Las FARC tendrán garantizada representación política las dos próximas legislaturas
La guerrilla contará con portavoces en el Congreso hasta las próximas elecciones solo para discutir los acuerdos de paz
Desde que se inició el proceso de paz, la frase se repetía como un mantra. Tenía mucho de realidad, pero también terminó convirtiéndose en una excusa para casi todo: “Nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Finalmente, este miércoles 24 de agosto, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en un alocución al país, sentenció: “Hoy comienza el fin del sufrimiento, el dolor y la tragedia de la guerra. Todo está acordado”.
El nuevo camino que recorrerá Colombia a partir de ahora incluirá la participación en la vida política de las FARC, uno de los últimos aspectos en negociarse en La Habana. El presidente despejó las dudas: la guerrilla tendrá garantizada representación política las dos próximas legislaturas. Hasta las próximas elecciones, en 2018, el movimiento político que surja después de la dejación de armas contará con portavoces en el Congreso, “con voz pero sin voto”, y solo podrán abordar temas relacionados con la implementación de los acuerdos de paz. “Para que la paz sea duradera, debemos garantizar que los alzados en armas se reincorporen a la vida civil y legal de nuestro país”, aseguró el presidente
El acuerdo entre el Gobierno y las FARC establece que los guerrilleros tendrán garantizado un total de 10 congresistas (cinco senadores y cinco representantes a la Cámara) por dos periodos, siempre que no logren superar el umbral del 3% de la votación. En ese caso, se les asignarán los necesarios para cubrir el cupo. Si lo superan no se les otorgarán curules (escaños) adicionales. “Vamos a ampliar y fortalecer nuestro sistema democrático y electoral; vamos a dar mayores garantías a la oposición, y vamos a permitir que regiones que no han tenido representación política adecuada por causa del conflicto elijan de manera transitoria voceros en la Cámara de Representantes”, insistió Santos.
La garantización de representantes políticos después de poner fin a un conflicto armado ha sido habitual en otros procesos de paz. En el caso colombiano, las FARC reclamaban una presencia similar a la que tuvo la Unión Patriótica –el brazo político de la guerrilla en los años ochenta- antes de que se produjeran los asesinatos en masas contra sus mimebros. Entonces, la UP tenía 9 senadores y 17 representantes a la Cámara.
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