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Un juez suspende la aplicación de la reforma migratoria de Obama

La paralización es temporal y se produce en respuesta a la demanda de 26 estados. El Gobierno de Obama anuncia que apelará el fallo

Barack Obama, este martes tras conocerse la decisión del juez.Foto: reuters_live

La batalla migratoria se recrudece en Estados Unidos: un juez federal suspendió temporalmente la noche del lunes las medidas ejecutivas ordenadas en noviembre por el presidente Barack Obama para regularizar a unos cinco millones de indocumentados. El mandatario criticó este martes el fallo del juez federal de Texas y confirmó que el Departamento de Justicia lo apelará en los próximos días.

“No es la primera vez que un juez intenta bloquear algo que acaba siendo legal. Confío en que tengo la autoridad” para dictar este tipo de medidas, declaró Obama desde la Casa Blanca. “La ley está de nuestro lado y la historia está de nuestro lado”, insistió. Se espera que el caso acabe en la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito, en Nueva Orleans, aunque el fiscal general, Eric Holder, que ha calificado la decisión del juez texano como un mero “paso provisional”, ha indicado que todavía se están estudiando todas las opciones legales. La Casa Blanca estima que en los “próximos días” se habrá decidido qué paso legal se da para rebatir el fallo texano.

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Pese a que la lucha legal no ha hecho más que comenzar, la decisión del juez Andrew Scott Hanen, de la corte federal de Brownsville, Texas –el Estado que ha encabezado la demanda– paraliza por el momento las medidas migratorias que estaban a punto de comenzar. Este miércoles se abría el plazo para extender la Acción Diferida para jóvenes llegados en la infancia (DACA), el popular programa que desde 2012 le ha permitido a más de medio millón de jóvenes indocumentados frenar su deportación y obtener un permiso temporal de trabajo. A este paso le debía seguir, en los próximos meses, el inicio de un nuevo programa para conceder permisos de trabajo a los padres de ciudadanos estadounidenses o hijos con estatus permanente, conocido como DAPA, un plan que estaba previsto que empezara a implementarse en mayo.

El secretario del Departamento de Seguridad Nacional Jeh Johnson, ha manifestado su "profundo desacuerdo" con el fallo, pese a lo cual ha dicho que el Gobierno debe cumplirlo, al menos hasta que se pronuncie otra corte superior.  Por ello, ha señalado, “el Departamento de Seguridad Nacional no comenzará a aceptar peticiones para la expansión de DACA el próximo 18 de febrero, como estaba planeado originalmente. Hasta nuevo aviso, también suspenderemos el plan para aceptar peticiones para DAPA”.

Johnson ha especificado que la decisión del juez no afecta a los individuos que aún califican para DACA según los criterios de 2012 o aquellos que necesiten renovar su estatus. También ha puntualizado que la orden de la corte no afecta la capacidad de este departamento para implementar prioridades en el control de las leyes de inmigración. En noviembre de 2014, junto con el anuncio de DAPA el gobierno delineó nuevas prioridades para la detención y deportación de inmigrantes indocumentados.

"Continuaremos priorizando la seguridad pública y fronteriza. Me complace que un porcentaje creciente de las deportaciones cada año se concentran en aquellos condenados por crímenes”, ha asegurado Johnson.

En su fallo, el juez que instruye la causa por la demanda presentada por 26 Estados -24 republicanos y dos demócratas- contra las acciones ejecutivas, argumenta que de no frenarlas se produciría un “daño irreparable”, hecho por el cual ha concedido "un mandato judicial temporal" para suspender la aplicación de las medidas mientras se sustancie el proceso o hasta "una orden ulterior de este tribunal”.

"Sería imposible volver a meter al genio de nuevo en la botella", ha subrayado Hanen, que dice coincidir con los demandantes en que la legalización de millones de inmigrantes indocumentados es una acción "virtualmente irreversible”. Según un análisis del instituto demoscópico Pew Research Center, casi la mitad de los indocumentados que se podrían beneficiar de las medidas de Obama, 2,3 millones de personas, viven en alguno de los Estados que interpusieron la demanda.

El magistrado, conocido por otras resoluciones críticas con la política migratoria, considera que la Administración no ha llevado a cabo los procedimientos básicos exigibles para aplicar el plan migratorio. Además, le reprocha al Gobierno que no haya sido capaz de un mayor control de las fronteras, lo que ha agravado el problema de la inmigración ilegal, según detalla The New York Times. En esa línea, apoya la queja de los Estados en relación con el coste que ya les supone la lucha contra la inmigración irregular.

La base de la demanda era la convicción de los Estados que la presentaron de que con las medidas migratorias Obama había "sobrepasado" los poderes que tiene como presidente y fallado así en su obligación en garantizar que las leyes son cumplidas. El gobernador de Texas -que fue quien presentó la demanda el año pasado, cuando todavía era el fiscal general de ese Estado- Greg Abbott, ha saludado la decisión judicial. "El presidente había renunciado a su responsabilidad de proteger la Constitución de EE UU en su intento por ignorar las leyes aprobadas por el Congreso, y la decisión de Hanen le pone freno", ha señalado en un comunicado.

Pese al revés, las organizaciones que apoyan la reforma migratoria se han apresurado a afirmar que continuarán trabajando para que las acciones ejecutivas de Obama entren en vigor.

"No estamos de acuerdo con la decisión de la corte y creemos que un tribunal superior va a reafirmar la legitimidad de las medidas (de Obama), al igual que incontables expertos legales que afirman que el presidente tiene autoridad para actuar", resumió el sentir generalizado de las agrupaciones Janet Murguía, presidenta del Consejo Nacional de La Raza, una de las organizaciones hispanas más influyentes de EE UU.

La vía legal no es más que uno de los caminos tomados por los que se oponen a las acciones migratorias dictadas por Obama en noviembre, frustrado por la negativa del Congreso a aprobar una reforma migratoria que propusiera una solución para los más de 11 millones de indocumentados que viven en el país.

La oposición republicana, que domina las dos cámaras del Congreso desde enero, ha tratado también de revertir las medidas presionando mediante la retirada de fondos del Departamento de Seguridad Nacional. Este ministerio es el único que no ha conseguido financiación hasta finales del año fiscal, sino que se quedará sin recursos a partir del 27 de febrero, a menos que los congresistas aprueben una nueva partida de dinero. Algo que hasta ahora no ha funcionado por los intentos republicanos de incluir en ella medidas para revertir las acciones ejecutivas migratorias, hecho tajantemente rechazado por los legisladores demócratas.

El fallo judicial de Texas le ha servido al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, para reclamarle a los demócratas que cedan en esta batalla legislativa. "Ojalá que los demócratas del Senado que afirman que se oponen a esta extralimitación ejecutiva permitan ahora que el Senado empiece a debatir una propuesta de ley para financiar el Departamento de Seguridad Nacional", dijo en un comunicado.

Obama sin embargo tenía lista su réplica: "Le aconsejo encarecidamente al Congreso que, si de verdad está tan preocupado por la inmigración (...) lo que debería hacer es trabajar de forma unificada y trabajar con la administración para lograr una política migratoria integral que nos permita ser tanto una nación de leyes como una nación de inmigrantes".

El juez que quiere frenar a Obama

Antonieta Cádiz

"Es uno de los jueces más conservadores en uno de los Estados más republicanos en Estados Unidos". Con esas palabras describió el congresista Luis Gutiérrez, demócrata de Illinois, al juez Andrew Hanen en una reciente visita a Houston.

“Se critica que sólo los jueces demócratas son activistas, pero en este caso eso es precisamente lo que ocurre”, acusó el legislador, uno de los congresistas que más ha trabajado a favor de una reforma migratoria para el país, durante una charla en la iglesia evangélica Lindale Assembly of God.

Hanen trabajaba como abogado en el sector privado cuando, en 1992, fue nominado para juez de distrito por el entonces presidente, el republicano George H. Bush. Nunca llegó a ser confirmado pero, pero diez años más tarde, en 2002, fue nominado otra vez por el hijo de Bush, el también presidente republicano George W. Bush, para servir en la corte de distrito sureste de Texas. En esa ocasión sí logró el puesto, para el que lo confirmó una amplia mayoría en el Senado.

Su decisión de detener las medidas ejecutivas de Barack Obama no ha sorprendido, puesto que Hanen ha criticado abiertamente en el pasado la política migratoria del presidente demócrata.

En 2014 el magistrado causó una fuerte polémica cuando responsabilizó al Gobierno de Obama por la crisis humanitaria en la frontera sur de Texas, cuando miles de menores no acompañados cruzaron en masa.

Ya en diciembre de 2013, en la opinión del caso “Estados Unidos versus Mirtha Nava”, una mujer acusada de haber tratado de introducir de forma ilegal en EE UU a un niño salvadoreño de diez años, Hanen aseguró que “en vez de hacer cumplir las leyes del país, el gobierno tomó pasos para ayudar a los individuos que las violaron”. Además, acusó al Departamento de Seguridad Nacional de “completar una conspiración criminal”, en referencia a la política de reunificación de familias detenidas en la frontera.

Durante la audiencia donde se analizó la demanda interpuesta contra las medidas ejecutivas de Obama, en enero, Hanen cuestionó seriamente la decisión del gobierno y ahondó en los criterios de elegibilidad para DACA.

El magistrado comenzó su intervención diciendo que “hablar de inmigración en Brownsville es como hablarle a Noé del diluvio” y defendió su competencia en el tema afirmando que se trata de “un área de legítimo debate”.

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