vídeo: VIDEO: EL PAÍS LIVE

El poderoso paisaje de la sierra y la costa de la Tramontana de Mallorca ya no arde, pero ha quedado muy herido. La huella del fuego que ardió durante más de cuatro días alcanza un perímetro de entre 35 y 40 kilómetros lineales sobre el mapa, con 14 kilómetros de costa. Ayer el incendio quedó por fin estabilizado. El supuesto autor del fuego, Ignacio G. H., de 44 años, quedó en libertad, aunque imputado de un delito de incendio forestal por imprudencia grave.

Según los primeros cálculos, unas 2.000 hectáreas están afectadas por el paso devastador de las llamas, aunque existen espacios verdes en el interior que se salvaron. “Hasta las líneas de la carretera han desaparecido”, lamentó Tomeu Jover, alcalde de Estellencs, pueblo atacado por las lenguas ardientes de la zona norte, las más peligrosas. La villa fue desalojada dos días.

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Anoche pasó a disposición judicial un vecino de Andratx, Ignacio G. H., de 44 años, que se declaró causante accidental del pavoroso siniestro ante la prensa y la Guardia Civil. En su declaración, aseguró que había diseminado las cenizas de una barbacoa del día anterior, que contenía brasas vivas ocultas. Dos días antes había sido detenido su hermano, debido a las distintas versiones dadas por los participantes en el asado, hecho sobre una carretilla metálica de obra.

La fiscalía pidió la prisión sin fianza para el imputado, pero el juez de guardia decidió dejarlo en libertad, sin fianza, con retirada del pasaporte y la obligación de comparecer cada semana.

El desastre ecológico, las imágenes del paisaje devastado, ha movido a la solidaridad y a la indignación ciudadana. Ayer, unas 2.000 personas se adhirieron en unas pocas horas a la campaña de regeneración de La Trapa, pequeño espacio natural privado y simbólico de la protección de la naturaleza, comprado en los años ochenta por los ecologistas del GOB (Grupo de Ornitología Balear) para evitar la urbanización. El fuego borró la totalidad del pinar incipiente de La Trapa, replantado tras otro voraz incendio en 1994.

“El peligro ahora es la pérdida de suelo, que la tierra vaya camino del mar con las primeras lluvias”, alertó Toni Muñoz, portavoz ecologista. Pero también hay quien confía en la sabiduría de la naturaleza, como Luis Berbiela, experto en gestión forestal, responsable de la Consejería de Medio Ambiente. Explica que el pino, al incendiarse, lanza sus semillas al suelo para que nazcan arbustos en meses. También las encinas renacen de sus troncos, si no se carbonizan, al igual que los acebuches y los centenarios olivos. Berbiela asume que pasarán entre 60 y 80 años hasta que los paisajes recobren su identidad perdida, pero augura que en dos décadas los pinares empezarán a recuperarse.

Además, tras el paso de las llamas, en muchos terrenos en pendiente rebrota el pasado: los bancales de piedras de los cultivos históricos que fueron abandonados e invadidos por los pinos. “El paisaje y la naturaleza en el Mediterráneo tiene una parte clara de contribución humana, del esfuerzo por ordenar espacio y retener tierras. Ahora se ve. La mano del hombre moldeó su entorno”, explica Berbiela.

Nadie resultó herido pero en los pueblos de montaña, Andratx, Sant Elm, S'Arracó, Estellencs y los cercanos de Esporles, Banyalbufar, Calvià y Puigpunyent. Pero los vecinos se consideran víctimas. Algunos se decían impactados por la amenaza dantesca sobre sus bienes, su paisaje vital y su seguridad personal. En especial, recordarán siempre el suceso los 250 vecinos de Estellencs (hasta 700 vecinos ocasionales) que durante dos días se vieron cercados por las llamas.

A lo largo de cinco jornadas la naturaleza ha perdido su identidad. Han quedado arrasadas cientos de hectáreas de pinares, con zonas de ejemplares de hasta 80 años, olivares seculares, alguna zona de preciado y escaso encinar; jardines privados, campos de cultivo y carrizales.

Hasta 29 medios aéreos y 450 personas combatieron el fuego, el mayor despliegue visto en Baleares para combatir el mayor siniestro de décadas. Hoy la Reina, de vacaciones en Marivent, acudirá con el Príncipe a Andratx a agradecer la tarea del gigantesco operativo.

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