Irán sigue deteniendo a periodistas a pesar del Gobierno de Rohaní
Los informadores se han convertido chivo expiatorio de la lucha entre conservadores y moderados
“La libertad de expresión y el acceso a la información continúan severamente limitados en Irán tanto en los medios digitales como en la prensa”, asegura Freedom House, una organización independiente que promueve la libertad y la democracia. Aunque algunos periodistas aseguran que la situación ha mejorado desde la llegada a la presidencia de Hasan Rohaní en 2013, un total de 19 informadores se hallaban entre rejas el pasado diciembre, según el Comité para la Protección de los Periodistas.
El carácter político de la mayoría de las condenas se hizo evidente con el caso de Jason Rezaian, el corresponsal de The Washington Post detenido desde 2014 bajo acusación de espionaje. Rezaian, con doble nacionalidad de EE UU y de Irán quedó libre el pasado enero en un intercambio de presos entre ambos países.
El Gobierno de Rohaní ha concedido permisos de publicación a varios nuevos periódicos y revistas, pero también ha cerrado algunas publicaciones. Las antenas parabólicas continúan prohibidas y se interfiere la recepción de cadenas extranjeras por satélite. Además, sigue el bloqueo de decenas de miles de páginas web y redes sociales, que se han convertido en una plataforma de expresión alternativa para muchos iraníes. Un centenar de blogueros han sido detenidos durante estos tres años, según Reporteros Sin Fronteras (RSF) que sitúa a Irán en el puesto 169 sobre 180 en su índice de la libertad de prensa.
A pesar del apoyo de los activistas de derechos al acuerdo nuclear, este no ha traído consigo una mejora significativa de la libertad de expresión. Al contrario, la lucha entre el Gobierno y los sectores opuestos al pacto ha atrapado a los periodistas en medio.
En el último episodio de ese enfrentamiento, cuatro informadores fueron condenados la semana pasada a un total de 27 años de cárcel acusados de pertenecer a “una red de infiltración”. Todos ellos apoyaban a Rohaní y escribían en periódicos reformistas. Dado que el presidente se ha pronunciado en varias ocasiones a favor de una mayor libertad de expresión, las sentencias se ven como una advertencia del Poder Judicial, bajo control de los ultraconservadores.
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