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“La transparencia puede privar de ganancias a ciertos bancos”

Xavier Giné, economista del Banco Mundial, analiza la calidad de la información financiera en los países en vía de desarrollo

Laura Delle Femmine

“Los productos financieros son inherentemente complicados”. Esta afirmación no viene de una persona desinformada, sino de un economista con más de 20 años de experiencia en el Banco Mundial (BM). Xavier Giné, doctor en Economía por la Universidad de Chicago, detalla en un español repleto de términos anglosajones los logros de su último estudio: un proyecto piloto realizado en México para evaluar la calidad de la información financiera en los países en vía de desarrollo. En la sede de la Fundación Ramón Areces, que ha logrado traerlo a su país de origen para clausurar un ciclo de conferencias sobre educación financiera –realizado en colaboración con el IE Business School–, el investigador explica que la falta de transparencia que envuelve los productos de crédito y ahorro puede llevar a tomar decisiones inadecuadas.

Xavier Giné.
Xavier Giné.Fundación Ramón Areces

Pregunta. ¿Cuáles son los principales errores a la hora de elegir un producto financiero?

Respuesta. En general, la gente no compara: se va al banco de siempre y ya. Los oficiales de crédito, por su parte, solamente responden a las cuestiones. Es decir: si los clientes preguntan, contestan, si no lo hacen, no contestan. Y no necesariamente ofrecen la solución más barata. Evidentemente son bancos y ganan dinero con estos productos, pero esta dinámica implica que se firmen contratos caros o inadecuados.

P. ¿Cómo han realizado la investigación?

R. El proyecto se basa en los mystery shoppers, los clientes de incógnito. Si un tipo trajeado va a una sucursal y se presenta como supervisor de la comisión nacional o de la superintendencia de turno, la información que le da el asesor no es la misma que le daría a una persona cualquiera. Además, hemos distribuido distintos formatos de propaganda financiera a gente cogida de la calle, y hemos averiguado que la manera de presentar la información ayuda mucho a la hora de elegir el mejor producto.

P. ¿Cuál es el objetivo del proyecto?

R. Se trata de proporcionar una herramienta de diagnóstico para que los supervisores bancarios puedan entender la calidad de la información ofrecida por las instituciones financieras. Existen leyes que obligan a proporcionar cierta documentación e información, y queremos ver hasta qué punto se cumplen. A raíz de los resultados obtenidos, el país puede mejorar la transparencia para que se beneficie la población en general.

 P. ¿Es una herramienta destinada solo a los supervisores bancarios? ¿O va acompañada por programas educativos dirigidos a la población?

R. No, no es un programa educativo. Creo que la OCDE está evaluando el nivel de formación de la población mediante encuestas. Hacemos trabajos complementarios.

 P. ¿El BM va a supervisar que los países utilicen los resultados del estudio de manera adecuada?

R. No. Lo que estamos haciendo es poner la herramienta en formato de fácil uso para que sea replicable. El BM puede asesorar, pero no supervisa nada: la idea es que sea una especie de long-standing programme. Pero al final son los supervisores los que deciden si aplicarlo o no.

P. Entonces, ¿no corre el riesgo de ser un esfuerzo inútil?

R. Aquí no hay ningún tipo de financiación ligada al uso. La única ayuda es el material mismo que ponemos a disposición. Pero hasta donde sé hay mucho interés.

P. ¿Significa que el proyecto se va a llevar a cabo en otras áreas?

R. El proyecto está acabado en México y a punto de terminar en Ghana, Filipinas y Perú. Después empezará en Kenia, Colombia y Ecuador.

P. Son países muy diferentes. ¿Cómo se decide dónde realizarlo?

R. En México fue propuesto por el BM, y a partir de ahí fueron las superintendencias de otros países que se interesaron. La herramienta es la misma, da igual que se trate de un país más o menos desarrollado. De hecho sería muy interesante hablar con los supervisores españoles. La ley española es espectacular en papel, pero hay que ver cómo se aplica y si realmente se monitorea.

P. En España, donde, en teoría, el nivel educativo medio de la población es más alto que en otros países, se produjo la estafa de las preferentes...

R. Hemos visto que tanto la gente con título universitario como con grado básico elige mejor con información transparente y simplificada. Y aunque en España el nivel educativo medio es más alto, no pasa necesariamente lo mismo con la educación financiera. Con las preferentes los clientes estaban convencidos de que firmaban un producto muy seguro. Evidentemente ahí contó mucho la confianza con el asesor, pero esto pasa en todos los sitios. Por lo tanto es importante entender los incentivos de cada uno y mejorar la información. La ley actual española tiene mucho ganado, pero creo que es factible mejorar la toma de decisiones.

P. ¿La implementación de los resultados del estudio podría impulsar la inclusión financiera y la 'bancarización' en los países en vía de desarrollo?

R. Sí, claro. En muchos casos los servicios ofrecidos son tan caros que no convienen. Si esto se implantara bien, lo interesante sería ver cómo responden los bancos: en la medida en que una mejor transparencia lleve a un abaratamiento de los productos puede aumentar la 'bancarización', y esto es algo positivo. Pero tiene que ser una responsable. Hay mucha gente que se ha pillado los dedos con productos que luego o se han sobreendeudado o tenían muchísimos gastos.

P. Los servicios de banca online están creciendo. ¿Conllevan algún riesgo?

R. El estudio no incluye la banca online, pero es una herramienta con potencial, sobre todo en países con poca densidad de sucursales bancarias y donde mucha gente vive en zonas rurales. Sin embargo, existen una serie de temas de educación financiera y de protección al consumidor que hay que cuidar. Kenia es un país donde las remesas electrónicas han crecido muchísimo con M-Pesa y, curiosamente, al ser una transacción un producto muy simple y estandarizado hay muchísima competencia de precios. Pero en otros casos, como el ahorro y el crédito, no es así, y de tarjetas ni hablar.

P. ¿Quién obtendrá más beneficio de la eventual implementación del estudio? ¿La población o las entidades financieras?

R. Los bancos no van a estar de acuerdo con ninguna iniciativa de transparencia que pueda llevar a una pérdida de beneficios y de clientes, al menos en el corto plazo. En el futuro, si se adaptan a conseguir beneficios a través del volumen y no del precio, esto puede llegar a mejorar. Pero lo que estamos proponiendo, mejorar la transparencia, puede privar de ganancias a ciertos bancos, sobre todo de los que están ofreciendo productos malos. Está más claro que el agua.

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Sobre la firma

Laura Delle Femmine
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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