Solo Urkullu puede con EH Bildu
El PNV ganará otra vez sin apenas desgaste por la irrupción ‘abertzale’ El paso por el Gobierno vasco penaliza al PSE y los recortes castigan al PP El PSE perdería once escaños y no sumaría mayoría con el PP para pactar la investidura Izquierda Unida aumentaría de uno a tres diputados
La Euskadi electoral se reduce a un mano a mano entre PNV y EH Bildu, que alienta, de paso, las opciones de Iñigo Urkullu para convertirse en el próximo lehendakari. La holgada mayoría nacionalista que aportan ambas sensibilidades políticas se asienta sobre 48 de los 75 escaños del nuevo Parlamento vasco, según un sondeo del CIS, realizado entre 3.000 encuestados. En la otra orilla, PSE y PP, firmantes del pacto político que situó como lehendakari a Patxi López en 2009, sufren un espectacular varapalo, aunque ya se han apresurado a recordar el sonoro fracaso del CIS en su estimación previa a las pasadas elecciones generales. Los socialistas podrían perder 11 de los 25 escaños obtenidos en ausencia de la izquierda abertzale, mientras el PP sufre los efectos indirectos de la política de recortes de Rajoy.
Con un intencionado guion económico, sin dejarse impresionar por los efectos de ese vendaval soberanista de Cataluña que se impregna con facilidad en Euskadi, Iñigo Urkullu parece haber arrancado el suficiente voto útil para ensanchar la condición de favorito que históricamente se asocia al PNV. Así se explica que los nacionalistas vuelvan a ganar unas autonómicas sin apenas desgaste por la espectacular irrupción de la izquierda abertzale (EH Bildu), su rival directo en las urnas.
La pérdida de apenas tres de los 30 escaños actuales cuando la coalición radical mantiene su ola electoral es una reconfortante victoria para el PNV, revalorizada al disponer de cinco parlamentarios de ventaja. Para EH Bildu, una diferencia superior a los dos escaños es un mal resultado. Es un duelo soterrado, cuya fotografía de situación más precisa aparece en Gipuzkoa, feudo asociado en las últimas comparecencias electorales a Bildu, pero que los datos del CIS sitúan ante el 21-O más proclive al empate (nueve escaños), aunque con ligera ventaja abertzale en el porcentaje de votos. Si así fuera, Bildu empezaría a ser penalizada por algunas de sus decisiones más polémicas, como la retirada de basuras puerta a puerta o la paralización de grandes infraestructuras.
Pero es en Bizkaia, capital económica de Euskadi, donde la apuesta del estilo Urkullu obtiene réditos incontestables. El PNV, que domina Diputación y Ayuntamiento de Bilbao, llegaría hasta 12 parlamentarios, mientras EH Bildu y PSE apenas tendrían cinco cada uno, desequilibrando así el resultado final de las autonómicas.
El PSE-EE, en cambio, no encuentra refugio para levantar cabeza. Ni siquiera Patxi López consigue ganar en Álava, donde es cabeza de lista para así evitar un pulso con Iñigo Urkullu en Bizkaia y, a su vez, taponar la guerra interna del partido en este territorio. El CIS predice un serio batacazo para los socialistas vascos, que disponen, no obstante, de encuestas menos sangrantes, pero que siempre penalizan un tránsito por el Gobierno de difícil comprensión para la mayoría de los encuestados.
Ezker Anitza, el partido de Cayo Lara (IU) en Euskadi, es quien más se aprovecha, no obstante, de la caída del PSE-EE, hasta triplicar su actual representación de un escaño y así ratificar la línea ascendente de esta formación a nivel estatal.
Mientras, el PP soporta la indignación social por los recortes de Rajoy en el peor escenario para sus intereses, como son unas elecciones autonómicas. De hecho, ni siquiera el CIS le garantiza el triunfo en Álava, donde controla las tres primeras instituciones públicas.
Así es el retrato de la voluntad de los vascos, que tienen su mayor preocupación en la situación económica (32,4%), el paro (12,9%) y la sanidad (11,3%). Por el contrario, a pesar del intenso debate político entre los partidos sobre el marco jurídico de Euskadi, acelerado tras la Diada y el discurso de EH Bildu, el interés por el autogobierno del País Vasco apenas llega, no obstante, al 4,1% de la población.
Esta radiografía explicaría que el 30,4% de la población consultada sea partidaria de mantener un Estado con comunidades autónomas como en la actualidad, mientras que un 28% aspira a que sea reconocida la posibilidad de convertirlas en Estados independientes. En cuanto a la aspiración independentista en el País Vasco, empate técnico entre quienes están totalmente a favor y les parece bien (42,6 %), de un lado, y quienes opinan justamente lo contrario (41,5 %).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.