Fabra da por sorpresa la puntilla a su proyecto de Mundo Ilusión
El PP alude a la crisis para desmantelar el proyecto 10 años después
El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, apuntilló ayer por sorpresa Mundo Ilusión, uno de los proyectos emblemáticos del PP, bajo cuyo paraguas se ha construido buena parte del litoral castellonense y del que todavía depende la urbanización del macroproyecto Marina d'Or Golf, ya iniciado.
Fabra anunció en Castellón, ante la consejera de Turismo, Ángelica Such, que se quedó descolocada, que el próximo consejo de administración de Mundo Ilusión, SL "desactivará" la empresa pública que promueve el proyecto porque ahora considera un "sinsentido" seguir gastando dinero en cosas innecesarias. Un capítulo en el que ahora se incluyen los sueldos del director general y del gerente de Mundo Ilusión, en los que se han gastado más de 400.000 euros.
La Generalitat gastó 185.000 euros para publicitar el parque en el extranjero
Tan solo unos segundos antes, la consejera Angélica Such había asegurado que la Generalitat iba a seguir trabajando en un proyecto beneficioso para el turismo. Al escuchar a Fabra, la consejera cambió el discurso, como quien cambia de chaqueta, y empezó a hablar de la necesidad de realizar un "planteamiento sensato" y adoptar decisiones "prácticas, operativas y razonables".
El vicepresidente primero del Consell y presidente de Mundo Ilusión, SL, Vicente Rambla, confirmó en Elche el anuncio de Fabra y añadió: "No hay que empeñarse en proyectos que puedan, por alguna razón de viabilidad económica, resultar deficitarios en el futuro".
El castillo de arena con el que tanto ha jugado el PP tras diez años de promesas, 4 millones de euros gastados en proyectos y estudios y cientos de miles de euros en sueldos se desmoronó ayer sin remisión.
La magia iba a ser el tema central de las atracciones del parque de atracciones de Mundo Ilusión. "Se invertirá tanto como se ha invertido en Terra Mítica", había asegurado en las Cortes el vicepresidente económico, Gerardo Camps. "No es un proyecto virtual", insistía una y otra vez Carlos Fabra, también vicepresidente de Mundo Ilusión, la empresa de la Generalitat creada para que Castellón no fuese menos que Benidorm con Terra Mítica o Tarragona con Port Aventura.La viabilidad del proyecto, en el que se han enterrado más de cuatro millones de euros en la última década, fue una de las cuestiones más discutidas desde que Carlos Fabra saltara a la palestra en 1999 con la idea del parque. La teórica rentabilidad de Mundo Ilusión fue siempre una quimera que Fabra quiso despejar con estudios de viabilidad que sostuvieran su idea.
Pero poco a poco el parque de atracciones se convirtió en una excusa hasta dejarlo inmerso y condicionado a una macrourbanización, de más de 18 millones de metros cuadrados. Para no caer en los mismos errores que en Terra Mítica, el Consell impuso como condición al agente urbanizador que cediera los 800.000 metros cuadrados en los que, en teoría, se tenía que ubicar el parque. Poco después, el Gobierno valenciano cambió su planteamiento y, tras el fracaso de Terra Mítica, afirmó que sería la iniciativa privada la que construiría el parque de Mundo Ilusión. Pero nadie se interesó, al menos públicamente, por ejecutar y poner en marcha la idea pese a que eran tiempos de bonanza. Fabra consideró ayer que los más de cuatro millones de euros son un dinero bien gastado porque "han servido para ir centrando el proyecto".
El grupo Marina d'Or, adjudicatario provisional de la macrourbanización del entorno de Mundo Ilusión, desconocía ayer la pretensión de la Generalitat y dijo que, en cualquier caso, seguirá adelante con las obras. Marina d'Or está pendiente de la declaración de impacto ambiental, último paso antes de la cesión de los 800.000 metros para el parque. El promotor ya anunció que, en el momento en el que se aprobara el programa urbanístico, comenzarían a construir los campos de golf, junto a los que se han previsto 20.000 viviendas.
Fabra insinuó que reclamará al Consell la inversión prevista en Mundo Ilusión para otros proyectos como la Ciudad de las Lenguas, la Ciudad de la Música o el Museo Dinomanía de Morella. Precisamente ayer, el portavoz socialista en la Diputación de Castellón, Francesc Colomer, reclamó sin éxito, a través de una moción, que el Consell invierta en el sector turístico de Castellón tanto como se ha gastado en Terra Mítica.
El Gobierno valenciano llegó a destinar, sin tener el proyecto definido, 185.000 euros para que una empresa de comunicación promocionase Mundo Ilusión ante organismos internacionales.
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