Los turistas vuelven al centro de Estambul tras el atentado
“No debemos permitir que el terrorismo cambien nuestro modo de vida”, defiende una guía
La Mezquita Azul, la basílica de Santa Sofía, el Palacio de Topkapi y el aljibe bizantino han reabierto sus puertas tras el atentado suicida que el martes se cobró la vida de 10 turistas alemanes en la Plaza de Sultanahmet. Los turistas vuelven a hacerse fotos ante estas maravillas centenarias de la arquitectura y a recorrer las calles del centro histórico de Estambul, pero son menos que antes del ataque y lo hacen protegidos por fuertes medidas de seguridad: agentes fuertemente armados protegen la explanada de Sultanahmet, hay más controles de seguridad, pululan los policías de paisano y se han cerrado algunas calles al tráfico rodado.
Con todo, quienes se acercan a la plaza aseguran sentirse protegidos. “Escuchamos la noticia del atentado casi al momento de salir para acá, pero el viaje ya estaba lanzado y no hubo intención de cortarlo”, relata Leslie Murray, argentino de visita con su familia: “Hemos encontrado todo tranquilo y nos sentimos cómodos, además hay mucha policía”. Lo mismo opina un grupo de diez mujeres bosnias que tenía previsto visitar Sultanahmet el día del atentado. “Solo ese día cambiamos nuestros planes, por lo demás hemos seguido con nuestro programa y estamos disfrutando de la visita. Nos sentimos seguras, al final todo depende de la voluntad de Dios”, afirma Amrah.
Más precavido se muestra Gert, integrante de un coro austríaco que pasea frente Santa Sofía horas antes de ofrecer esta noche un concierto en Estambul. “Nos sentimos… lo suficientemente seguros. Pero 12 de los 80 miembros del coro decidieron quedarse en Viena por temor. Para las visitas turísticas nos hemos dividido en grupos pequeños, a fin de no crear multitudes que puedan atraer la atención”, asegura. En la taquilla de la que fuera basílica bizantina, las empleadas reconocen que el número de visitantes “se ha reducido”. Cerca, un vendedor de zumos arguye que hay “en torno a un 20% menos de visitantes”.
Muchos de los empleados en la importante industria turística saben que el del martes puede ser un duro golpe para el sector. “El turismo cultural alemán ya iba mal de por sí, debido a los atentados del último año, a los sucesos en el sudeste (kurdo) y a los problemas por el ISIS, pero ahora además estamos viendo que un gran número de reservas para los próximos dos meses están siendo canceladas”, explica el guía turístico Erkan Taskeran: “El Gobierno debe cambiar inmediatamente su política sobre Oriente Medio porque estos ataques son consecuencia de esa política”.
Los guías de Estambul se reunieron hoy en el lugar del atentado para rendir homenaje a las víctimas del atentado y a su compañera herida, Sibel Satiroglu, quien un momento antes del ataque se percató de la presencia de un sospechoso y logró alertar al grupo que guiaba, con lo que logró que algunos salvaran la vida. “Todos los guías estamos conmocionados porque este es nuestro lugar de trabajo; cualquiera de nosotros podría haber muerto”, dice Taskeran.
“Sabemos que el terrorismo y la violencia nos pueden tocar a cualquiera en cualquier parte del mundo, incluso frente a nuestra casa, como ocurrió en París, en Egipto y hoy mismo en Yakarta. El terrorismo es el gran problema del siglo XXI y debemos reconocerlo así”, defiende la guía Bilge Cerah Sunal. “Pero no debemos permitir que nos afecte a nuestro modo de vida”.
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