Corea del Norte acusa de subversión al profesor estadounidense detenido
Pyongyang confirma el arresto de Kim Sang-duk por "cometer actos hostiles" contra el régimen
Corea del Norte ha confirmado este miércoles la detención de un ciudadano estadounidense el pasado abril por haber perpetrado "actos criminales hostiles" con el objetivo de derrocar al régimen. La agencia oficial KCNA le identifica como Kim Sang-duk, profesor que viajó a Pyongyang para impartir clases en una universidad. Kim se convierte así en el tercer estadounidense encarcelado en el hermético país.
Como adelantaron a finales de abril varios medios surcoreanos, Kim, de origen coreano, fue detenido el 22 de abril en el aeropuerto de Pyongyang cuando se disponía a salir del país. Había pasado las últimas semanas en la capital, enseñando contabilidad en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pyongyang (PUST, en sus siglas en inglés). "Fue interceptado por cometer actos criminales hostiles destinados a derrocar a la República Democrática Popular de Corea no solo en el pasado, sino también durante su última estancia antes de la detención", dijo KCNA.
Las autoridades le mantienen retenido mientras se investigan sus "crímenes". Teniendo en cuenta casos anteriores de arrestos de extranjeros, haber cometido un acto hostil para desestabilizar el régimen puede abarcar desde dejarse una biblia en un cuarto de baño o robar propaganda política hasta el espionaje o la filtración de secretos de Estado. El comunicado no aporta detalles aún acerca de qué tipo de acto se le atribuye al profesor.
La PUST es la única universidad privada de Corea del Norte. En ella estudian hijos de la élite del país y está gestionada por cristianos evangelistas con capital chino, estadounidense y hasta surcoreano. Parte del profesorado procede del extranjero, entre ellos varios estadounidenses. El centro está asociado a la Universidad de Yanbian, situada en territorio chino fronterizo con Corea del Norte, donde el detenido también había impartido clases.
Al publicarse las primeras informaciones sobre su detención, la Universidad aseguró que el arresto de Kim "no estaba relacionado de ninguna manera" con sus actividades docentes. La agencia surcoreana Yonhap, que le calificó de "un hombre religioso", aseguró que el profesor había estado involucrado en tareas humanitarias —especialmente el cuidado de niños— en zonas rurales del país.
Corea del Norte mantiene encarcelados a otros dos estadounidenses: uno es el estudiante Otto Frederick Warmbier, condenado a 15 años de trabajados forzados tras ser declarado culpable de crímenes contra el Estado. El segundo es Kim Dong-chul, hombre de negocios de origen surcoreano, que cumple diez años de trabajos forzados tras haber admitido "haber conspirado con Corea del Sur para obtener secretos del Partido, del Estado y militares". También está entre rejas un pastor canadiense, condenado a toda una vida de trabajos forzados por sedición. Como Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas con Corea del Norte, la legación sueca en Pyongyang ejerce de intermediaria en estos casos. Washington desaconseja a sus ciudadanos que viajen al hermético país asiático.
Más tensión
La detención de este ciudadano estadounidense ocurre en un momento delicado en la península coreana, provocado por el tenso cruce de declaraciones y la exhibición de músculo militar por parte de Washington y Pyongyang. Mientras el régimen liderado por Kim Jong-un continúa llevando a cabo pruebas de misiles de forma recurrente, la administración de Donald Trump se ha desmarcado de la "paciencia estratégica" que abanderó el expresidente Barack Obama y, aunque dice apostar por la diplomacia, no ha descartado una acción militar si Pyongyang no frena su programa nuclear.
Según nuevas imágenes por satélite analizadas por el portal especializado 38 North, las instalaciones nucleares en la base de Punggye-ri —donde se han realizado todas las pruebas nucleares anteriores— siguen listas para una sexta detonación. Los analistas esperaban que el régimen realizara este ensayo el mes pasado, coincidiendo con el aniversario del nacimiento del fundador del régimen, Kim Il-sung, algo que finalmente no ocurrió.
Corea del Sur ha reforzado sus defensas ante las cada vez más habituales intentonas de su vecino e indicios de que su programa de armamento nuclear está avanzando. Este martes entró en funcionamiento el polémico sistema antimisiles THAAD, de fabricación estadounidense, para proteger al país en caso de un ataque con misiles balísticos procedente del Norte. Su instalación es polémica no solamente por la fuerte división que suscita en el propio país, también por la oposición frontal de China a su despliegue.
Lejos de amedrentarse por la presión de la comunidad internacional, Pyongyang ha llevado a cabo dos pruebas de misiles en el último mes, ambas fallidas. Y este lunes prometió, de nuevo, realizar un ensayo nuclear "en cualquier momento y en cualquier lugar" que indique su líder.
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