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Unionistas y secesionistas apuran la campaña en busca del voto indeciso

Los contrarios a la independencia llegan con ventaja a la consulta David Cameron avisa de que no dimitirá si triunfa el sí

Foto: reuters_live | Vídeo: REUTERS LIVE / Matt Dunham (AP)

A menos de 24 horas de que Escocia decida si acaba con tres siglos de historia conjunta con Gran Bretaña, Europa contiene el aliento y los líderes unionistas y secesionistas hacen el último esfuerzo para tratar de sumar apoyos hacia el sí o el no. Con las últimas proclamas tratan de recortar distancias en un resultado que los sondeos más recientes auguran ajustadísimo, a pesar de que haya quien, como el líder independentista Alex Salmond, haya pedido a los votantes escoceses directamente que “se olviden de los políticos”. El ex primer ministro laborista Gordon Brown ha optado por apelar a la historia y el patriotismo en Glasgow: "Hemos luchado dos guerras mundiales juntos. No hay un cementerio en Europa que en el que no haya un escocés, un galés, un irlandés y un inglés al lado. Cuando lucharon juntos, nunca se preguntaron unos a otros de dónde venían".

“Vamos a ganar”, arengó Brown, que es escocés. “Votar por el no hará que el cambio llegue más rápido, más seguro, y mejor ", aseguró el ex primer ministro en un mitin junto al exministro de Finanzas, Alistair Darling y el comediante británico Eddie Izzard.

El primer ministro británico, David Cameron, ha querido insistir por su parte en el mensaje de que el referéndum no es sobre su gestión y futuro políticos. “Mi nombre no está en la papeleta. Lo que está en la papeleta de votación es si Escocia quiere quedarse en el Reino Unido o quiere  separarse del Reino Unido”, afirmó el premier, que ha dejado claro que no dimitirá si mañana gana el sí. “Esa es la única pregunta que se decidirá la noche del jueves, la cuestión sobre mi futuro será decidida en las elecciones generales británicas que llegarán pronto”, ha remachado. Algunos analistas insisten en que la posición del primer ministro puede ser complicada con el triunfo del sí a la independencia, por su papel en el acuerdo alcanzado en 2012 con el ministro principal escocés, Alex Salmond, para celebrar el histórico referéndum de mañana.

Cameron admitió este miércoles que está "nervioso" antes de la votación, pero insistió en que confía en la victoria del no. Los líderes de los tres grandes partidos unionistas británicos echaron ayer el resto con su última oferta: por escrito y de forma solemne, se comprometieron a extender los poderes autonómicos de Escocia y a mantener el actual sistema de financiación si los votantes rechazan la independencia, blindando así los niveles de inversión pública en Escocia respecto a los de Reino Unido.

Foto: reuters_live | Vídeo: REUTERS LIVE!

El líder independentista, Alex Salmond, ha optado por una carta pública para pedir a los votantes escoceses que piensen lo siguiente: “Durante unas horas preciosas, la soberanía está en vuestras manos, el poder está en vuestras manos”. “¿Qué hacer? Eso solo lo sabe cada uno. Por mi parte, solo pido esto: Tomad la decisión con la cabeza despejada y la conciencia tranquila. Sabed que si votáis sí, lo que ponéis en nuestras manos es una responsabilidad como ninguna otra, la responsabilidad de hacer de Escocia la nación que puede ser”.

El no llega con ventaja a la votación de mañana jueves, pero el sí está recortando distancias en los tres últimos sondeos publicados anoche. La conclusión de los expertos es que los márgenes son demasiado estrechos para hacer un pronóstico.

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En el sondeo de ICM para el periódico The Scotsman, el no va por delante con el 52%, frente al 48% del sí. En el sondeo publicado en agosto, la diferencia era de 55 a 45.

Otros dos sondeos reflejan un menor recorte de la ventaja de los unionistas, pero ese cambio se ha producido en muy pocos días. En el de Survation para el Daily Mail, el no figura en cabeza con el 47,7% de los votos, un incremento de 0,1 desde el sondeo que se publicó el día 11. El voto independentista alcanza el 44,1%, con un significativo incremento del 1,7. El número de indecisos ha caído desde el 9,9% al 8,3% del electorado. En el de Opinium para el Daily Telegraph, el unionismo está en cabeza con el 53%, un punto menos que el domingo pasado, y el sí obtiene el 47%, un punto arriba.

Si el jueves ganan el referéndum, los independentistas aspiran a proclamar la independencia de Escocia el 24 de marzo de 2016, coincidiendo con el aniversario de la unión de las dos coronas en 1603 y de la fusión de los dos Parlamentos en 1707. El día después a una hipotética victoria del sí, sin embargo, las negociaciones con Londres y con diversas instituciones internacionales y, en particular, la Unión Europea, se adivinan largas: habrá que atender a cuestiones como la moneda, al reparto de la deuda pública, el petróleo, el Ejército, el traslado del programa nuclear, quién tiene la ciudadanía escocesa y la pertenencia a la Unión Europea. Sobre este último punto, el recientemente designado comisario europeo de Ampliación y Política de Vecindad, el austriaco Johannes Hahn, ha reiterado este miércoles que Escocia quedará fuera de la UE si gana la opción independentista en el referendo. "Si un nuevo país se constituye, no puede ser automáticamente miembro de la Unión Europea (UE)", declaró el político conservador en una rueda de prensa en la ciudad de Innsbruck.

Los independentistas ya han admitido, y Bruselas lo ha dejado claro en otras ocasiones, que la separación dejaría a Escocia fuera de la Unión Europea. Pero los secesionistas sostienen que eso se puede evitar por la vía del artículo 48 del Tratado de Lisboa, que permite a un Estado miembro (en este caso, Reino Unido si accede a ello) pedir una modificación de los tratados para que Escocia siga en la UE sin solicitar el reingreso por la vía lenta del artículo 50.

Aunque ha advertido que no es lo mismo el caso de Escocia y el de Cataluña, el presidente español Mariano Rajoy ha utilizado el símil del Reino Unido para advertir que las consultas de autodeterminación afectan "a la deuda pública y a la moneda y provocan recesión y pobreza". Según ha dicho, "son torpedos en la línea de flotación de la Unión Europea".

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