Kim Jong-un aprueba el despliegue de un nuevo misil tras el último ensayo
El Pukguksong-12 es un misil de alcance intermedio tierra-tierra y alimentado con combustible sólido
Corea del Norte ha ordenado la entrada en servicio de su misil de alcance medio Pukguksong-2 después de haberlo probado con éxito este domingo. El cohete, que recorrió 500 kilómetros antes de caer sobre el mar de Japón, incorpora una serie de avances técnicos para el arsenal balístico norcoreano y supone un paso más del régimen de Kim Jong-un para lograr su objetivo de desarrollar un proyectil que pueda lanzar una bomba nuclear contra territorio continental estadounidense.
El propio Kim Jong-un supervisó el lanzamiento del domingo, según la agencia norcoreana KCNA. El líder norcoreano describió el proyectil como “un arma estratégica” “muy precisa” y, tras la conclusión con éxito de la prueba, “dio su aprobación al despliegue de este sistema de armamento para la acción”.
El Pukguksong-2, también conocido como KN-15 ya se había probado por primera vez el 12 de febrero. El cohete es una versión tierra-tierra del Pukguksong-1, que Pyongyang probó desde un submarino el año pasado. Está alimentado con combustible sólido, un importante progreso para el ejército norcoreano: reduce el tiempo necesario para el lanzamiento y, con ello, el tiempo con que el enemigo cuenta para tratar de impedirlo. La mayoría de los misiles que Corea del Norte ha probado hasta ahora están alimentados con combustible líquido.
Este misil también se lanza “en frío”: utiliza gas comprimido para la eyección y la ignición de los motores se produce ya en pleno vuelo. Es un procedimiento considerado más seguro y que hace más difícil la detección de los preparativos de un lanzamiento.
“La prueba del Pukguksong-2 tenía como objeto verificar las especificaciones técnicas del sistema y examinar su respuesta en condiciones de combate, antes de desplegarlo en unidades militares para la acción”, ha indicado la KCNA.
Corea del Sur considera que el norte “ha podido obtener datos significativos” sobre la fiabilidad de sus misiles tras el lanzamiento del domingo, ha indicado el portavoz del Estado Mayor en Seúl, Roh Jae-cheon, citado por la agencia Yonhap. El sur, no obstante, se declara escéptico sobre las afirmaciones del norte acerca de que ha conseguido dominar la técnica para conseguir que el misil, una vez alcanzada su altura máxima en el espacio, vuelva a entrar en la atmósfera terrestre en el punto exacto deseado.
El lanzamiento del domingo era el segundo en una semana, después de que el domingo anterior Corea del Norte probara con éxito un misil Hwasong-12, que recorrió 700 kilómetros y alcanzó una altura de 2.100 kilómetros. Ese cohete, que según Pyongyang puede transportar una cabeza nuclear de gran tamaño, es el de mayor recorrido que haya probado Pyongyang hasta el momento: puede llegar a los 4.500 kilómetros.
Con estos disparos, Corea del Norte parece querer responder a la llegada del nuevo Gobierno en el sur, encabezado por el progresista Moon Jae-in. Moon propugna un acercamiento al norte y la apertura de un diálogo al tiempo que se mantienen las sanciones contra el programa nuclear norcoreano, aunque también ha tenido duras palabras para las pruebas de armamento de Pyongyang. Con esas provocaciones, ha asegurado Seúl, Kim Jong-un está “lanzando agua fría sobre las esperanzas y los deseos del nuevo gobierno y la comunidad internacional de lograr la desnuclearización y la paz en la península”.
El nuevo disparo ha suscitado las críticas de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. Los tres han solicitado una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, que abordará este martes la situación en la península coreana.
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