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El director del FBI: “No hay pruebas de que Clinton mintió” sobre los correos

El Departamento de Estado anuncia que reanuda la investigación del caso para aclarar las responsabilidades de sus colaboradores

El director del FBI James Comey defendió este jueves que Hillary Clinton no mintió a las autoridades sobre su manejo de información clasificada al frente del Departamento de Estado y que tampoco incumplió la legislación vigente. Comey compareció en el Capitolio, en Washington, ante una comisión de investigación del caso para explicar su recomendación de que no se impute a la candidata demócrata a la presidencia.

El director del FBI James Comey durante la sesión.
El director del FBI James Comey durante la sesión. J. Scott Applewhite (AP)

Comey respondió durante más de cuatro horas y media a las preguntas de un comité liderado por legisladores republicanos que insistieron en que explicase la falta de concordancia entre el hecho de que sí hubiera información clasificada en su servidor de correo, en contra de lo defendido por Clinton, pero no haya sido imputada. La sesión en el Capitolio demostró una vez más la división entre los republicanos, que alegan que la ex secretaria de Estado ha recibido un trato especial, y los demócratas, que acusan a la mayoría conservadora de actuar con motivaciones políticas.

“No hay pruebas de que [Clinton] mintió al FBI”, dijo Comey. El director de la agencia federal añadió que la candidata demócrata tampoco incumplió la legislación y el FBI carece de pruebas de que intentara obstruir a la justicia o crease un sistema para esconder información clasificada, ni sustenten la presentación de cargos contra ella por parte del Departamento de Justicia. La fiscal general, Loretta Lynch, anunció este miércoles que el caso ha sido cerrado.

Aún así, la sombra del error que cometió Clinton con su correo electrónico amenaza con seguir siendo uno de los obstáculos en su campaña. Este mismo jueves, el Departamento de Estado anunció que reanuda la investigación del mismo caso y que interrumpió hasta que se conocieran las conclusiones del FBI. El organismo que lideró la candidata demócrata entre 2009 y 2013 no puede presentar cargos contra ella, pero sí dilucidar las responsabilidades de algunos de sus colaboradores. La consecuencia más grave a la que se enfrentan los que aún trabajan en el Departamento es la pérdida de permisos, según la agencia Associated Press.

El presidente del comité, el republicano Jason Chaffetz, lideró esta mañana los ataques contra el supuesto “doble rasero” con el que el FBI habría investigado a Clinton. “Si un estadounidense cualquiera hubiera hecho lo que usted detalló en su comunicado estaría de camino a la cárcel”, afirmó Chaffetz, en referencia al hallazgo de información clasificada en los correos de la secretaria a pesar de que ella afirmó lo contrario.

“El verdadero doble rasero sería imputar a Clinton por negligencia en un caso como éste”, respondió Comey ante el comité. El director del FBI mantiene su recomendación de no imputar a la candidata, a quien calificó de “extremadamente descuidada” por utilizar un servidor sin protección federal para sus comunicaciones.

Las diferencias con el caso del general Petraeus

El demócrata Elijah Cummings trazó este jueves una comparación entre la investigación a Hillary Clinton con la realizada al general y exdirector de la CIA David Petraeus. En 2015, el FBI sí recomendó que el militar fuese imputado por entregar información clasificada a su amante y biógrafa y por obstrucción a la justicia. En los últimos días, varios líderes republicanos han puesto en duda a la agencia federal por no acusar a Clinton en un caso que, alegan, es similar.

El director del FBI no está de acuerdo. Comey dijo este jueves que Petraeus "es el ejemplo perfecto del caso que sí procesaría el Departamento de Justicia". El comandante de las fuerzas estadounidenses en la fase final de la guerra de Irak guardaba ocho cuadernos en su casa que contenían las identidades de agentes secretos y estrategias del Ejército, entre otras.

“Compartió información clasificada, la ocultó en su ático y mintió a los investigadores”, declaró Comey, especificando que las pruebas halladas por los investigadores en ambos casos son muy distintas. “Cuando hay esa cantidad de información y un esfuerzo de obstrucción a la justicia la imputación está justificada”.

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“Parece que hay un espacio entre lo que usted dijo y sus recomendaciones. Le ruego que llene usted ese hueco porque si no lo harán otros”, pidió el demócrata Elijah Cummings al director del FBI. “Si usted pudiera hacer eso, ayudaría en gran medida a que los ciudadanos entiendan su decisión”.

Comey explicó que la ley estadounidense exige demostrar que el acusado actuó deliberadamente aún siendo consciente de que hacía algo ilegal. El Departamento de Justicia, según el director del FBI, solo ha logrado imputar así a una persona, por un caso de espionaje, en casi un siglo. “Ningún fiscal presentaría el segundo caso así en 100 años”, dijo Comey, con las pruebas encontradas en la investigación a Clinton.

El FBI ha investigado en el último año si la candidata demócrata incumplió la ley al intercambiar información clasificada a través de una cuenta de correo personal que además estaba alojada en un servidor desprotegido en su casa. Ella ha mantenido que nunca envió ni recibió información clasificada, pero los agentes han encontrado 110 mensajes con ese tipo de datos, de los que tres, además, contenían una indicación por incluir datos “confidenciales”, el nivel más bajo de protección.

Comey, sin embargo, explicó este jueves que esa señal —una letra “c” entre paréntesis— estaba en el cuerpo del mensaje, no en su cabecera, como exige el manual de manejo de información clasificada que proporciona el Gobierno estadounidense a sus empleados. “No hay pruebas que demuestren que ella era consciente en ese momento de que recibió información clasificada”, dijo el director. La agencia, explicó, no puede demostrar que pusiera en peligro la seguridad de esa información deliberadamente.

El director del FBI insistió, con más detalle que al comunicar sus conclusiones el pasado martes, que carecen de pruebas de que Clinton supiera, pidiese o autorizase a sus abogados que eliminasen correos electrónicos relacionados con su trabajo en el Departamento de Estado cuando limpiaron los servidores. Comey añadió que Clinton colaboró con las autoridades en todo momento, incluida la entrevista de tres horas y media celebrada el pasado sábado en Washington.

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