Snowden se justifica por carta a Merkel: “Decir la verdad no es un crimen”
El exanalista de la NSA escribe una misiva a la canciller en la que le ofrece su colaboración En la carta acusa al Gobierno de EE UU de tratar "la disensión como traición" Pide ayuda a la comunidad internacional para que Washington abandone su "conducta dañina"
El revuelo mediático fue desmedido. El diputado de Los Verdes Hans-Christian Ströbele, veterano de 74 años bregado en mil batallas políticas, presentó el viernes ante cientos de periodistas el producto de su viaje a Moscú: una carta firmada la víspera por Edward Snowden, en la que el "antiguo empleado de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA)" mantiene haber sido testigo de "violaciones sistemáticas de la ley" por parte del Gobierno de Washington. Decir la verdad sobre estas violaciones, se defiende Snowden, "no es un crimen". El informático se dijo dispuesto a testificar ante la Fiscalía Federal alemana sobre estas actividades ilegales de los estadounidenses en Europa. También anunció su disposición a declarar ante el congreso de Estados Unidos, donde está en busca y captura.
El ministro de Interior alemán, Hans-Peter Friedrich, ha afirmado este viernes estar abierto a entablar contactos con el exanalista de la NSA y ha añadido que Alemania encontrará "los modos de hablar con Snowden" en el caso de que "el mensaje sea que quiere darnos informaciones". Toda la información y las pruebas "son buenas" según Friedrich, que sin embargo no especificó cómo, dónde o quién podría hablar con el estadounidense en nombre del Gobierno o de la Justicia alemanes.
Moscú no descarta permitir dicho diálogo, pero un responsable gubernamental citado por la agencia rusa Interfax advierte de que salir del país le costaría a Snowden su estatus de refugiado en Rusia. Alemania, por su parte, firmó un acuerdo de extradición con Estados Unidos en 1978. Washington ya ha solicitado este paso de Alemania, por si Snowden decide desplazarse hasta allí.
El diputado Ströbele llegó hasta el fugitivo más célebre del mundo en una furgoneta con cristales tintados que le recogió ante el Hotel Marco Polo de la capital rusa. Le esperaba en un lugar secreto el exempleado de la NSA y experto informático Snowden, el hombre de 30 años que este verano echó a rodar el escándalo por el espionaje masivo de las comunicaciones internacionales por parte de los servicios secretos estadounidenses. Hablaron durante tres horas en presencia de dos periodistas alemanes. En su rueda de prensa del viernes, Ströbele explicó que el estadounidense trabajó como técnico informático para las Agencias estadounidenses pero también participó en operaciones de espionaje.
Esto le capacita para interpretar los documentos secretos que se llevó del país. Según dijo el alemán, Snowden "está enormemente interesado en esclarecer toda esta historia". Entre otros aspectos, Snowden podría declarar sobre la vigilancia de las comunicaciones del teléfono móvil de la canciller Angela Merkel, por la que Berlín protestó ante Washington hace 10 días, tras conocer una investigación del semanario Der Spiegel. Los reporteros basaron sus sospechas en documentos de alto secreto filtrados por Snowden.
Explicó elviernes Ströbele que su reunión con Snowden requirió "meses de preparativos". Contó a los periodistas que "cuando todo el mundo hablaba de Snowden" el pasado verano, él propuso al Gobierno alemán que "preguntara al fugitivo directamente" si se están violando sistemáticamente las leyes alemanas de protección de datos. No hubo respuesta y decidió emprender él mismo el viaje. El parlamentario ve una "gran disposición [de Snowden] a comunicar" lo que sabe del espionaje.
Ströbele le preguntó cómo es su vida en Moscú y si le permiten ir al supermercado. El estadounidense dijo que sí. Ante platos de comida rusa, Snowden contó a los presentes cómo había empezado a guardar documentos secretos en sus propios dispositivos informáticos, para reunir pruebas de las actividades ilegales de los espías de la NSA.
Según cuenta uno de los periodistas presentes al diario muniqués Süddeutsche Zeitung, Snowden dice que él solo ha "puesto las cosas en marcha, pero ahora es el momento de que periodistas, políticos, expertos y ciudadanos decidan cómo van a aprovechar" estas informaciones. Que revelaron cómo los espías a sueldo de Washington se saltan cualquier consideración de amistad o alianza con la mayoría de los países europeos, entre ellos España, a cuyos ciudadanos y líderes políticos espían masivamente a través de Internet y los teléfonos móviles.
Snowden le dijo a Ströbele que no ha suministrado ningún secreto a las autoridades rusas. Tampoco a las chinas cuando estuvo refugiado en Hong Kong. Desde allí quiso escapar a Latinoamérica, pero su viaje se truncó en una escala moscovita. Su estatus de refugiado en Rusia está limitado a un año, de modo que reina la incertidumbre sobre su futuro a medio plazo. Su país, lamentó Snowden, quiere castigarlo de manera ejemplar para que quede bien claro un mensaje: "si dices la verdad, de destruimos". Admite el refugiado de 30 años que el precio está siendo, de momento, "la pérdida de contacto regular con [su] familia y amigos".
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