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Tres por uno, Mister Adelson

Castellón se suma a la pugna por Eurovegas como salvavidas para tres proyectos fallidos: el aeropuerto sin aviones, Marina d’Or y los terrenos de Mundo Ilusión

Vista aérea de la urbanización Marina d’Or, en la costa de Oropesa del Mar, en Castellón.
Vista aérea de la urbanización Marina d’Or, en la costa de Oropesa del Mar, en Castellón.ÁNGEL SÁNCHEZ

Cuando Madrid y Barcelona estaban a la espera de que el magnate estadounidense Sheldon Adelson se decidiera por una u otra región para levantar Eurovegas, Castellón, y más concretamente el complejo turístico Marina d’Or, ha sorprendido con su anuncio de que opta también al proyecto. El consejero de Territorio y Sostenibilidad catalán, Lluís Recoder, no obstante, considera que Castellón “llega tarde”.

Desde Marina d’Or aseguran que, por el momento, tan solo han hecho una propuesta formal para optar al proyecto y que están a la espera de fijar la fecha para una posible reunión. También la Administración valenciana habla de “prudencia”, pero este lunes el presidente del Consell, Alberto Fabra, dio su apoyo públicamente: “Daremos nuestra ayuda a quien haga falta y donde haga falta para que este proyecto tan necesario sea una realidad”. Otros, como la consejera de Turismo, Lola Johnson, y el presidente de la Diputación, Javier Moliner, afirmaron que los contactos están “en una fase embrionaria”.

Castellón carece de la masa crítica de Madrid y Barcelona, y este anuncio (y el consiguiente apoyo del Consell) es la oportunidad de salvar dos de sus fracasos inmobiliarios y la desesperación por hacer que su aeropuerto sin aviones, que costó unos 200 millones, sea útil.

El Gobierno valenciano apoya pero no participa en la operación

El presidente de Marina d’Or, Jesús Ger, ha ofrecido los terrenos en los que preveía levantar su proyecto de Marina d’Or Golf, un plan para urbanizar casi 18 millones de metros cuadrados entre Cabanes y Oropesa del Mar, que incluye tres campos de golf, hoteles y viviendas. El proyecto se presentó en 2005 y fue aprobado por el Gobierno valenciano en 2010. Justo un año antes, la Generalitat había dado portazo a Mundo Ilusión, el parque temático auspiciado por el presidente del PP castellonense, Carlos Fabra, que debía construirse en los 800.000 metros cuadrados cedidos por el complejo turístico. Ninguno de estos dos planes ha visto la luz. Sí lo ha hecho el aeropuerto (inaugurado, pero aún sin los permisos necesarios para operar), ideado para traer a los turistas a estos y otros proyectos similares que duermen en los cajones.

La crisis del ladrillo paralizó Mundo Ilusión y está dificultando la macrourbanización de Oropesa. Tras lograr la aprobación de la Generalitat, Marina d’Or aseguró que tardaría 25 años en ponerlo en marcha. Un año después —en abril de 2011—, Jesús Ger anunció el “compromiso verbal” con un holding dubaití interesado en el plan urbanístico. El preacuerdo quedó en nada y desde el complejo, que tampoco ha logrado las expectativas de ventas de apartamentos construidos (unos 12.000), tratan ahora de dar salida a estos enormes terrenos y, de rebote, al aeropuerto.

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Marina d’Or acumuló en 2009 una deuda de 700 millones de euros y su plantilla pasó de 1.540 a 865 trabajadores. El último pinchazo sonoro fue la celebración de los cuartos de la Copa Davis: una pista para 13.000 personas estuvo a media ocupación.

El ideólogo de la transformación urbanística de Castellón, Carlos Fabra, salió este lunes también en defensa de Eurovegas. “Supondría un punto y aparte en la historia de Castellón”, dijo el también presidente de los populares en la provincia y secretario general de la Cámara de Comercio. Fabra reiteró que “su cercanía con el aeropuerto, disfrutar de 320 días de sol al año, una temperatura media anual de 20 grados y los esfuerzos empleados por Marina d’Or son los mimbres necesarios para que esto pueda salir bien”.

Fabra fue más lejos y aseguró, a través de una nota de prensa, que le constaba “el interés del presidente de la Generalitat para facilitar la implantación de este complejo, tanto en el ámbito legislativo como el relativo a infraestructuras”. Pero fuentes del Consell lo redujeron a un “apoyo genérico” y no aclararon si algún representante del Gobierno valenciano participará en las negociaciones.

La mayoría de la oposición en las Cortes Valencianas ha pedido la comparecencia de la consejera de Turismo, Lola Johnson, para hablar del proyecto Eurovegas.

Negociar sin luz y taquígrafos

BRUNO GARCÍA GALLO, Madrid

¿Madrid o Barcelona? Ni el Gobierno (PP) ni la empresa estadounidense Las Vegas Sands desvelan quién lleva ventaja para albergar el complejo de ocio y casinos bautizado informalmente como Eurovegas. Como señaló recientemente un portavoz de la compañía del magnate Sheldon Adelson, la Generalitat (CiU) prefiere hacer gala del seny catalán y negociar con discreción, mientras que el Ejecutivo madrileño de Esperanza Aguirre (PP) publicita cada pequeño paso con triunfalismo. De ahí que Madrid transmita una impresión de ser la favorita sin base real. De hecho, tenía dos estandartes —el barrio de Valdecarros (en la capital) y Alcorcón— y hace 15 días vio cómo este último, su preferido, encajaba una estocada aparentemente mortal cuando la justicia convertía en rústico el terreno previsto para el proyecto.

El alcalde de Alcorcón, David Pérez (PP), se prestó desde el principio al exhibicionismo negociador de Aguirre, frente a las reservas del exalcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y de la regidora desde diciembre, Ana Botella (ambos del PP). A Adelson no le gusta negociar ante la prensa. Fue notorio su enfado al trascender la fotografía de su visita a Alcorcón en mayo pasado.

Detrás de esas imágenes oficiales hay un trabajo continuo, diario, de estudio sobre qué localización es la más acertada económicamente. "Nos reunimos con los dos Gobiernos hasta dos o tres veces por semana", añadía el portavoz de Adelson. Son encuentros técnicos, sobre aspectos medioambientales, fiscales, etcétera. No le falta razón al presidente valenciano, Alberto Fabra (PP), al temer que la negociación con Madrid y Cataluña "esté ya muy avanzada". El equipo de Adelson lleva meses estudiando esos terrenos, ha hecho catas geológicas para saber si el suelo puede soportar rascacielos, e incluso fletó un globo para saber qué vista habría desde su azotea.

Los políticos han buscado además el respaldo de empresarios: a favor de Cataluña, Isak Andic (Mango), Javier Godó, Marc Puig y Carles Vilarrubí (Rothschild). Por Madrid, Juan Miguel Villar Mir (OHL) y Antonio Vázquez (Iberia). Satisfecho Adelson con la reforma laboral del PP (cree que es mejor para él que el sistema estadounidense) y con la posibilidad de tributar como otras empresas extranjeras (a Apple, que factura a través de Irlanda, le sale la declaración a devolver), solo restan dos escollos: que se deje fumar en los casinos y bonificaciones fiscales a escalas regional (impuesto del juego) y municipal (pretende librarse de IBI, plusvalía, etcétera). La decisión final: en julio o agosto, previsiblemente.

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